El placer del amor.| Romione.

Capítulo 27: Cuarto día de Ron y Hermione.

-¿Qué te asusta, mi amor? A veces, siento que te alejas de mí...

-¿Alejarme? No, claro que no, es que... yo...

-¿Tú qué, Ron?, ¿Qué pasa?

El pelirrojo la tomó con más fuerzas del rostro y comenzó a besarla salvajemente.

-Me provocas, me gustas tanto.-Le decía mientras jadeaba. Después continúo hablándole.-No puedo alejarme de ti, no quiero que te canses nunca de mis besos, de mi cuerpo...

Hermione se quedó muda unos segundos, lo tomó del cuello y obligó a subir a la cama, él se recostó sobre ella.

-Nunca, jamás me cansaría de ti, todo en ti me atrae, te amo, ¿No te das cuenta? me encanta que me beses, que me toques, que me sientas, quiero sentirte en mí a cada momento.

Ron la besó nuevamente, pero esta vez con más pasión, si es que cabía más en su cuerpo, se quitó el pantalón y se metió bajo las sabanas.

-Te amo, Herms.

Bajó con su lengua por el cuello de la chica haciendo que ésta se enloqueciera.

-Quiero sentirte, mi amor-Le respondía ella.

Él no podía negarse, no quería, nuevamente lo inundaba esa sensación de poder, de ser su dueño, bajó sus manos por sobre la piel de la joven y acarició sus pechos suaves, se estremeció al sentir sus pezones erguidos, bajó con su boca y los saboreó, su deseo aumentó vertiginosamente, succionaba con sus labios esa zona tan dulce de su novia, mordía suavemente sus pezones enloqueciéndola por completo, ella arqueó la espalda y él aprovecho esto para morder su cuello, le separó las piernas y la penetró.

Se movió lentamente dentro de ella para disfrutarla, la chica jadeaba y se entregaba por completo, el muchacho estaba enloquecido y sabía que no soportaría por mucho más ese deseo furioso de satisfacerse, salió de su interior y bajó con su lengua recorriendo su cuerpo, bajó por su vientre hasta llegar a su sexo, ella arqueó más la espalda sabiendo lo que le esperaba.

Ron comenzó a besar su intimidad saboreándola y provocándole placeres indescriptibles, cuando ella no pudo más y gritó de deseo, él nuevamente se acomodó entre sus piernas, la penetró con fuerzas y se movió salvajemente dentro de ella, se tomaron de las manos entrelazando sus dedos, ella abrió la boca para gemir y él le hundió la lengua enloquecido, al término de unos segundos, la esencia furiosa del chico salió de su cuerpo dándole el alivio que tanto necesitaba.

Después de un baño necesario tomaron un desayuno rápido y acomodaron la casa, el almuerzo los sorprendió entre mimos y besos dulces, caricias suaves y palabras de amor. Mientras Hermione se aseguraba del orden en la cocina, Ron estaba en el sillón escribiendo algo sobre un pergamino, ella lo miró de pronto y preguntó:

-¿Qué haces?

El chico le sonrió.

-Es una sorpresa.

Cuando terminó su exhaustiva revisión en la cocina la chica fue hasta el sillón donde estaba su novio.

-¿Me mostrarás la sorpresa?

El volvió a reír.

-Luego, ahora no.-Le respondió divertido.

Guardó la nota en su bolsillo y la tomó de la mano, se recostaron en el sillón y se besaron, sin darse cuenta se durmieron abrazados y tranquilos. Al rato el chico abrió los ojos, no sabía cuánto tiempo había pasado desde que ese habían quedado dormidos, giró su cabeza y vio que la chica no estaba, la buscó en la planta baja pero no la encontró, subió hasta su cuarto y empujó la puerta con cuidado, tampoco estaba, fue hasta el baño y la llamó: