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Lo que al principio había comenzado siendo una bonita y tranquila ceremonia terminó con los invitados más que escandalizados y una sirena de ambulancia como banda sonora.

Los médicos se agolparon alrededor de Jack, apartándome casi de un empujón, mientras yo luchaba por mantenerme en pie observando la escena e intentando asimilar lo que había pasado. Jack yacía en el suelo, inmóvil, y las lágrimas de impotencia se acumulaban en mis ojos.

"Te avisé, Alex" mi tía dijo, que se me acercó por la espalda. Eso fue la gota que colmó el vaso, haciendo que todas las emociones que tenía comprimidas en mí salieran de golpe. Estaba harto de ella.

"¡¿Pero tú quién te crees que eres para decidir sobre mi futuro?! ¡No tienes ningún derecho sobre mí ni sobre mis padres ni sobre nadie! ¡¡Y mucho menos tienes el derecho de disparar a una persona, joder!! ¡¿Qué pasa si Jack no...?! ¡¿Cómo puedes ser más feliz con el maldito dinero más que con la felicidad de un familiar tuyo?! ¡No quiero que vuelvas a acercarte a mí o a Jack o a nadie de mi verdadera famil...!" pero antes de poder finalizar la frase se acercó un poco más a mí y me soltó una bofetada en la cara que por poco me tira al suelo.

"A partir de ahora me vas a tener más respeto, chaval. Yo soy la que tiene el control, así que baja esos humos" espetó mi tía con la voz firme e impasible. Pero afortunadamente mi padre reunió las fuerzas necesarias y le plantó cara de una vez.

"No, Rosario. Esta vez no tienes razón. Un coche de policía está en camino, tu obsesión por el dinero ha llegado al límite, y acabas de agredir a una persona inocente y a tu sobrino. Se acabó" aunque mi tía resistió, mi padre consiguió hacerse con la pistola, y la apuntó para evitar que hiciese ningún movimiento peligroso. Acto seguido la dirigió hacia la puerta, donde se encontraba el coche de policía que se la llevaría.

Tras este fatídico episodio volví a intentar acercarme a donde los médicos se encontraban, los cuales habían subido a Jack a la ambulancia y estaban apunto de llevársele al hospital.

"Por favor, que alguien me diga si está bien..." supliqué al aire en un tono apenas audible, a lo que nadie pareció hacerme caso.

"Hijo, ellos hacen lo que pueden. Ahora se lo llevan al hospital, allí determinarán mucho mejor qué tal está. No te preocupes, está en buenas manos" mi madre apareció por detrás, e intentó tranquilizarme, sabiendo lo preocupado que me encontraba. Yo la miré con ojos apenados y asentí. Solo quería que Jack estuviese bien.

-x-

En el hospital estuvimos esperando una hora, que me pareció la más larga de mi vida, hasta que por fin un médico de barba gris y ojos azules apareció por la puerta, con nuevas noticias.

"Doctor, ¿Jack está...?"

"Él está bien. Ha sido necesario asegurarnos, pero la bala solo le ha herido en el hombro, y no es nada grave. En poco tiempo estará recuperado y bien". En cuanto el doctor terminó la frase pude notar como un peso desaparecía de mis hombros, dejando una sonrisa de alivio en mis labios. "Estaba medio despierto antes, por si quieres pasar a verle. Pero siempre con cuidado, aun está algo aturdido" explicó el médico dándome una palmada en el hombro. Yo asentí y sin pensarlo dos veces entré en la habitación en la que se encontraba.

"Hola. ¿Cómo estás?" pregunté tímidamente mientras me acercaba a la cama en la que Jack descansaba. Al principio pensé que estaba dormido y no me había oído, pero se removió entre las sábanas y abrió lentamente los ojos, dedicándome una bonita sonrisa. Había echado mucho de menos esa maldita sonrisa.

