Estrujado (MuraHimu)

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El comentario hirió a Tatsuya, en esos últimos meses la cuestión de su peso era un poco delicada para él, y más con todas aquellas hormonas revoloteando por ahí si control. Aunque no podía culpar a la mujer, ya que ella no sabía sobre su pequeño.

—eh, un poco, ¿cómo está? —preguntó el pelinegro mientras entraba a la casa seguido de Atsushi.

—Muy bien, ¿Gustan comer?

—Claro mamá, ¿Este papá? —preguntó Atsushi.

—Sí, acaba de llegar. Tomen asiento, en unos minutos servirán la comida. Tu papá bajara en poco, Atsushi.

—Está bien.

Los tres tomaron asiento y hablaron sobre diversos temas, hasta que el Sr. Murasakibara se presentó en el comedor, saludo a todos los presentes y se sentó a comer. En menos de dos minutos la comida se encontraba servida y todos comían. Atsushi y Tatsuya se miraron de reojo fijamente, como si supieran que era el momento de hablar. Los dos bajaron sus palillos y levantaron la mirada.

—Venimos aquí para hablar. —dijo Atsushi con tal seriedad que sus padres se tensaron, nerviosos por lo que pasaría a continuación.

—Dinos —dijo el mayor del lugar, mirando expectante a su hijo y a Tatsuya.

—Tatsuya esta embarazado.

Menciono simplemente, aunque por dentro el peli morado se moría de miedo al ver la reacción de sus padres. Los mayores se quedaron en silencio, tratando de procesar la información recibida. El primero en reaccionar fue el Sr. Murasakibara, quien solo se levantó en seco, caminó hacia su hijo y levantando su mano con fuerza la estrelló contra la mejilla de esté, causando un estruendo.

—Eres una deshonra.

La madre se miraba nerviosa y con el titubeo en su voz habló.

—Pe-pero a-aún se puede reso-solver, lo puede abortar. ¿Cuantos meses tienes?

Tatsuya abrió sus ojos aterrorizado ante la propuesta de la mujer, preso del miedo respondió a la pregunta.

—Cinco meses.

—¡Que! ¡Nos lo hubieran dicho antes, lo podríamos resolver! — gritó la mujer con una mueca de horror—. ¡Ese hijo ilegítimo no nacerá! ¡Arruinara su vida!

—¡Hasta que te deshagas de ese bastardo, volverás a ser mi hijo Murasakibara Atsushi! —gritó el hombre mayor.

Atsushi con rabia se levantó, con delicadeza tomo la mano de Tatsuya y lo jaló a su lado.

—Eso nunca sucederá. Prefiero no ser tu hijo. —salió a zancadas de la gran casa, dispuesto a no volver. Él amaba a Tatsuya y a su bebé, si sus padre no lo hacían y se querían deshacer de su pequeño tendría que alejarse de ellos por la seguridad de su ahora pequeña y amada familia.



Las vacaciones llegaron dos semanas después de la pelea. Tatsuya había decidido que ese día iría en la camioneta de la familia Himuro a una hermosa tienda de bebés para comprar unos bellos conjuntos para su hijo. Atsushi no lo acompañaría gracias a que había conseguido un trabajo para tener dinero. Al irse de la casa de la familia Murasakibara, Atsushi decidió no volver, hablaron con los padres de Himuro, estos lo dejaron quedarse ahí por un tiempo y hasta les propusieron darles algo de dinero, pero ambos se negaron, preferían ganar dinero por si solos.

Al llegar todo le pareció hermoso, todos los conjuntos eran tan tiernos y encantadores, una mujer se acercó a él y lo ayudó a buscar ropa calientita y cómoda para su nene.

Cuándo terminó de comprar regreso​ a la camioneta cargado de bolsas, abrió la puerta y entró. El chófer maniobró la palanca y arranco. Todo estaba calmado, el tráfico no era pesado, Tatsuya se encontraba distraído en su celular mientras mensajeaba con Ryouta. Tan concentrado que no se dio cuánta cuando un automóvil a gran velocidad se dirigía hacia la camioneta y parecía no tener la intención de parar.

El choque fue inevitable, el estruendo llamó la atención de la gente, muchos se acercaron al lugar, el culpable del choque se encontraba sangrando por la cabeza y su respiración se había detenido. El chófer de la camioneta de color negro estaba inconsciente y por último el joven se encontraba de la misma manera, de su cabeza caía abundante sangre, producto de una gran herida causada por el impacto que tuvo su cabeza contra la ventana, sus brazos rodeaban su vientre, su respiración era lenta y pausada.






—Muchas gracias por su compra. —sonrió Atsushi al cliente antes de que se retirará.

En realidad, no tenía los ánimos de esbozar ni una pequeña sonrisa, hace más de media hora su cabeza había comenzado a punzar y de una manera dolorosa. También sentía su corazón siendo estrujado por una fuerza invisible, tenía un mal presentimiento.

—¿Estas bien? —preguntó un compañero de trabajo al notar el malestar de Atsushi. Pero este no logra entenderlo, su voz se escucha lejana—. Hey, ¿Estas bien? Murasakibara. — volvió a preguntar acercándose a él y posando una mano en su hombro.

Atsushi negó con la cabeza.

Sintió su celular vibrar en su bolsillo trasero, se levantó del banco alto para sacarlo y contestar, era un número desconocido.

—¿Bueno?

—¿Atsushi Murasakibara? —pregunta una voz masculina al otro lado de la línea.

—Sí, ¿qué ocurre?

—¿Es familiar de Himuro Tatsuya? —la preocupación lo inundo.

—Sí, soy su novio, ¿por qué?

—El joven acaba de sufrir un accidente, una camioneta chocó contra la suya, usted es el primer contacto en su teléfono y tiene que venir lo antes posible ya que es demasiado delicado y la probabilidad de un aborto es probable.

—¿qué?

—Tendrá que venir rápido, el joven Himuro se encuentra en cuidados intensivos.

—V-Voypara allá.

De bodas a pañales (CORREGIDO)Where stories live. Discover now