El reino caído

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-Debes protegerla- Decía la reina Ireth al joven elfo frente a ella- Llévala Rivendel su rey la acogerá como una de los suyos, no dejes que nada le pase Lólindir- Suplicaba con lágrimas en los ojos.

-Majestad acompáñeme, aún hay tiempo de salir- Rogaba el elfo

-No, te daré mucho más tiempo si me quedo aquí- Sentenciaba la joven- ¡Se valiente cariño, tienes un gran futuro por delante, no olvides que te amamos!- decía ahora a la bebe que yacía en los brazos del elfo- "Para poder vivir debes por ahora dormir"- y mientras la reina pasaba su mano por el rostro de la niña al decir estas palabra, los ojos de la pequeña se cerraron sumiéndola en un sueño profundo.

-Váyanse, Elrond sabrá deshacer el hechizo- dicho esto condujo a Lólindir a una puerta secreta-Adiós mi pequeña Celebrían- y dicho esto cerro de inmediato la puerta.

***

El pueblo estaba en llamas, cada casa estaba desmoronándose y sus habitantes estaban siendo asesinados, la guerra había alcanzado al gran reino del bosque de niebla, ya no había elfos protegiendo las murallas, el rey Huor había caído en las escaleras que conducían al interior del gran castillo, el cual comenzaba a incendiarse. La reina Ireth estaba junto a una cuna, lágrimas de aflicción corrían por su hermoso rostro. Se aferraba a esta con ambas manos mientras esperaba que el final de su vida llegara, los pasos se oían cada vez más cerca de la habitación, los intentos de su esposo de mantener al enemigo alejado mientras su esposa e hija huían habían sido en vano. La puerta se abrió de golpe una armadura negra y grande, mejor conocido como Sauron estaba en el umbral sosteniendo una espada y en uno de sus dedos estaba un anillo de oro, el cual era el causante de la guerra.

-Pensé que habías sido más inteligente y habrías huido con la princesa querida Ireth- dijo Sauron mientras se aproximaba a la reina lentamente- Ahora veo que los elfos no son tan listos como presumen- dijo mientras se detenía frente a la elfa.

-Vete al infierno- dijo Ireth reuniendo el poco coraje que le quedaba.

-¡CALLATE!- grito Sauron mientras su espada se clavaba en el cuerpo de la reina y la dejaba caer junto a la cuna, de un manotazo aparto las mantas que cubrían a la cuna solo para descubrir que se encontraba vacía.

Una risa se apodero de toda la habitación sacando a Sauron de su asombro, era la reina.

-Así que los elfos no somos sabios ¿eh?- dijo Ireth con ironía utilizando las pocas fuerzas que le quedaban

-¿Dónde está?- dijo Sauron bastante molesto- DIME DONDE ESTA- Grito mientras apuntaba con su espada el cuello de la elfa.

-¿Acaso crees que te lo diré?- dijo sarcásticamente- Primero muerta- y dicho esto Sauron clavo su espada en el corazón de Ireth dejándola ahora sí, sin vida.

***

A leguas del palacio un elfo galopaba a gran velocidad llevando consigo un ser muy especial. Se dirigían a Rivendel, un reino de elfos que se encontraba en paz. En ese lugar vivía un muy buen amigo del rey Huor, el rey Elrond.

Días después de la huida del bosque de niebla el jinete por fin llego a su destino.

-¡Ayuda!- Gritaba el guerrero mientras entraba a la ciudad.

La armada del rey corrió en su auxilio y lo condujeron al palacio.

El rey Elrond corría por los pasillos para llegar más rápido a la sala donde su visitante aguardaba. La noticia le había caído como balde de agua fría y quería saber qué era eso tan importante que el caballero del bosque de niebla le había llevado.

-Su majestad- dijo un elfo de cabello corto castaño que sostenía un bulto en sus brazos- soy enviado por sus amigos del bosque de niebla, hemos sido atacados por Sauron y lamento informarle que los reyes han caído- dijo con un gran lamento.

-Huor e Ireth muertos- dijo Elrond en un susurro- Lamento profundamente su muerte, pero no creo que solo hallas venido a comunicarme este lamentable hecho- dijo con profunda tristeza y curiosidad.

-No mi señor, como sabe mis reyes habían tenido no hace mucho tiempo una heredera a la cual Sauron ansiaba con todas sus fuerzas- dijo Lólindir con calma- Aun desconozco el motivo de este por tenerla.

-¿La princesa fue capturada?- pregunto alarmado Elrond.

-No su majestad- se apresuró a responder Lólindir- antes de que Sauron llegara a ella, la reina me condujo a un pasaje que atravesaba la ciudad hasta sus límites y me encomendó proteger a la princesa y traerla a usted- termino entregando al rey el bulto en el cual reposaba una bebe profundamente dormida- La reina le puso un hechizo para que durmiera durante el viaje y me dijo que usted podría quitárselo.

-"Tu camino está por comenzar por lo que debes despertar"- dijo el rey en elfico después de unos momentos de reflexión.

El bebe que momentos antes dormía plácidamente abrió los ojos los cuales cautivaron al rey inmediatamente, eran de un tono verde esmeralda con un brillo único que resaltaba su hermosa piel bronceada. El rey sonrió y mando a llamar a su esposa Celebrían.

La reina bajaba calmadamente las escaleras de la mano de un niña hermosa, su nombre era Arwen, la princesa de Rivendel.

La puerta del salón se abrió y la reina observo con curiosidad a su esposo y a su invitado. Dedujo por la fachas del caballero que no podía traer más que malas noticias.

-Mi querida Celebrían- dijo Elrond con una sonrisa al ver llegar a su esposa- Una desgracia ha caído en el reino del bosque de niebla, pero un regalo a llegado a nosotros- concluyo mientras tendía a la pequeña a los brazos de su mujer.

-Querido, ¿Cómo puede la destrucción de un reino ser un regalo para nosotros?- dijo mientras recibía a la bebe en brazos- ¿quién es esta niña?- Pregunto a Lólindir

-Su majestad, es la hija de los reyes Huor e Ireth- dijo mientras hacia una reverencia- Somos los únicos sobrevivientes del Bosque de niebla, mis reyes confiaban en su bondad para cuidar de su hija.

- Lamento profundamente lo que ha pasado con tu pueblo- dijo mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. La reina Ireth había sido su más grande amiga y le destrozaba saber el destino que había tenido.- Agradezco la confianza que ella ha tenido con nosotros y puedes estar seguro de que la princesa será bien recibida en nuestra casa.

-Me alegra oírte decir eso- Expresó Elrond a su esposa- Pero no nos ha dicho cuál es el nombre de la princesa- Indicó el rey mientras observaba al joven elfo

-Majestad, le parecerá gracioso- dijo Lólindir con una sonrisa- Su nombre es Celebrían, en honor a la mejor amiga de mi reina- Señaló mientras observaba la reacción de la reina de Rivendel.

-Sí que es una sorpresa- dijo la monarca mientras observaba a la niña que le sonreía- A partir de ahora eres una princesa de Rivendel- susurro mientras acariciaba el rostro de la niña.

-Lólindir- dijo el rey elfo- tienes que cumplir la misión que tus reyes te han encomendado, debes cuidar de la princesa Celebrían- decía mientras colocaba su mano en el hombro del muchacho- Debes unirte a nuestra armada.

-Majestad, cumpliré mi misión y a partir de ahora le entrego mi lealtad- y dicho esto hizo una reverencia al rey y la reina de Rivendel.


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El Señor De Los AnillosWhere stories live. Discover now