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Regresar... y entrar a aquel departamento vacío y a oscuras no ayudaba a sobrellevar como se sentía para esos momentos. Una vez entró y tras de él su fiel amigo, cerró la puerta tras de sí para terminar apoyándose contra ella con la espalda. ¿Cómo todas aquellas vivencias iban a terminar con un fin tan terrible?... Los orbes castaños se pusieron vidriosos unos segundos, pero enseguida se limpió las lágrimas inminentes con la manga de la camisa, no iba a dejarse arrastrar por su propio dolor, cuando él ahora sería la tabla... el muro que la sostendría, trabajaría como su otra pierna de ser necesario... No, es más, ella no tendría que dar un paso más jamás porque la cargaría en brazos por el resto de la eternidad.

PÓKEMON XY&Z

OTHER WAY TO BATTLE

I

—¿Pika...chu?... -se había quedado ensimismado, con la mirada dirigida a la nada, hasta que su más antiguo Pokémon, lo trajo de vuelta a la realidad. Seguían parados al lado de la puerta, en la oscuridad.

—Perdóname amigo, enseguida enciendo... —Caminó seguro de conocer cada lugar que pisaba, hasta alcanzar el interruptor en la pared, con esto toda la estancia se iluminó, los claros sofás blancos de almohadas rosas y beige le provocaron una sonrisa, lo primero que veía siempre dentro de su departamento le recordaba a ella y en el momento en que los escogieron, donde queriendo agradarla le dio gusto en todo, para luego terminar arrepintiéndose en sus adentros por aquellos muebles tan llamativos, pero le divertía el pensar hasta donde era capaz de llegar por verla feliz.

Sin embargo, había algo que no reconoció al instante, por lo que caminó directamente hacia el centro de la estancia, a la mesa de café al centro de los sofás, un ramo de rosas azules yacía espléndido en un florero y junto a él una nota dentro de un pequeño sobre.

Para mi querido Ash...

La tomó al instante en la mano al ver el destinatario. Abrió el sobre y sacó el papel perfumado, podía sentir el olor con sólo sostenerlo en la mano. Cuando se trataba de hacerle presentes ella siempre era tan detallista y encantadora que nunca dejaba de sorprenderlo y más ahora... que en aquella situación no se esperaba que fuera ella misma quien lo reconfortara.

Esta noche la cena corre por mi cuenta, será muy especial porque sé los encuentros que has tenido todos estos días ¡Aunque sé que te encantan! Te han dejado demasiado agotado... el día de hoy también es la presentación de la reina en Luminalia 😃 sé que puede que hayas estado ocupado y no hayas asistido... pero quiero decirte muy claro, que no importa... Soy yo la que sabe perfectamente que la rutina del Campeón no es fácil... Así que quítate esa idea que me molesta que no vayas a verme... porque no es verdad...

Te amo...

Siempre tuya

Serena.

La carta se arrugó al instante entre sus manos, derrumbándolo en desesperación sobre la alfombra, se llevó ambas manos aún con la carta entre ellas al rostro. —Serena...

—¡Pika pi! —llegó rápido hasta él al verlo así, el eléctrico.

Pero su entrenador no dijo nada, mas se quedó callado sin levantar el rostro durante varios minutos.

Habían pasado tres años viviendo juntos en ese apartamento que por el destino había terminado juntándolos, cuando ambos apenas regresaban de las regiones a las que habían partido, de vuelta a Kalos para retomar los retos que habían dejado pendientes y representaban un paso... un sueño a cumplir. Ella con sus llaves de la princesa en mano y él con sus ocho medallas... buscaban lugar para quedarse, pero la renta era demasiado alta en todos los lugares cercanos a la capital, por lo que no duraron en aceptar cada quien por su lado, al encontrar un departamento que aunque tuvieran que compartir con un compañero, reducía bastante el precio del arrendamiento.

Reencontrándose con gran sorpresa el día de la mudanza.

