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El momento del día que había estado esperando finalmente llegó sentía dentro de mí, la urgencia de recostarme sobre su pecho sin decir nada más y pasar así nuestro tiempo juntos, estaba segura que él necesitaría lo mismo, si me había citado tan temprano y de una forma tan... íntima, ya que últimamente sólo la pasábamos bien estando solos.

POKÉMON XY&Z

OTHER WAY TO BATTLE

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Aunque llegué temprano, como siempre él había llegado antes que yo, estaba sentado a las afueras del bosque de la ruta 5, en la misma peña donde nos sentamos a platicar ayer, con las piernas cruzadas y mirando hacia el inmenso horizonte que se extendía frente a nuestros rostros.

El viento golpeando sus cabellos y por un momento con más audacia que le provocó esconder la mirada bajo la mano y sujetar la gorra con la otra. Se veía muy apuesto. A veces... reflexionar sobre mis propios pensamientos me averguenza... ya que mi corazón se acelera de tan solo mirarlo.

Como si mi presencia hubiera sido detectada por su radar, volteó casi al instante y me sorprendí, aún no sé por qué, él me esperaba...

—¿Serena? –se levantó y caminando con rapidez llegó hasta ella.

—Ash... —le sonrió con normalidad, para enseguida colgarse de su brazo. —¿A dónde vamos a ir?

—Jaja ¿A dónde?... pues... a donde quieras —respondió práctico.

—Oh moo... yo creí que si se te había ocurrido que tuviéramos una cita, era porque tenías una gran idea. –Lo miró de reojo, sonriendo tras sus palabras.

—Serena... la verdad... quería hablar contigo... y cuando hay muchas personas a nuestro alrededor no son muchas las oportunidades que tenemos de hacerlo. —Mientras hablaba, notó como el agarre de ella hacia su brazo se soltaba poco a poco, por lo que al verlo completamente perdido, se apresuró a tomarla de la misma mano, entrelazándole los dedos, para demostrarle que no se trataba de ningún problema, al sentir su agarre ella lo apretó más.

—Dime –le dedicó toda su atención.

—¿Aquí? ¿No prefieres que conversemos en un lugar más... acogedor? —miró a los alrededores, encontrando no más que grama. Aunque estuvieran acostumbrados a viajar por rumbos como aquellos, si algo él tenía claro es que las cosas bonitas les atraían mucho a las chicas y a su novia por igual, quería que se sintiera atendida y cómoda.

—¿Por qué dices eso? ¿Cuántas veces no nos hemos tumbado en estas mismas hierbas sin más? –lo miró extrañada, pero comprendiendo que cuando él se comportaba meticuloso con las cosas era porque se trataba de algo importante. —pondremos una manta y listo. —Se soltó del agarre y buscando la misma en su bolso, la colocó.

El entrenador de Kanto asintió. Segundos después estaban recostados bajo la sombra de un gran árbol, sobre la manta que a veces usaban para tomar el almuerzo al aire libre. Ash de espaldas al tronco y ella sentada a su lado, hasta que en un momento él extendió su brazo hacia ella, lo que la llamó a hacer lo que tanto deseaba, acurrucándose contra él y apoyando su cabeza y un brazo sobre su pecho, no había absolutamente ningún transeúnte por los alrededores, así que no debían cuidarse de guardar la compostura ante nadie, como siempre que eran vistos juntos en las calles, que resultaban asediados por la prensa.

Permanecieron así por algunos minutos, sin mencionar palabra, solo sintiendo la compañía del otro y aquel extraño sentimiento de nostalgia por los días en que pasaban los días de esa forma antes del accidente. La sensación era diferente pero conocían muy bien aquel sentimiento que los recorría, de no querer soltarse, sino acercarse más y más... El campeón se movió un poco para darle espacio a que se pegara más a él, al hacerlo pudo rodearla completamente con el otro brazo, alcanzando a posar su mano sobre la cintura de su amada.

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