¡No!

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Esa extraña cara me hace sentir mal 
¿Por qué mis ojos son tan ciegos? 
¿Por qué mi corazón está latiendo tan locamente? 
Estoy falta de aliento pero es tan precioso, no lo olvides 

Exo- Baby

—¡Quiero fuegos artificiales! y, y, y ¡plumas rosas! ¡Luces! ¡Manteles amarillos! ¡Elefantes! ¡Un pastel verde! ¡Camarones en salsa de aguaca- —Kuroko miraba a Momoi con los ojos saliéndose de sus órbitas, una mueca de desagradó y negaba con la cabeza lentamente.

—¡No! —Kuroko interrumpió a Satsuki aumentando la mueca de horror en su rostro.

— ¿No? ¿Por qué?

—Si la hiciera así sería una boda ¡horrible!, me dan escalofríos de tan solo pensarlo, sin ofender Momoi-san— yo solté una pequeña risita el ver cómo Tetsuya cerraba los ojos y temblaba tiernamente al imaginar la boda, espera, ¿tiernamente? ¡no! él no es tierno, él no es tierno—. ¿Qué clase de boda desean? ¿Una boda tradicional japonesa?

—¡No! —ahora fue mi turno de gritar—, una boda al estilo americano. —sentencie, sin la más mínima intención de cambiar de opinión.

Momoi asintió dándome la razón, los dos queríamos una boda americana, gracias a que yo había vivido toda mi infancia en USA. Nos habíamos pasado horas hablando sobre cómo queríamos que fuera la comida, la decoración, el lugar y de más, hasta que el celular de Satsuki comenzó a sonar y tuvo que salir a contestar. Kuroko y yo nos sumergimos en un silencio incómodo y los dos nos mirábamos a los ojos.

—Kuroko yo... —traté de hablar, pero el peli azul fue más rápido e interrumpió mi frase.

—Está bien Kagami-kun, sé que fue un error, puede estar tranquilo yo no diré nada. No quiero herir a Momoi-san, ella es una de mis mejores amigas y les deseo lo mejor como pareja, en serio. Esa noche quedará en el olvido —me regaló una pequeña sonrisa, pero en sus ojos yo podía ver algo más, un sentimiento que no sabía identificar.

Después de eso el silencio volvió, Tetsuya me ignoró y se giró hacía su computadora para teclear algo, después de unos minutos se giró de nuevo hacia su impresora y de ella imprimo una hoja con una dirección. Me la tendió gentilmente.

—La próxima semana, el sábado a las 3:00 iremos aquí para decidir la tela de los manteles de las mesas, siempre me gusta elegir eso al principio para guiarme a la hora de decidir la decoración —tomé el papel y asentí. Momoi entró segundos más tarde, se despidió de Tetsuya y salimos de la oficina. Ya afuera antes de irnos nos despedimos de Kise con una pequeña reverencia que él respondió con el mismo gesto.

Proverbio Kuroko.

El sábado llegó más rápido de lo que esperaba y pronto ya me encontraba fuera del lugar donde Momoi-san, Kagami-kun y yo no encontraríamos. Como de costumbre decidí llegar 15 minutos antes a la cita para estar preparado. Aunque debía admitir que me sentía un poco incómodo al estar con la pareja, el sentimiento de culpabilidad llegaba cada vez que veía a Momoi-san, yo me había acostado con su prometido por un impulso de idiotez. Pero no era mi culpa ¿O sí? yo no sabía que el prometido de Momoi-san era el chico trigueño con el que me había acostado en el baño de un club.

Recordaba perfectamente que esa noche Kise-kun y yo decidimos ir al club Kiseki porque su esposo, Aomine-kun, era dueño. Cuando llegamos Aomine-kun aún no terminaba su trabajo, por lo cual decidimos sentarnos en una mesa a esperar, Aomine-kun tardaba mucho y yo me aburría, para matar el tiempo decidí tomar un trago, un trago que se convirtió en muchos tragos. Después, sin pensarlo, me encontraba follando con un sexy y alto pelirrojo en el espacio limitado del cuarto de baño. Y al día siguiente me enteré que el chico que me cautivo el corazón era, nada más y nada menos, que el prometido de mi mejor amiga.

—Kuroko, hola —me giré hacía dónde provenía la voz y me encontré con Kagami vestido con jeans, converse y una playera negra que se pegaba deliciosamente a su marcado abdomen.

—Hola Kagami-kun, ¿Y Momoi-san? —pregunté algo confundido al no ver a la energética pelirrosa junto a su prometido. Kagami-kun sonrió ligeramente y rasco la parte trasera de su cabeza, en un gesto de nerviosismo.

—Ella no pudo venir, la solicitaron de emergencia en su trabajo —asentí, sabía que el trabajo de Momoi-san requería mucho tiempo, ya que era una gran abogada. Pensar en eso me hizo preguntarme ¿En que trabajaba Kagami-kun?

—Kagami-kun ¿Puedo hacerle una pregunta?

—Claro — respondió con simpleza.

—¿En que trabaja usted?

—Soy presidente de una empresa en Estados Unidos —lo mire asustado.

— ¿Y Donald Trump?

—No te preocupes, él es mi BFF, no me hará nada —los dos estallamos a carcajadas, causando que la gente que caminaba por la calle nos voltearse a ver raro. Al terminar de reír decidimos que lo mejor sería entrar de una vez al lugar.

Todo estaba lleno de telas de distintos colores y diseños, algunas eran más suaves que otras y algunas otras eran ásperas, en las esquinas del lugar había distintos ejemplos de cómo se vería la tela en uso. Una empleada de la tienda se nos acercó a preguntar que necesitábamos, yo me encargue de decirle que solo estábamos viendo.

Proverbio Kagami.

Kuroko se encargó de decirle a la empleada que solo estábamos observando, ella solo asintió amablemente y se alejó hacía un mostrador ubicado en la esquina.

—¿Qué opina si los manteles son de seda con un bordado en tonos plata y beige? —me pregunto mientras escribía notas en su iPad mini—, y para que combine sobre eso ponemos unos bellos platos de porcelana y una servilleta negra de seda al igual que el mantel.

—Me parecería genial, tienes un muy buen gusto, a Satsuki le encantará y lo que más quiero es que a ella le guste. —Kuroko asintió con una mueca y el ceño fruncido. ¿Qué era lo que le molestaba?

Después de la pequeña plática, el peli azul se encaminó a una esquina donde había telas parecidas a las que él describió.

— ¡Hey Kagami-kun! ¿Qué le parece está? —desenrolló la tela y me la mostró.

—Me gusta, pero se vería mejor sí —desenrolle aún más la tela y después jale a Kuroko hacia mí, para a continuación enrollarlo de pies a cabeza con la tela dejando solo su cara al descubierto, como un burrito. Me reí fuertemente al verlo intentar caminar—. Pareces un pingüino.

La cara de Kuroko se volvió roja al escucharme. — ¡Oiga! No puedo caminar bien, no se ría.

Lo ayude y continuamos analizando telas. En resumen, terminamos haciendo un revoltijo de telas, las empleadas nos miraban mal y Kuroko y yo nos dedicábamos a reír a esparcir aún más telas—, ¡Wow! El último en salir de la tienda, tiene que regresar a recoger todo —Tetsuya salió corriendo, pero yo fui más rápido y lo envolví por la cintura evitando su huida. Kuroko se paró y se giró lentamente, provocando que quedáramos cara a cara, a unos centímetros de distancia. Mis ojos inconscientemente pararon en sus labios y el imitó mi gesto, cerrando sus ojos en el proceso. Nos acercamos poco a poco y justo cuando nuestros labios de rozaron reaccioné y me separé de Kuroko.

—Eh, será mejor que nos vayamos.

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¡Hola!

Lamento tantos cambios en la narración xD pero no soy una experta en esto.

De bodas a pañales (CORREGIDO)Where stories live. Discover now