Estrujado (MuraHimu)

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—Estoy embarazado.

Aquellas dos simples palabras hicieron un eco en su mente, se repetían una y otra vez como un disco rayado. El miedo e inseguridad también se hicieron presentes, pero como no hacerlo si aún era muy joven para tal responsabilidad. Estaba en Stand by, desconectado y posiblemente apendejado.

Aunque sabía que tendría que asumir las consecuencias de sus actos y no huir como cobarde, no importaba él lo que sintiera, no importaba que aún no estuviera preparado, porque nadie nacía sabiendo, sus padres no sabían ser padres cuando él nació y de todos modos lo criaron al igual que los de Tatsuya. Si era necesario el aprendería a ser padre. Tendría que ser fuerte por él bebé, por Tatsuya y por él mismo.

—¡Mierda Atsushi! ¡Di algo por favor! —el gritó de Himuro lo trajo de vuelta a la realidad. El pelinegro soltaba amargas lágrimas llenas de inseguridad. — si tú no quieres al bebé lo entenderé, pero yo tomaré la responsabilidad y...—el pelinegro fue interrumpido gracias a unos dulces belfos contra los suyos. Atsushi se separó a la velocidad de una tortuga.

—Gracias Muro-chin, acabas de salvar mi vida —Tatsuya lo miró confundido—. acabas de quitarme una vida monótona y aburrida de encima, eso me encanta, te amo, los amo. —susurro el más alto pegando su cara al aún plano vientre de Tatsuya.

La reacción de su gigante lo sorprendió, para ser sinceros él había pensado que su reacción sería totalmente distinta y lo mandaría al carajo al enterarse de que esperaba a su hijo, pero no, el titán en verdad se veía entusiasmado ante la idea de tener un bebé. Eso lo hacía alegrarse y justo en ese instante algo dentro suyo se rompía al saber que ya no podría cumplir sus sueños, acabaría la preparatoria, de eso estaba seguro, pero tendría que faltar al menos un mes para dar a luz a su hijo y cuidarlo sus primeras semanas. También sabía que había una probabilidad de que su familia y la de Atsushi se negara ante la idea de tener un nieto tan joven, con suerte lo habían aceptado para ser novio de Atsushi y ahora les venía con la noticia de estar embarazado.

Tenía miedo, no lo negaría, se sentía mal, se sentía bien, sentía de todo. Sin embargo, muy dentro de él sabía que alguien había planeado eso en su destino, su bebé era un milagro, un milagro que él con los brazos abiertos y mucho amor recibiría, y ahora al tener la certeza de que su titán se haría cargo, lo ayudaría y la idea de cargar a su bebé le hacía saber que estaba haciendo lo correcto al tener al bebé, a su bebé.

—Estaremos bien Muro-chin.

—¿Estás seguro?

—A tu lado siempre estaré bien y seguro. Los dos juntos somos fuertes y pelearemos contra todos, con tal de proteger al mini Tatsu-chin que está aquí.—el más alto apunto al vientre y lo beso ligeramente de nuevo.




El momento más difícil llegó, era la hora de contar sobre el embarazo, el vientre de Himuro ya tenía un tamaño prominente que con la ropa ya no se podía ocultar. Habían pasado cinco meses, todo estaba bien, el embarazo era estable y el bebé estaba sano, ya sabían el sexo del pequeño, un varón y la pareja estaba más que feliz.

Sus amigos ya sabían sobre el embarazo, los padres de Tatsuya también lo sabían, estos al principio se decepcionaron, pero unos días después se encontraban muy emocionados ante la idea de tener un nieto, quejándose no conseguirían nada después de todo. Solo faltaban los padres de Atsushi y ése día decidieron que era el momento de informarles sobre lo sucedido.

—¡Tatsu, mi niño! ¡Hace mucho no nos veíamos querido! —la madre del peli morado abrazo fuertemente a Tatsuya al verlo—. Cariño, haz subido un poco de peso.

De bodas a pañales (CORREGIDO)Where stories live. Discover now