-“Fuiste a la oficina?”-le pregunté, dándome un brinco el estómago, mientras mis respiración se aceleraba. Ella asintió, contemplando el precioso horizonte de la ciudad al otro lado del cristal-“Lo has dejado.”-dije afirmando, tragando saliva mientras las náuseas me invadían. Me incliné hacia delante, poniendo mis manos sobre mis rodillas mientras intentaba calmar el terror abrumador que llenaba cada célula de mi cuerpo. Sabía que pasaría tarde o temprano. Si no era honesto con ella ahora, toda la culpa sería mía.

-“_____…por favor…por favor no me dejes.”-Mi voz estaba rota, y mi cuerpo temblaba mientras la imagen de ella dejándome se repetía una y otra vez en mi cabeza-“Deja que te lo cuente todo, por favor. Por favor, _____. Te amo demasiado… haré lo que sea.”-Se giró para mirarme, mientras la luz de la ciudad se reflejaba en las lágrimas que encharcaban sus ojos.

-“No voy a irme.”-comenzó a decir, con un visible temblor sacudiendo su cuerpo-“No podría…aunque quisiera.”-Exhalé todo el aire de golpe mientras el alivio me invadía.

-“Lo que viste…”-me fui callando, sacudiendo mi cabeza mientras me imaginaba la escena a través de sus ojos-“_____, estoy seguro de que sabes que esa era Claudia. Vino a decirme que va a casarse, que me perdona por haberla dejado. Cariño, se lo que puede parecer, pero tienes que saber que te amo…que nunca podría…lo eres todo para mí. Mi vida es tuya, todo lo que tengo…todo lo que soy, es tuyo.”-Observé como una lágrima se deslizaba por su mejilla, iluminaba por la tenue luz.

-“Lo sé…”-dijo despacio, mientras nos mirábamos a los ojos en la oscuridad. Quería tanto abrazarla, para secar sus lágrimas. Mis brazos temblaron y cerré los puños, clavando las uñas en las palmas de mis manos-“Comencé a guardar mis cosas.”-dijo murmurando mientras yo sacudía la cabeza, intentando disipar la escena de entrar en la oficina y ver su mesa vacía. “Tu padre estaba allí. Me sorprendió mientras recogía las cosas de mi mesa.”-Se quedó callada, pensando, moviendo sus ojos hacia la ventana otra vez-“Hemos hablado.”

-“Mi padre estaba allí?”

-“Sí.”-dijo con un jadeo, abrazándose.

-“Qué es lo que ha dicho?”-pregunté, incapaz de ocultar el terror en mi voz.

-“Que me quería como a su propia hija.”-su voz se rompió mientras caían más lágrimas.

En ese momento le estaba tan agradecido a mi padre, sabiendo lo mucho que quería a mis padres, lo herida que se sentía por haberlos decepcionado. Cogió aire temblorosa y continuó-“Y básicamente me dijo lo que ya sabía, que ahora eras una persona diferente, que habías cambiado.”

-“Así es, _____.”

-“Dijo que siempre habías actuado como si el peso del mundo estuviera sobre tus hombros…pero que habían visto un cambio, y que sabían que el cambio había sido yo.”-Nos miramos a los ojos, y por primera vez desde nuestra primera caricia, no vi dudas en ellos.

-“Es verdad.”

-“Vi algo, y perdí los estribos. Siento tanto haber dejado que mis miedos y mis inseguridades reemplazaran todo lo que se sobre ti…sobre el hombre que has demostrado ser. Pero ya no tengo miedo, Zayn. Creo que…para que podamos seguir adelante, necesitaba darme cuenta por mí misma. Sé que me amas.”-dijo firmemente mientras dejaba caer sus brazos a ambos lados de su cuerpo.

-“Muchísimo.”-dije, necesitando abrazarla, para asegurarme de que estaba aquí conmigo.

Como si me hubiera leído la mente, se movió, parándose enfrente de mí. Levanté el brazo y cogí sus manos, acariciando el brazalete que todavía llevaba puesto. Se situó entre mis piernas y la atraje hacia mí, presionando mi cara contra su estómago, cerrando los ojos mientras sus manos acariciaban mi pelo.

Sex en la oficinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora