De bodas a pañales (CORREGIDO)

Oh, amor

No se siente real todavía ¿por qué no es esto un sueño? 
No puedo creerlo, ¿eres realmente un humano? 
No lo sabrías, probablemente no lo sabés, acerca de mis sentimientos por ti 
Amor Amor Amor 

Porque eres mi tierra, aire, agua, fuego. 
(Eres mi) tierra, aire, agua, fuego. 

Yo, quien te está mirando, quien me está mirando, que te está mirando 

(...)

Miro en tus ojos, mariposas, mariposas 
El cielo infinito nada en tus ojos 
Sólo tú puedes brillar en mí, puedo ver el futuro contigo
Me hiciste nacer de nuevo, pero  yo no puedo seguir sin ti, es increíble 

En el momento en que te conocí, el mundo que yo conocía se hizo aburrido 
Mirando en el mismo lugar, llorando y riendo juntos 
Eres, así, así, así 

Love, love, love- Exo

Cada día era cómo el último de su vida, disfrutaban de cada momento, se amaban con locura, sonreían a cada momento, reían siempre y disfrutaban, claro que había cosas malas, como las peleas, pero estas se resolvían de un segundo a otro gracias a que ambos se escuchaban y trataban de entender.

Cada día era una nueva y tierna aventura, desde el día de su reencuentro, la compra de su departamento, hasta cualquier día común como lo era hoy.

Los dos recostados en el sofá, Kagami con la cabeza recostada en el pecho de Tetsuya, con una mano sobre el prominente vientre de ocho meses y recibiendo débiles pataditas.

El descubrimiento de su bebé había sido una sorpresa y no había sido planeado, pero eso no quitaba que en un segundo y al sentir las pataditas de su nene se hubiera enamorado al instante, porque su niño está ahí, en el vientre de su pequeño amor esporádico. Su bebé vivía y en unas semanas lo tendría en brazos.

Después de dos semanas comenzó su relación oficial con Tetsuya y por el bien del futuro del bebé compraron un gran departamento, Tetsuya vendió el suyo, mientras que Kagami no lo hizo, porque el departamento ahora pertenecía a Satsuki y él no era nadie para sacarla de ahí, además los dos lo habían comprado y tenía que ser un caballero.

Esos no habían sido todos los avances ocurridos, hace un mes decidieron el nombre de su milagro, aunque fue un proceso algo complicado.

FlashBack

—Me gustan los nombres extranjeros. —dijo Taiga con una sonrisa y Tetsuya soltó un sonoro bufido.

—Kagami-kun, a ti te gusta TODO lo extranjero. —habló el peli azul con el ceño fruncido y Kagami puso cara de estar ofendido.

—¿Disculpa?, la última vez que vi tu NO eras extranjero y aun así me gustas.

—¿Y cómo quieres que lo llámenos? ¿Rigoberto, Sergai, Juancho, Taco? —dijo con ironía Tetsuya.

—Taco no es un nombre, Kuroko. —Kagami soltó una sonrisa.

—Lo que sea. No quiero que se llamé Taco, le harán bullying. —un infantil puchero se formó en los labios del más bajo.

—Yo nunca dije que quería que nuestro​ hijo se llamará Taco.

—¡Lo insinuaste! —gritó.