Capítulo XIX Tig

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8 de Mayo. Charming. 10:02 p.m

Todas las miradas en aquel garaje se centraban en Emma, que había vuelto hacía pocos minutos con intención de explicar lo que había pasado, estaba serena, calmada y radiaba seguridad y fortaleza por los cuatro costados, todos pensaban que lo había cumplido, pero no dijo nada hasta que todos estuvieron reunidos en aquel garaje, de pie, formando un círculo irregular.

— Le he disparado. —Afirmó ella con voz calmada y seria.

Tig, el vicepresidente de aquel club, observaba la escena con dudas, la primera vez que él había asesinado a alguien estuvo triste y apático varios días, ella no lo estaba y tenía la certeza de que Abel seguía vivo.

— No le has matado. —Afirmó aquel hombre, captando la atención de todos los presentes.

— No. — Corroboró ella dandole la razón. — Está herido, le dí en un brazo y antes de que pudiese rematarle se abalanzó sobre mí y me quitó el arma.

Rata bajó la mirada decepcionado, a pesar de haberse ofrecido por falta de confianza en que ella lo lograse, era el que más tenso había estado y el que más deseaba que cumpliese con la misión.

— Me ha dado un mensaje para ti, presi.

— Habla. — Pidió Chibs.

— Los Rusos se están armando y se están preparando para venir a recuperar su maletín. Y si no lo encuentran van a convertir este pueblo en un campo de batalla. También me ha dicho que el maletín está muy lejos de Charming y que no lo recuperarás en tu puta vida.

El presidente del club pateó una caja de herramientas que salió volando hasta estrellarse con una columna cercana.

— Si los Rusos entran en Charming y no tenemos el maletín correrá la sangre. No estamos preparados para una guerra, ahora no.

En ese preciso instante Tig recibió una llamada y se apartó del grupo para contestarla, nadie se había percatado de aquello pues estaban discutiendo sobre lo que podían hacer para evitar una guerra. Cuando colgó irrumpió en la conversación, tenía noticias más importantes.

— Han detenido a Quinn en el hospital de Oregon por saltarse la condicional, le llevan a prisión.

— ¿Y quién está con Venus? —Preguntó Chibs.

— Ahora mismo solo Chuckie. Orejas, con ella ya. —Ordenó Tig.

El novato abandonó el garaje para subirse a la moto, apenas un minuto después salió del recinto en dirección a Oregon, no podían dejar a Chuckie y a Venus solos en un hospital fuera de su alcance.

—¿Por qué el Sheriff no nos ha avisado? ¿Nuestro viejo amigo quiere más dinero?

— Ha sido él quien me ha llamado. Alguien de muy arriba le ha dicho que debe dejar de ayudarnos, saben que está untado.

— Cortan nuestras relaciones con Mayans, con la policía, nuestros negocios... Alguien está intentando aislarnos. —Explicó Rata.

— Es Abel, estoy segura. — Emma se mostraba segura, nadie sospechaba que hacía unas dos horas había estado destrozada, llorando y sin una gota de energía para seguir hacia delante. 

— T.O, llama a Alvarez y dile que nos pase algunas armas sin que se entere Rosa. —Pidió Chibs.

El vicepresidente del club echaba de menos esos tiempos de guerra, llamadas y preocupaciones, era el ambiente en el que mejor se movía y en el que mejor podía ayudar, sin embargo en aquella guerra ellos eran el objetivo del resto de los bandos. La policía, los Rusos y aquellos chicos, entre los que se encontraba su hija. Si decidían atacar a cualquiera de ellos, el resto se lanzaría sobre el club, debían ser pacientes. 

Tig apartó a un lado a Chibs, sacándolo del garaje para llevarlo al exterior, donde los dos pudieron hablar con calma.

—No tenemos hombres para una guerra. La policía, los Rusos, los niñatos estos... son demasiados frentes abiertos, tenemos que centrarnos en uno y olvidar el resto.

— No podemos centrarnos en uno solo. Los Rusos quieren el maletín de los niñatos y no podemos hacer nada sabiendo que a la primera bala que se nos escape, tendremos a toda la policía del condado detrás de nosotros.

—Tenemos que blindaros. Que cada filial nos mande un par de hombres y armas, lo que puedan. Encerrarnos con familia, amigos y esperar a que las cosas se tranquilicen.

— Si recuperamos el maletín tenemos alguna opción de salir todos con vida.

— Abel nos quiere muertos y la persona que hay detrás de él también. No tengo ni idea por qué, pero saben lo importante que es el maletín y te aseguro que no va a ser tan fácil recuperarlo.

— Él nos está aislando, hagamos nosotros lo mismo con él. Vamos a ser listos, presi.

Ambos se quedaron en silencio, pensando lo mejor para el club y la mejor forma de aislar a Abel.

— Emma nos dijo que Fawn vive con los hijos de Oppie. Y ellos no saben que quien está detrás del vídeo de Lyla es Abel. Tienes que hablar con tu hija, explicarle todo y encontrar a esos chicos para explicarles lo que su líder está haciendo. También necesito que hagas creer a tu hija que el señor X no existe. Sembrar la duda. Crear una desbandada. Si le dejamos sin soldados será nuestro.

—¿Y los Rusos? —Preguntó Tig.

— Aún tardarán en venir, pero necesito que te des prisa.


Sons of anarchy Next Gen.Where stories live. Discover now