Parte 79

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Salgo de aquel lugar con una botella de Vodka en manos, sé que no sonaré bien, pero espero que sea un accidente, espero la llamada de los cruzrojistas, de la policía, no lo sé, pero espero cualquier cosa que no sea que Oliver Anderson, mi esposo, me acaba de plantar, prefiero llorar porque esté en un hospital sin un pie, que porque me acaba de plantar luego de hacer todo esto por él.

Yo nunca ¡NUNCA! Había hecho algo así por alguien, y la primera vez que lo hago me plantan, me recargo en la puerta del auto y lágrimas comienzan a correr por mis mejillas, las limpio bruscamente, no, yo no voy a llorar por esta mierda, abro la botella tomando un buen trago, esto no puede estarme pasando a mí.

Subo al maldito auto, no hay ni una llamada de él, ni de ningún número extraño, comienzo a conducir hacia la fiesta del programa, espero tenga una buenísima excusa, demasiado buena, para que yo pueda dejar pasar esto, trago el nudo en mi garganta, pero mi vista se nubla de inmediato, no sé a qué velocidad iré pero espero accidentarme y perder la memoria como aquella chica de la película que Natalie ha visto más de veinte veces.

Llego a la fiesta y comienzo a marcar el número de Natalie, ella si me contesta de inmediato ¿Por qué mejor no fui hombre y me casé con Natalie? Porque lo más seguro es que ya la hubiese cagado como todos los hombres y estuviese soltero rascándome las bolas frente a un televisor bebiendo cerveza.

Acomodo mi vestido mientras entro a aquel lugar, de inmediato miro a Natalie que viene corriendo hacia mí y me rodea con sus brazos, tengo ganas de desplomarme a llorar con mi cabeza enterrada en su cuello, pero no lo haré, tengo mucho que pensar.

—Quiero que me ayudes a buscar un lugar donde quedarme hoy, Natalie, donde Oliver no pueda encontrarme—hablo, Natalie me mira con su expresión de tristeza mientras aparta unos mechones de cabello de mi rostro y asiente.

—Yo me quedaré contigo —dice, tomando mi mano y me lleva hacia un grupo de personas con las que estaba —le pediremos a alguien que se registre por nosotras para que no puedan encontrarnos— saludo a las personas que estaban con ella y ahí está Matt, quién esboza una amplia sonrisa al verme, hace un espacio para que me siente a la par suya, por lo que veo estaba sentado aquí con Natalie.

—No pensé que vendrías ¿No es que tu esposo estaba de cumpleaños? —pregunta, extendiéndome una copa con algo que parece ser champagne. Tomo el lugar a la par de él mientras Natalie camina hacia las bebidas.

—Sí, pero está ocupado —contesto, hasta incluso mi voz está quebradiza, tomo la copa de champagne y la bebo hasta el fondo, quiero emborracharme para olvidarme de esto o para no tener las fuerzas para arrollarlo con mi auto.

—Con todo respeto Alex, pero... ¿Qué clase de hombre está ocupado para su esposa cuando se ha tomado un día entero para prepararle una sorpresa de cumpleaños?

—El mío supongo... espera... ¿Cómo lo sabes? —entrecierro mis ojos y lo miro fijamente, él ríe de manera leve.

—Bueno, Natalie me dijo que tenía que ayudarte, la había invitado a un café pero... me rechazó por... —lo miro curiosa.

—Espera... —interrumpo —¿Invitaste a Natalie a una cita? —cuestiono, mientras abro mis ojos con sorpresa, todo mi gesto es de sorpresa, en ese momento.

—No era una cita, Alex —contesta cabizbajo, mira la copa de champagne en su mano.

—Pues un café, así de la forma que lo dijiste, me suena a una cita —En ese momento, Natalie se acerca a nosotros y me extiende un vaso de ponche de frutas. Lo tomo y ella de inmediato comienza a revolver su bolso hasta que saca su teléfono celular.

—Es David —gesticula —ya regreso —asiento y vuelvo mi mirada a Matthew que está observándola alejarse, no puedo evitar reír, lo que hace que él me mire con intriga, aún con las luces de todos colores iluminando el lugar puedo ver como sus mejillas se han teñido de color carmesí.

Esposa de mi jefe © (Borrador de la 1era edición - 2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora