Treinta || Lágrimas, partidos y celos.

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Capítulo 30.

Lágrimas, partidos y celos.

Malia Malfoy salió del cuarto de su mejor amiga aún en pijama: unos shorts color negro junto con un camisón de Slytherin que le llegaba unos tres dedos arriba de las rodillas, traía puesto unas calcetas largas color verde esmeralda que le había regalado Brooke en Navidad para que fuera siquiera "un poco más femenina", según ella eran demasiado cómodas para dormir y para estar metida todo el día en casa, y no mentía, eran muy cómodas y agradecía que las hubiera encontrado.

Bajó las escaleras de la pequeña y acogedora casa de Nique y caminó a la cocina, donde Fleur preparaba el desayuno con alegría. Fleur Weasley, antes Delacour, aún no había perdido su encanto; Malia sabía de dónde había sacado Dominique tanta belleza, Fleur aún mantenía sus encantos veela, los cuales también pasó a sus hijas, y aún se mantenía joven, bella y radiante.

- Buenos días - dijo Malia, mientras se sentaba entre Dominique y Louis, este último la vio sonriente.

- Buenos días, caggiño - dijo Fleur, Malia sonrió al notar su pequeño acento francés aún presente.

- Cariño, mamá - la corrigió Louis, Fleur se volteó y lo apuntó con la espátula.

- Soy tu madre, no me coggijas - Louis puso los ojos en blanco y Malia rió, divertida. Fleur podía pronunciar solamente algunas veces la 'r', y eso era demasiado divertido para la Malfoy.

- Todo bien, ma. No te corregiré - dijo y después volteó la vista Malia -. ¿Qué tal dormiste, Malia? - Dominique levantó la vista del libro que estaba leyendo y miró a su hermano, curiosa.

- Eh, bien.

- Que bueno - sonrió, Malia alzó una ceja y llevó rápidamente la vista a Dominique, la cual se encogió de hombros confundida y regresó la vista al libro.

La puerta de la casa se abrió y cerró de un portazo, y unos minutos después una cabellera rubia hizo acto de presencia en la cocina.

- ¡Sorpresa! - gritó Victoire, Fleur dejó de lado el desayuno y se acercó sonriente a abrazar a su hija.

- Sientate, Vic. Ya va a estagg el desayuno.

- Claro ma - Victoire sacudió el pelo de Louis y se sentó a un lado de él, llevó la vista a Malia y sonrió.

- Hola, Malia.

- Qué hay, Victoire.

- Niqui.

- Vicky - dijo Dominique, contestando el saludo de su hermana sin despegar la vista del libro.

Fleur dejó en el centro de la mesa unas tortitas que tenían una pinta y un olor delicioso, dejó también tocino, huevo y un pequeño montón de quesadillas. Una jarra de leche y una de jugo de naranja, para que cada quien se sirviera lo que prefería y se sentó a lado de su hija mayor.

Dominique cerró el libro y lo dejó de lado, para empezar a agarrar de comer. Malia agarró la jarra con jugo y se sirvió, no tenía antojo de tomar leche.

- ¿Y papá? - preguntó Victoire.

- Salió temprano a checagg algo en Gringotts, dijo que era impoggante, algún problema con algún duende.

Juntos por el destino » James Potter. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora