Capítulo XII Chibs.

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3 de Mayo. Charming. 4:16 p.m

Chibs entró en capilla cuando ya todos estaban reunidos en torno a la mesa con la parca tallada a mano, la gran mayoría debía darle noticias, fueran buenas o malas, pues a casi todos les había puesto una tarea que giraba en torno a aquellos chicos que les estaban amenazando. Lyla se había marchado de la ciudad, el club le había dado algo de dinero y le había prometido que le devolvería a sus hijos sanos y salvos, ella no les creyó, pero no se quedó en Charming para tratar de evitarlo.

Los hombres de Tacoma se habían instalado en la ciudad, vigilaban noche y día la reparación de Diosa Norte y Reedwody, además protegían a las pocas chicas que habían decidido confiar en el club y quedarse con ellos en lugar de irse a hacer la calle.

Los hombres de Nevada también se habían instalado en la ciudad, algunos rondaban por el garaje armados, otros se habían instalado con las familias de los amigos y conocidos del club... el objetivo era que nadie más muriese, no si Chibs podía evitarlo.

El Escocés se sentó al frente de aquella mesa, en el lugar que ocupa al presidente del club. Entonces empezó a pasar revisión de todo lo que había pedido.

—G, Orejas... ¿Qué tenemos? —Los novatos debían ser los primeros en responder, la primera fue la chica apodada G.

—El chico no sale de su casa, no va a la compra, ni pasea, ni sale con nadie... dudo que la gente de Charming le haya visto alguna vez. —G dio un pequeño golpe sobre la mesa para sentenciar, no había conseguido nada.

 —Seguí a Abel hasta Stockton, allí le perdí el rastro y no lo volví a encontrar. Por lo que he visto de él, es el líder del grupo, él ordena y el resto obedece. Él se encarga de hacer todo lo que haga falta. No se preocupa de mirar si le siguen, no está alerta... Es extraño, yo en su lugar estaría vigilando mi culo.

No eran buenas noticias lo que los novatos le habían dado. Miró a Emma e hizo un gesto con la cabeza para que empezase a hablar.

—Yo traigo buenas y malas noticias. Empezaré por las malas, la hija de Tig protege a los hijos de Lyla, no he conseguido ver a ninguno de ellos alejado a más de diez metros de ella, es algo parecido a una segunda madre, totalmente imposible intentar acercarse a ellos. No he logrado seguirles hasta su casa, les he seguido varias veces saliendo de la casa de Abel y les pierdo el rastro siempre en el mismo sitio. El objetivo es claro, que nadie se acerque a ellos dormidos o despiertos, por eso tanta protección, no sabemos donde están viviendo ni van solos a ninguna parte.

No podían estar viviendo muy lejos, si algo pasaba debían estar cerca de Abel y Thomas para ayudarles, sin embargo las posibilidades eran infinitas y comprobar casa por casa en el pueblo era una tarea imposible. Podrían estar haciendose pasar por estudiantes y alquilando una habitación en la casa de cualquier vecina de Charming. O podría estar en alguna casa abandonada, sin vecinos y sin nadie que se preocupe.

—¿Y las buenas noticias? —Preguntó Tig.—

—G se equivocó, Thomas sí ha salido de casa. Hace un par de días seguí a Fawn, estaba inquieta e iba de un lado al otro con el coche de Abel. Hasta que llegó al cementerio de Charming, donde pude ver como recogía a Thomas de la tumba de su madre, estaba durmiendo encima de la lápida el pequeño psicópata.

— ¿Y eso es bueno? — Chibs puso en duda que aquella noticia fuese positiva.

—No.— Negó Emma sonriente, estaba deseando soltar aquella noticia.—Pude escuchar un poco de la conversación entre Fawn y Thomas. Él preguntaba una y otra vez por su hermano y ella le dijo que estaba en el sur de Nevada, reunido con un tal "señor X" que les daría el sueldo del mes y que les diría la fecha exacta en la que podían actuar contra nosotros.

—Eso es una putada... Si realmente hay alguien detrás de ellos, no podremos hacer nada. — T.O golpeó la mesa furioso. Todos seguían mirando a Emma, que había calificado aquella noticia de buena.

—Escuché a Thomas decir que ese tal "señor X" no existe, que es Abel. Fawn no le creyó, pero dudó cuando el psicópata se lo dijo. Si no existe, están solos y engañados por su amado líder, solo necesitamos hacer que duden los unos de los otros, serán vulnerables.

Era una buena noticia, si realmente no existía esa persona misteriosa y Abel estaba engañando al resto, no se lo perdonarían y seguramente se quedaría solo, incluso su hermano le daría la espalda al descubrir que le había llevado a una misión suicida sin nadie que les protegiese, Chibs asintió mostrando una ligera sonrisa en su cara magullada por el paso del tiempo.

—Deberíamos poner a prueba la existencia de esa misteriosa persona. G, ¿Thomas no sale nunca de casa? —Preguntó Chibs.

—No, se pasa el día allí metido. Sale algunas tardes al jardín trasero, pero siempre está Abel rondando cerca, es imposible acercarse a él.

—Tiene que salir a recoger el periódico, la correspondencia... a cualquier cosa. Haz memoria.

—No, se encarga de todo eso su herma...—No terminó la frase, había recordado algo.—Sí, sí. Algunas noches sale a sacar la basura al cubo que tienen frente a la puerta de casa. No es mucho, hay un margen de unos diez segundos en los que está desprotegido, hay que ser rápido.

—Happy, Tig... os encargáis vosotros. No quiero que le hagáis daño, le cubrís el rostro, le atáis y le traéis aquí ¿De acuerdo? Vamos a comprobar si realmente alguien les protege.

Chibs golpeó con el mazo sobre la mesa para dar por finalizada la sesión y miró a su vicepresidente, que asintió con la cabeza para que confiase en él.

Sons of anarchy Next Gen.Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora