XIV

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Mis preocupaciones hasta el momento, se habían centrado siempre en los Pokémon. Convertirme en un Maestro siempre fue mi sueño, estaba dispuesto a darlo en todo por el todo, a atrapar y entrenar a los que me cruzara y emprender miles de aventuras. Caminé... tanto con mis viejos tenis y en compañía de mi amigo, mi primer Pokémon y conocí a tantas personas que me ayudaron a crecer. Cuando menos me di cuenta había llegado a la final de una liga... ¿Cuántas veces lo intenté antes?... ¡Y ahora estaba sucediendo!

Arduo trabajo y las ganas de seguir, estaban grabadas como ley en mi mente, sin embargo, aquella frase que me dijiste... que me recordaste fue lo que me brindó las fuerzas necesarias para no perderme jamás a mí mismo y no desfallecer... ¡No iba a rendirme! ¡Nunca! ¡Nunca, hasta el final!

Y aunque en ese primer intento lo logré... quedé satisfecho con el esfuerzo, aunque jamás me rendiría... iba a regresar por ese campeonato y lo hice... y todo para una vez más encontrarme contigo y darme cuenta que el tiempo se había detenido para mi corazón en el momento que nos despedimos en el aeropuerto... Lo mismo... que siento exactamente en este momento...

POKÉMON XY&Z

OTHER WAY TO BATTLE

XIV

Bajó el último escalón del cuarto piso donde se encontraba su departamento, para enseguida detenerse, casi cayéndose por los escalones del tercer nivel al frenar la velocidad de improvisto. Se sostuvo de la baranda pasa manos y sus ojos se centraron en la figura que tenía a la vista, en la esquina donde ambos escalones de los pisos se juntaban. Su amada pelimiel, se había quedado parada, como si pensara en su siguiente acción.

Cuando él pensaba que tendría que correr muchísimo para alcanzarla, así como en esas películas de comedia y romance que había visto tantas veces por petición de ella, en las que por cierto, siempre terminaba viendo solo, cuando ella se dormía sobre su hombro y bajo la manta con que se cubrían. Sonrió por su recuerdo, para luego dar un paso abajo, al siguiente escalón.

—¿Por qué no subes? —dijo tranquilamente, lo menos que quería era proporcionar más malentendidos a la situación, a lo largo de su vida si de algo estaba seguro es que lo mejor siempre es enfrentar las cosas sin capas, por muy doloroso o estresante que pueda resultar.

El llamado de su voz, la asustó en un respingo, por lo que volteó sin titubeos hacia él. —Ash...

—Estábamos en el sofá y nos pareció escuchar que la puerta se movió.

¿Qué?... ¿Acaso estaba diciéndolo de tal forma descarada?, sí, ya los había visto, pero jamás pensó que se lo aceptarían, por lo que frunció el entrecejo. —Ah...

—Sí... verás, el pin de mi reloj se había enredado con un cabello de Dawn —sonrío, señalando el mismo, a lo que su amada sólo parpadeó. ¿Por qué su reloj estaba cerca de su cabello en primer lugar?... ¿Qué era ese pensamiento?...

Se desconcertó por lo mismo, se había dejado llevar tanto por verlo con alguien más... de un modo tan cercano, que no pensó ni las razones por las que hubiera podido darse tal situación. Si de algo estaba segura era del amor de Ash... ¿Entonces por qué?... ¿Por qué se sentía así?...

—¿Serena?... —bajó rápido los escalones hasta llegar a ella, preocupado, al ver las lágrimas resumidas en sus hermosos ojos de cielo. —¿Qué sucede?...

—¿Sabes?... a veces siento... —pensó un poco la manera de transmitirle sus emociones. —Que eres algo... —sonrío —qué eres un tesoro que todo el mundo quiere... Pero eso es indiscutible ¿no?... Porque así eres tú... eres tan lindo...

Other Way to BattleWhere stories live. Discover now