¿Quién es él?「Yui Komori」#DRE1

|16| Adam

¿Sabes? El amor no se busca.

El amor llega solo.

Cuanto mas lo buscas, más se oculta.

Yui estaba boquiabierta y no salía de su ensoñación. Estaba pálida, como si hubiera visto un fantasma.

—¿Seguro que estás bien? —volvió a preguntarle el chico pelinegro.

— ¿Eh? ¡A-Ah! ¡S-Si, si! De nuevo disculpa —dijo nerviosa, el chico la miraba extrañado.

La rubia intentó hablar nuevamente pero el pelirojo la tomó bruscamente del antebrazo y empezó a caminar; al pelinegro no le gustó para nada eso.

—Oye, tratala bien — le dijo agarrandolo del hombro de la camiseta—. Por si no sabías a las mujeres no se las trata de forma bruta.

Ayato volteó a verlo rojo de ira, pero el chico no entendía el porque de su enojo, y mucho menos porque lo descargaba con la pobre chica.

—No le digas a Ore-sama que hacer, estúpido —respondió el pelirojo y siguió su camino doblando en el pasillo al que originalmente se dirigían.

El pelinegro vió como se iban, notó que la rubia estaba descalza y le extrañó, ¿Quien está descalzo con este clima tan fresco?, no, mejor dicho, ¿Quien va descalzo por un hospital?.

No entendía, ellos eran los que venían corriendo, ¿Por qué se enojaron con él? No, mejor dicho ¿por qué el estúpido chico con complejo de Dios se metía a insultarlo?.

Que duo más raro.

Dió una última ojeada y vió a la habitación que se metieron.

— 670 —leyó en voz alta, se acercó después de debatirse mentalmente a dicha puerta y desde su posición escuchó gritos masculinos provenientes de dentro de la habitación, sin quererlo se preocupó. No pudo evitar ver el cartel que decía el nombre del paciente que residía ahí— Komori Yui... lindo nombre.

( ... )

Se quedaron en silencio unos minutos.

— ¿No te ibas a cambiar? —le recordó el pelirojo, la rubia sacó de un pequeño placar otro conjunto de hospital, entró al baño y se cambió.

Por fin lo había conocido, sentía una sensación de gusto inmensa, pero al mismo tiempo estaba triste. Salió del cuarto de baño, sin quererlo con una sonrisa plasmada en el rostro. El pelirojo lo notó.

— ¡Ahora lo conociste! ¡¿Feliz?! — le dijo el pelirojo enojado, Yui lo miró asustada—. ¿Y que harás? ¡¿Eh?! ¿Te irás y nos dejaras? —ahora dolido habló—¿Cual es tu plan? ¡No sabe quién eres!

La rubia se quedó en silencio, en todo tenía razón, pero además tenía miedo que el pelirojo en su furia le haga algo.

—Ayato-kun... Cálmate. —Se acercó dejando su chaqueta en una silla de por ahí.

—¡No me calmo una mierda! —respondió rojo de ira—. Prométeme que no lo buscarás —le dijo serio, Yui quedó en silencio —. ¡Ni siquiera puedes prometerme que no te irás con él! ¡Asique déjame frustrarme en paz!— Tomó su chaqueta y salió de la habitación luego de un portazo.

Se fue  del hospital con las manos hechas puño y la mandíbula tensa.

—Maldita sea, justo cuando todo iba jodidamente bien.

Simplemente se fue a un callejón alejado para teletransportarse, debía avisarle urgente a sus hermanos.

( ... )