Quiero matar a un hombre

Parte 33 ¡Ángel Mio!

Y en una visión lo vieron detrás de mí, era... "Un Ángel de poder" que pareciera custodiaba mis espaldas sin acosar mi caminar; El, invulnerable ya a cualquier ataque, invicto en las batallas y esencia de justicia.

Tal vez, un Ángel de Amor que me ayuda en mis tropiezos; lleno de sagacidad y agudeza en sus sentidos y, con esto me advierte sobre el porvenir enterneciendo mis adentros, haciendo que aquel que quiere desmoralizarme sea abatido sin tregua alguna.

Ángel de seguridad, puesto a mis espaldas no por accidente, pues en mi conciencia han tatuado tus referencias para que exista un régimen en mi interior, teniendo tú, acceso directo a mi Alma y a mis decisiones, para adoptar así la palabra del Supremo..

Día a día sin cansancio reformas mi vida, pues fui hecho carne y en su debilidad caigo; más me afianzo a aquella saliente de la cual provengo, la unión Divina con el que Es: ¡Mi Espíritu!; que intenta hacer perder el ánimo a mi parte terrea; pedazo de barro que terquea en desmoronarse.

Intercesor Mio, quita el sabor amargo de mi boca, para poder afanarme a mis Tareas y no ser un dilema en mi existir; anhelo el sueño etéreo en que te encuentras, pues se que es mina eterna de belleza y paz; Imperio inimaginable posesión de Dios.

Refresca mi memoria, necesito recordar que de ahí vengo para entender el sentir de a donde debo ir.

Si pudieras en destellos mostrarme el Paraíso, encausaría nuevamente la ruta trazada el día que nací y asentaría en mi existencia, la meta más alta que un hombre se pueda fijar...

4 de Octubre del 2000