Por un experimento fallido en el que trabajaban Reiji, Ruki y Carla, todos los chicos junto a Yui vieron el futuro de la misma, notando que no todo sale como ellos desean.
❝ー¿Qué clase de futuro podrías tener sin nosotros?❞
Pero... ¿saben? la salud...
Abrió los ojos lentamente y notó que se encontraba sentada en lo que parecía un amplio y tranquilo parque. Estaba esperando a alguien ¿Pero a quién? No lo sabía, pero estaba segura que era importante.
Miró los alrededores, había gente transitando normalmente. Para cuándo quiso darse cuenta supo que se sentía extrañamente emocionada. Sin poderlo evitar su vista se vió dirigida a un chico pelinegro que fumando caminaba hacia su dirección con una mano en la espalda. No parecía amigable, pero ella no se movió en lo absoluto e, inconscientemente, sonrió. Al estar a menos de diez metros suyo lo vió apagar su cigarro y tirarlo en un cesto de basura, porque sabía que le molestaba que fumara, pero era demasiado terco para dejarlo.
¿Cómo lo sabía? No tenía ni idea.
Lo vió ingerir un chicle de menta para que ella no se quejara del olor de esa cosa tóxica.
—Lamento llegar tarde, tuve que hacer algo que me demoró más de lo que esperaba —dijo apenado, no le gustaba retrasarse, mucho menos por como iban las cosas últimamente.
—¡No importa! —le respondió restándole importancia. Sabía que por más que tardará toda una tarde lo esperaría, porque él cumplía con lo que decía.
...No entendía porque tenía tanta fé ciega, ni mucho menos porqué esos pensamientos cruzaban por su mente.
Vió que detrás suyo escondía algo, al contrario notar que había sido descubierto mostró lo que llevaba consigo.
—Te traje esto, en serio no quería que me esperaras —habló extendiéndole un ramo conformado por distintas flores.
Sonrojada y conmovida lo tomó con una pequeña sonrisa y signo de incomodidad.
—N-No te hubieras molestado.
No era consciente de estar hablando, no podía controlar lo que decía... era como un espectador protagonista. Pero no le molestó, prefirió gozar el agradable momento y dejarse llevar por las gratas sensaciones que sentía.
Él sonrió mientras negaba con la cabeza.
—No es tanto, al contrario, mereces mucho más —le recordó para intensificar su sonrojo.
—¡D-Deja de molestarme! —se defendió apenada.
Se levantó y comenzó a caminar mientras era seguido por el contrario que al alcanzarla la abrazó por los hombros sin detener su andar.
—No te enojes —le dijo dándole un beso en la coronilla.
—E-Es que lo haces a propósito — reprochó con un pequeño puchero.
—Aún así me adoras —paró esta vez su andar y pasó ambos brazos por sus hombros para abrazarla desde la cabeza, prosiguiendo a darle un corto beso.
A Yui se le escapó una pequeña risita.
—Te adoro y más —dijo esta vez besándolo ella.
—Lo sé —reafirmó sonriendo y pegando sus frentes—, pero no tanto como yo.
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