Un no (AoKise)

Start bij het begin
                                    

—¡Salve a la princesa! —el moreno gritó feliz.

—¡No, aún no, la recuperaré! —gritó en forma de respuesta el más alto del grupo.

Aomine rápidamente corrió junto a Kise en busca de un escondite. Y no tardo en encontrarlo. La pareja se escondió tras un enorme bote de basura, aunque todo era más grande que ellos en ese momento.

—Aominecchi, aquí huele horrible—. Se quejó el rubio, pero fue callado por un "shhht" de Aomine—. Pero es que...

Nuevamente fue interrumpido.

—Calla, Murasakibara nos encontrará.

—Mooo~ Aominecchi no seas así, yo solo quiero buscar un nuevo esc...— fue repentino, chiquito y sencillo, fugaz como un rayo, tierno y dulce como un cup cake. Fue un beso, un inocente pico que dejó a Ryouta mudo. Aomine lo había besado para callarlo. Literalmente lo había callado de la forma más linda—. ¿Q-Qué fue-e eso?

—Lo vi en una película, quería probarlo contigo y fue a mejor oportunidad.

Las mejillas del rubio se convirtieron en granadas.

Desde ese día jugar a los policías y ladrones se convirtió en el juego favorito para la pareja.

Pasaron seis largos años y se encontraban en su usual escondite, ya tenían doce años y aún seguían jugando ese infantil juego, pero en su pequeño grupo de amigos se habían incluido más y el juego con más gente se hacía más divertido. Aunque Kise nunca había dejado de ser la damisela en apuros.

—Kise creo que la pulga y Murasakibara ya se fueron. —habló Aomine, pero no recibió respuesta, Kise siempre contestaba por lo cual le pareció extraño, confundido se giró hacia el rubio, en busca de una respuesta, pero a cambio solo obtuvo unos suaves labios contra los suyos. Se trataba de otro inocente y torpe beso. La pareja inmediatamente se separó, pero esto no duró mucho gracias a que en cuestión de segundos Aomine volvió a unir sus labios con los del más bajo—. Kise, se mi novio.

Por primera vez en todo el tiempo que llevaban juntos Ryouta vió a Daiki sonrojado. Y podía decir que era una de las cosas más tiernas que había visto en su vida.

—Acepto.

—De todos modos, no aceptaba un no como respuesta.



La primera cita es un momento especial que puede acarrear nervios y en situaciones extremas ansiedad, ya que ambos tratan de dar lo mejor de sí mismos. Obviamente a Aomine los nervios lo consumían al tener su primera cita con Ryouta. Desde algunos días antes le surgían dudas sobre cómo actuar, cómo vestirte, qué cosas decir y qué evitar hacer en su primera cita de novios con ese chico que tanto le gustaba.

Tanto nervio tenía que terminó leyendo consejos/tips para tu primera cita, en una revista especializada en chicas. Y llegó a la conclusión de que tener una cita era más complicado de lo que parecía, malditas películas engañosas de Holiwood.

El temido día llego, la cita daría comienzo desde la salida del instituto. Todos los alumnos ya rumoreaban sobre la nueva pareja, pero eso en verdad a ninguno de los dos les importaba, lo primordial ahora era no cometer vergüenza alguna.

La campana sonó y todos los alumnos salían desesperadamente del infierno, caminando hacia la salvación. Todos menos Ryouta y Daiki, los dos se quedaron parados a un costado de la salida, mirándose. El primero en reaccionar fue el moreno, quien se acercó al rubio y tomo su mano para comenzar a andar en dirección a una pequeña heladería, en donde charlaron y rieron por aproximadamente tres horas.

Las siguientes citas fueron menos nerviosas los dos se sentían calmados y en paz, pero aún con el pasar de los años no perdían el toque especial que caracterizaba a la pareja.






Verlos tomados de la mano y caminar por los pasillos ya era algo normal para todos, pues la pareja llevaba junta desde que tenían doce años y ahora tenían 18, es decir 6 años de novios, a punto de terminar la preparatoria. Todos sabían que ellos se amaban, era imposible no notarlo, gracias a la cara de idiota de Aomine al ver a Kise y viceversa. Pero lo que, si sorprendido a todos fue cuando inesperadamente en un pasillo del instituto, el peli azul se arrodillo frente al bello rubio y con suave voz y muchas miradas observando la escena le pido matrimonio.

—Kise Ryouta, te conozco desde que tenemos seis años. Se todo sobre ti, amo todo de ti, tus imperfecciones y defectos, amo la forma en la que sonríes por las mañanas y la extraña manía que tienes por abrazar y sonreír a todos, amo tu obsesión por las selfies, amo tu cabello, aunque todos digan que es tinturado, amo tus lágrimas, amo tu felicidad y tristeza. Y puedo asegurar que quiero y deseo con toda mi alma amar todo eso por el resto de mi vida. ¿Me harías el favor de hacerme el hombre más feliz del mundo y casarte conmigo? —las lágrimas inundaron los ojos de Kise y con la cabeza asintió frenéticamente.

—¡Acepto! —Ryouta se abalanzó contra a su ahora prometido y lo abrazó lo más fuerte que pudo.

—De todos modos, no aceptaba un no por respuesta.

De bodas a pañales (CORREGIDO)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu