YAKUZA (Levi Ackerman Y Tu) EN EDICION

Capítulo Diecinueve

Este capítulo se tratará sobre la escuela, así que si no quieren leerlo no están obligados.

Capitulo diecinueve:"Escuela e historias de amigos"

Ya, al frente de la entrada al instituto. ______ baja cuando Jean le abre la puerta del vehículo.

-Gracias Jean, nos vemos a la salida. -estaba despidiéndose como siempre, y como siempre, Jean se quedaría allí hasta que se asegurara de que había entrado con normalidad. Sin embargo, Jean salió del auto con ella. _______ lo miró extrañada. -Acaso ¿entrarás conmigo?

-Por hoy, debo hacer algo, vamos.

Mientras se dirigían al interior del establecimiento, Jean estaba pendiente de cualquier cosa que pasara alrededor de ellos, mirando a cada uno de los estudiantes que pasaban. _______ miraba eso con una sonrisa nerviosa. Los estudiantes se asustaban cada vez que cruzaban mirada con él, ya que cuando Jean estaba en guardia tenía una expresión realmente tenebrosa.

-Relajate. -habló la chica, Jean la miró levantando una ceja. -Hay mucha seguridad aquí ¿ves? -señaló a los hombres grandes que se encontraban en el portón y la entrada al edificio. -No hay de qué preocuparse.

Aunque ella dijo eso, aún así, Jean los miró con recelo. No se podía fiar de absolutamente nada. De repente, a punto de entrar al edifico, los dos, o más bien Jean, es detenido por uno de los hombres de seguridad. Éste pone su mano en el pecho del castaño, recibiendo una mirada endemoniada del Jean.

-No puedes entrar aquí, te pediré que regreses por donde viniste. -dijo el guardia.

A Jean se le inflaron las venas.

-¿HAA? -preguntó pegándose amenazadoramente al guardia, que se mantuvo firme. -Sal de mi camino, escoria.

-Ammm ¿Jean? -ella le agarró el hombro. ¿Iba realmente a pelear con el guardia?

-¿Sabés con quién estás hablando siquiera? -Jean la ignoró y continuó.

-No he tenido el honor, aunque tampoco... no me interesa. -lo provocó el Otro y ______ lo miró con enfado. -Debe irse, y te lo digo por las buenas. No me obligue a usar la Fuerza.

Jean le levantó una ceja, perplejo por la ignorancia del guardia.

-Eres un idiota. -sonrió Jean al decir eso y, acto seguido, sacó algo de su camisa y la empujó hacia el pecho del guardia con fuerza. -Nadie nos prohíbe algo, menos escoria nueva como tú.

Una navaja relucía a punta sobre el pecho de aquel guardia, pero no era cualquier navaja. Esta era dorada y en la hoja sin filo se podía ver grabado el nombre Ackerman junto a un escudo muy reconocido. La cara del guardia palideció recordando las intrucciones de su jefe, no tenia idea que se estaba metiendo en un gran problema.

-¡L-lo siento mucho! -se inclinó en una reverencia apresurada.

-Por lo menos ahora sé que aquí hay seguridad rigurosa. -dijo Jean guardando la navaja nuevamente.

-Te lo dije. -rió _____.

Junto al insistente guardia, decidieron que, lo que había pasado allí, quedaría entre ellos tres y nadie más.

Al ingresar, Jean no paraba de mirar su teléfono. Ya un poco más confiado. Sonreía y por ratos largaba una que otra risilla, y ______ que estaba viendo todo eso en primera fila, no tardó en cuestionar.