Capitulo XXII El tiempo no se detiene

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Horas después...

Julia

Despierto, el cielo se ve rojizo pues ya está atardeciendo, desde mi ventana empañada veo a niños jugando en el pasto medianamente seco y amarillento.

Al ponerme de pie e ir hacia el espejo me siento mareada y mi vista poco a poco se nubla hasta que caigo al suelo y pierdo el total conocimiento.


***


Intento abrir los ojos, pero mis párpados pesan.

—Estará bien, cuando se despierte le dicen que vaya a mi despacho.

Trato de reconocer al hombre que habla, pero no lo sé.

—Gracias doctor.

Él es Jonathan. ¿Estoy con un doctor?

—Adelantense, la llevaré cuando despierte.

Esa es una tercera voz, con dificultad abro mis ojos lo suficiente.
Siento el peso de alguien en el costado de la cama, obviamente esta no es mi cama ni mucho menos mi habitación.

Lo primero que veo es una cabellera negra, su cabeza apoyada en la esquina de la cama con el rostro escondido entre la sábana blanca.

Intento hablar pero mi voz no logra ser escuchada, recorro mi mano hasta esa persona, él sobresalta y levanta la mirada.

—¿Derek?—Intento llamarlo, aunque más bien suena como un susurro.

Se talla un ojo, su rostro se ve cansado y su cabello desordenado, —Al fin despiertas.

—¿Qué hago aquí?

—Es una larga historia, por ahora vamos a llevarte a que veas a Luis.

—¿Luis?

—El doctor, Julia.

—¿Por que debo ir con un doctor?

—Que te lo diga él. Levantate y vámonos —Se endereza y toma una botella de agua.

Quito las cobijas de encima mío y busco alrededor de la cama un par de zapatos.

—Están debajo —Señala.

Asiento con la cabeza y tomo mis botas, Derek me arroja la botella de agua, bebo un poco y salimos de la habitación, cruzamos un pasillo, la casa se ve como las demás a excepción de que esta tiene pintura y muebles blancos, llegamos con Jonathan a lo que parece ser la sala.

—Hey —Me saluda frotando mi cabeza —¿Te sientes mejor?

—¿Eso creo?

—Bueno, vamos con el doctor.

—Sí...

Entramos a un despacho, este tiene muchos anaqueles con pequeños frascos naranjas y transparentes, todos con una etiqueta.

Quien creo es el doctor, un hombre joven de cabello gris y lentes, escribe algo en una libreta.

—Julia, —Se levanta — Si ya estás de pie espero que sea porque te sientes mejor.

Séptimo díaWhere stories live. Discover now