Capítulo Piloto: El llanto de la luna llena

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Rei dormía plácidamente en su alcoba cuando de pronto fue atacada por un sin número de pesadillas donde podía ver a Serena enredada con lo que parecían ser una especie de cables que la hacían sangrar y asfixiaban, mientras ella lloraba y trataba de alcanzar algo con sus manos que caían inertes a sus costados.

Rei ante esto se sobresalto y casi cayéndose fue corriendo al templo a consultar a sus ancestros y, al invocarlos sólo pudo observar que todo estaba bien, entonces se empezó a preguntar si todo estaba bien realmente y si solo habían sido simples pesadillas, sin embargo, no estaba a gusto con aquello  y volvió a consultarlos obteniendo la misma respuesta.

Mientras tanto...

Una joven rubia no podía dormir, desde hace unos días un sueño recurrente la asaltaba, entonces sintiéndose mareada fue lo más rápido posible al baño y al levantar la tapa comenzó a vomitar, mientras en sus ojos se reflejaba la angustia y el terror,  así que viendo que estaba sola, de su bolsillo sacó un pequeño paquete, el cual abrió e hizo lo que le indicaba el empaque y al terminar se seguir las indicaciones se lleno de horror al presenciar lo que le indicaba aquel pequeño objeto, pues le decía que ella estaba embarazada, fue entonces su mundo se le cayó encima, ¿cómo le diría a su familia y a Darien?, ¿porqué extrañaba tanto a Seiya? ¿porqué su recuerdo la reconfortaba tanto?, ahora, ¿qué haría?.

Todas estas preguntas se agolparon de golpe en su cabeza y sin poder detenerlo comenzó a llorar amargamente, se recriminaba de su debilidad, pero mas que nada el haber dejado marchar a aquella estrella que le demostró un amor puro y sincero, sin condición y sin ningún fantasma del pasado.

Mientras al otro lado del universo...

Una joven suspiraba y tenía una mirada triste y melancólica, sus hermanas le veían con gran curiosidad, pero cada que querían hablarle ella solo les cambiaba el tema.

Ella extrañaba a aquella torpe y sincera chica, aquella que cambio su mundo y lo lleno de color, aquella que con solo una sonrisa podía iluminarla.

La princesa del planeta de fuego no era tonta y sabía a que iba aquel comportamiento de  su estrella, sin embargo, no podía hacer nada o tal vez, no quería hacerlo, ya que no quería separarse de ella nuevamente, pero, el sufrimiento de la joven le rompía el alma y sabía que lo que hacía estaba mal.

La joven casi no podía dormir, pues cada vez que soñaba, su recuerdo se le venía a la mente, no obstante, sabía que ella era feliz con aquel a quien amaba y amargamente había aceptado su destino, saber que ella nunca la amaría, deseaba tanto haberla podido conquistar antes o haberla conocido primero  que aquel sujeto, pues por ella y ese amor tan grande que le tenía hubiese sido capaz de quedarse en la Tierra a su lado, amándola como ella se merecía, como la princesa que era, sin embargo, eso jamás podría ser y hundía su alma en melancolía.

Volviendo a la Tierra....

La joven de cabellos rubios luchaba por callar su llanto y que nadie la escuchara, después de haber perdido a Chibi chibi, a Seiya, Taiki y Yaten  se sentía muy melancólica, tal parecía que todo había vuelto a la normalidad, Darien estaba con ella y había vuelto a su rutina, pero..., ya no tenía los mismos sentimientos hacía él, algo había cambiado y aunque le juraba amor eterno sentía que algo en ella  hacía falta.

Mina retomó su sueño y pronto iba a debutar, estaba muy feliz por ella, todas las demás volvían a su vida normal y ella..., ella se sentía estancada, ahora que había descubierto que estaba embarazada todo iba peor pues ese bebé no era de otro más que de Seiya, fue solo una noche en la que estuvieron juntos, aquel día de lluvia en que él pidió ser el remplazo de Darien, aquel día que se dejó llevar por su depresión y termino sucumbiendo ante sus brazos, aquel día en que se entregó en cuerpo y alma a aquel hombre a quien..., ella ahora amaba, que tarde se dio cuenta de ello al estar encaprichada con su futuro y con aquel a quien tanto había querido, ahora, su estrella no sabía que sería padre y no sabía que hacer con la vergüenza de sus acciones, aunque, para ser sincera no se arrepentía de ello y la personita que  crecía en ella no tenía la culpa de su complicada vida.

Al día siguiente hablaría con aquel que le juro amor eterno; solo esperaba que la perdonasé o al menos que la apoyara, pues ella era frágil y necesitaba todo el apoyo posible, ella no era tan fuerte como la mayoría pensaba ya que solo era una joven adolescente.

Nuevamente Encuentrame Where stories live. Discover now