Ese día Ash había llegado antes y acomodado sus cosas en una de las habitaciones, cuando el sonido del timbre le alertó que el nuevo inquilino había llegado, caminó rápido a la entrada y abrió la puerta con una sonrisa, para recibir la sorpresa desmedida en los ojos de Serena, que soltó las maletas al verlo.

—¡¿Ash?!

—¿Serena? -parpadeó aunque sorprendido de igual manera, muy feliz por tenerla en frente.

—¿Por qué no me dijiste nada?... —se llevó las manos a los labios la artista sin poder creerlo aún. No habían interrumpido su comunicación en ningún momento, por lo que sabía que pronto lo vería en Kalos... pero jamás pensó que se tratara de su compañero de piso.

—Porque no tenía idea... pero pasa, pasa, —salió del apartamento a cargar las maletas por ella.

—¡No es necesario! ¡Yo puedo sola! —se apenó al verlo tocando sus cosas.

—No es nada —sonrió ampliamente, para empezar a caminar hacia adentro, seguido de ella, cuyos colores se le habían subido hasta las mejillas.

—¿Esto... realmente está pasando?... —Pensó en sus adentros.

—Yo he escogido esa habitación, pero la de al lado es muy espaciosa también, estoy seguro que estarás cómoda.

Lo vio caminar con sus maletas, abrir la puerta de la habitación y entrar, desde donde se había quedado parada tratando de procesar todos esos acontecimientos. A partir de ese día... volvería a verlo todos los días... volverían a vivir juntos... pero ahora... sólo los dos... —Los ojos azules no dejaban de temblar.

Así... cuando lo notaron empezaron a hacer todo tipo de actividades juntos, desayuno... cenas... alternándose en quien cocinaba... o por lo menos eso es lo que Ash pensaba... ya que Serena siempre estaba presente para ayudarle.

Ver películas se había convertido en una rutina de las noches, cobijados en el sofá y con papitas o palomitas en un gran tazón.

Practicar sus rutinas frente a él y ella presenciar sus entrenamientos.

Todos los acontecimientos vividos juntos ametrallan sus pensamientos, cual la hubiera perdido... porque en parte así había sido... en el momento en que se enteró que su amada había sufrido un accidente, con bastante trabajo lo afrontó a la realidad...

Llegó bastante agitado al Hospital, encontrándose con la noticia que no podía pasar a verla, porque estaba en recuperación de cirugía. ¿Cirugía?... ¿Tan grave había sido el asunto?... Fue entonces cuando le explicaron que la base de apoyo se había perdido, propiciando que cayera directamente apoyada sobre la rodilla derecha, fracturándose la pierna en tres partes por el impacto. No podía creerlo... ¿Cómo había pasado una cosa así?... Con lo meticulosa que era ella con cada uno de sus trucos...

Finalmente se limpió las lágrimas que se le desbordaron y se levantó en mitad de la sala, donde había quedado tras leer la carta.

—Es verdad... sólo vinimos a cambiarnos y por algunas cosas para ella amigo... —caminó hacia la habitación, aún tembloroso y sintiendo pegajosa la cara, por las lágrimas que se le habían secado.

Pudo ver entonces otra de las rosas azules sobre la cama. La tomó y se sentó a la orilla de esta, para dejarse caer de espaldas cobre el colchón.

—¿Lo tenías todo listo no?... —le preguntó a la rosa, subiéndola hasta la altura de su rostro. Al mismo tiempo que sus ojos se perdieron en medio de las lágrimas que los inundaron para luego derramarse hacia los lados de sus lagrimales, mientras la imagen de cuando por fin pudo pasar a verla, no sale de su mente.

Continuará...

Wuajajaja, esta escena se me vino a la mente y no pude evitar venir a escribirla a las ya xD, tal parece que este fic será de capis así de cortos, porque es lo que me inspira para él xD pero bueno, supongo que así de cortos habrá actualizaciones más seguidas.

¡Gracias por leer!


Other Way to BattleWhere stories live. Discover now