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Jack POV

A pesar de que al principio pareció mucho más aparatoso de lo que en realidad fue, me dieron el alta en el hospital casi al día siguiente, ya que el disparo no había sido tan grave gracias al empujón que me dio Alex cuando el estruendo de la pistola resonó en la iglesia. La verdad es que eso de la pistola era lo que menos me imaginaba que pasaría en cuanto cruzara esos portones que tanto imponían, pero ver a Alex después de tanto tiempo hizo que todo mereciera la pena. Además, aunque él no lo reconociese, en ese traje estaba espectacular, no iba a negarlo.

Cuando llegué a mi casa, aún me seguía molestando el hombro, pero el dolor era casi mínimo, así que intentaba no prestarle atención.
Lo que sí hice en cuanto dejé colocado todo fue avisar a Alex, para decirle que estaba bien y ya en casa, y poco tiempo después llamó a mi puerta.

"Hey, welcome Gaskarth" dije con una sonrisa dejándole entrar.

"Hola. ¿Cómo estás?" Preguntó tras darme un corto beso.

"Bien, me molesta el hombro a veces, pero estoy mucho mejor ya" expliqué mientras pasábamos al salón y nos tirábamos en el sofá. "Y ¿de tu tía se sabe algo?"

"Me alegro mucho. ¡Que va! Se supone que debió llegar ayer a comisaría, pero no hemos sabido nada. De hecho mis padres están preocupados, porque joder, tenía una pistola. Así que no sabemos qué pasa... Pero bueno, ya no nos estorba ni presiona ni amenaza, así que todo bien" me contó, riéndonos los dos al final.

"Uff pues nada, dormid con un ojo abierto a ver si va a aparecer por la noche y os va a matar a todos"

"Esperemos que no" contestó, y volvimos a reírnos. Cuando paramos le rodeé con mi brazo y le estreché fuerte, a lo que él me respondió abrazándome por la cintura. Luego le dejé un beso en la frente, y me miró con una sonrisa tan cariñosa que me derritió el alma.

"Te quiero, Alex"

"Y yo a ti, Barakat" y me dio un beso.

Justo entonces sonó el teléfono, y tuve que soltarle para poder alcanzarlo de encima de la mesa.

"¿Sí? Hola abuela. Sí, estoy bien. Él está conmigo. Sí... ¿Pero muy mal?" Me levanté del sofá con preocupación, mientras Alex me miraba sin entender nada. "Joder... Voy a ir para allá. Sí, en el próximo autobús. No, de verdad estoy bien. Me da igual, quiero verle. Sí. Nos vemos, adiós" colgué el teléfono y resoplé. Alex se levantó del sofá y me miró sin entender bien qué estaba pasando, pero aún así me abrazó fuerte. Me encantaba que hiciese eso, abrazarme  solo por que sabe lo que me reconfortan sus abrazos.

"¿Qué ha pasado?"

"Era mi abuela. Dice que mi abuelo está empeorando y que los médicos no saben qué hacer"

"Oh joder, lo siento mucho, Jack. Vas a ir ¿no?"

"Sí, eso había pensado"

"Haces bien. Prepárate las cosas y sal cuanto antes, no tienes tiempo que perder" me animó empujándome ligeramente. Yo le hice caso pero después me detuve.

"Alex, oye, ¿quieres venir conmigo?" Pregunté al castaño, que se quedó sorprendido.

"¿Yo? Eh... No sé, si tu quieres que vaya... Pero es tu abuelo, y estará toda tu familia..." Titubeó mientras se rascaba la nuca.

"Me gustaría que vinieses conmigo. A mi abuelo le hará mucha ilusión conocerte. Y por lo de la familia, tú ya eres parte de ella así que no hay problema" tras decir eso pude ver como se sonrojaba ligeramente y una sonrisa se escapó de sus labios.

"Em... Bueno vale, voy contigo. ¿Quedamos en media hora donde siempre?"

"Perfecto" afirmé acompañándole a la puerta. "Nos vemos ahora. Muchas gracias"

"No las des. Te quiero, adiós" se despidió Gaskarth, y se dirigió a su casa con paso ligero.

Pasada esa media hora me encontré con él en la parada del bus, y cuando este llegó nos subimos y nos sentamos en la parte de atrás, yo rodeándole con un brazo mientras él se apoyaba en mi.
El cielo estaba nublado y pronto empezó a llover. Las gotas de agua recorrían el cristal a la vez Alex y yo nos besabamos, intentando alejarnos del mundo real por un momento.

"¿Sabes? Fue mi abuelo el que me animó a ir a buscarte a la iglesia" comenté dibujando de forma inconsciente patrones sin sentido en el hombro del castaño.

"¿En serio? Jo, tengo que darle las gracias, entonces" respondió mirándome con una sonrisa. "Creo que no te llegué a dar las gracias a ti como es debido por haber venido a buscarme. No sabes la felicidad que me invadió en cuanto te vi entrar"

"No me las des, no podía perderte. Tenía que irrumpir en la boda"

"Hiciste tu entrada triunfal, me encantó el momento en el que todo el mundo nos estaba mirando y aún así me besaste" dijo con una sonrisa de medio lado, como recordando cada segundo a la perfección.

"Pues como debe ser" ambos nos reímos. "Llevaba días sin besarte, te echaba de menos" y le di un beso en el pelo, haciendo que un tenue rubor tiñera sus mejillas, pareciéndome aún más adorable.

Durante el trayecto hubo de todo, algunas personas nos miraban con ojos cariñosos y tiernos, otros nos miraba por cotillear, y también hubo gente que nos lanzó miradas de desaprobación, pero no nos importó lo más mínimo, simplemente centrándonos en nosotros y olvidándonos del resto del mundo.

Por fin el autobús llegó a su destino y nada más nos bajamos, Alex me cogió de la mano; supongo que intuía lo nervioso que yo estaba.
Llegamos a la puerta del hospital y él vaciló un momento.

"¿Estás seguro de que quieres que entre contigo? Puedo esperar fuera si prefieres..."

"No, por favor, ven conmigo" no me hizo falta decir más, Alex sonrió y asintió, y entramos al edificio.

Cuando llegamos al piso correcto, mi abuela me esperaba en la puerta de la habitación. Se veía preocupada, cansada y apagada, triste. Nos acercamos despacio y cuando la saludé se sobresaltó, como si de un fantasma se tratara. 

"Hola abuela, he venido lo más rápido que he podido" le dije tras abrazarla.

"Hola, cariño, gracias por venirte aun teniendo el hombro mal. Eres lo más bonito del mundo" me contestó acariciándome la mejilla.

"No es nada, abuela, ya lo sabes. Y el hombro apenas me duele ya. Él es Alex, mi novio" Le presenté, y de reojo vi como aparecía en su cara esa sonrisa inocente y adorable.

"Es un placer, señora. Ojalá su marido se recupere pronto"

"Muchas gracias, Alex, el placer es mio. Espero que seáis muy felices juntos" respondió mi abuela, dándole un corto abrazo. "Tu abuelo está débil, Jack, pero aun esta despierto.

"De acuerdo, vamos para adentro" y acto seguido, cogidos de la mano de nuevo, entramos en la habitación de aquel sitio de colores deprimentes y paredes sin vida al que denominaban hospital.

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Muchísimas gracias por leer, los votos, los comentarios. En serio, me hacen muy feliz ^^

Espero que os esté gustado ♥
Hasta el próximo capítulo!! 💕✨

Start Of Something Good (Jalex)Kde žijí příběhy. Začni objevovat