"Bien. Me duele un poco el hombro, pero estoy bien" Me senté a su lado y le abracé con cuidado, intentando no hacerle daño. El moreno me acarició la espalda cariñosamente y dejó un beso en mi pelo. "Te he echado de menos, Alex. Mucho. No vuelvas a desaparecer así tan de repente" susurró sin dejar de abrazarme.

"Vale, te lo prometo. Yo también te he echado de menos" contesté mirándole a los ojos. "Jack, siento todo esto..., Mi tía nos presionaba a todos y..." Empecé a intentar explicarme, pero él cortó mis palabras.

"Ey, no ha sido culpa tuya, ¿vale? Ha resultado ser que tu tía es una maníaca psicótica con una obsesión por el dinero que supera el límite imaginable. No podías hacer otra cosa, y tú también has sufrido bastante" me acarició la mejilla con ternura y sonrió de manera tranquilizadora.

"Eres genial, Jack. Me estaba matando no poder ni verte, en serio. La verdad es que tenías todo el derecho del mundo a enfadarte conmigo. Cuando me dijiste que no lo estabas me alegré mucho" comenté mientras mi mano jugaba con la suya, entrelazando nuestros dedos. Jack asentía, comprendiendo todo lo que decía, y me contestó que no habría sido capaz de enfadarse conmigo nunca. "Por cierto" dije tras acordarme de algo, "todavía tengo tu camiseta, la que me dejaste en tu casa" tardó un momento, y cuando lo recordó empezó a reírse a carcajadas.

"¡Osea que la tenías tú! Pensaba que la había perdido" ambos nos reímos. "Es broma, casi ni me acordaba de ella. Puedes quedártela, te la regalo"

"¿Qué? No, es tu camiseta de Blink, no puedo quedármela"

"Sí puedes y lo vas a hacer. ¡Como intentes devolvermela...!" Y nos volvimos a reír, rebosando felicidad por los cuatro costados. Cuando la risa se nos calmó un poco, se acercó a mí y yo le imité, hasta que nuestros labios se juntaron. Estos se movían a la par, y pronto nuestras lenguas entraron en contacto, para juguetear entre ellas. Jack me abrazaba por la espalda y cada vez me acercaba un poco más si era posible, y yo le rodeé el cuello con mis brazos, intentando no hacerle daño en su hombro herido.

"Te amo" susurró Jack contra mis labios cuando nos separamos.

"Y yo a ti, Jack, no te imaginas cuanto" contesté fijando mi mirada en la suya y sin poder evitar sonreír, aún sin soltar mis brazos de él, para volver a besarle con la misma información intensidad que antes.

"Alex déjale descansar un rat... Uy, eh, lo-lo siento" dijo mi madre, que acababa de entrar en la habitación. Yo rápidamente solté los brazos de Jack y me alejé un poco de él, aunque disimuladamente Jack me agarró la mano, transmitiendo fuerza y apoyo.

Mi madre se quedó callada en el sitio mientras nos miraba, y yo tampoco sabía muy bien que decir, sin embargo, cuando el silencio ya comenzaba a ser incómodo mi madre comenzó a hablar.

"Jack, sentimos mucho todo esto. No nos hemos portado como debíamos hacia vosotros y estamos muy arrepentidos. Queremos mi marido y yo que sepas que eres bienvenido cuando quieras a nuestra casa" el moreno parecía casi tan sorprendido como yo, pero con una actitud bastante agradecida respondió sonriente.

"Muchas gracias, señora Gaskarth. Me encantará pasarme de vez en cuando"

"Por cierto, la próxima vez que quieras entrar puedes llamar a la puerta, no hace falta que sea por la ventana" comentó mi madre, haciendo que los tres soltáramos una carcajada a la vez, algo que me hizo darme cuenta de que yo no podía ser más feliz en ese momento.

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Muuuuchas gracias por leer, por los votos y por los comentarios 😍😍

Me temo que quedan pocos capítulos, pero espero que disfrutéis lo que queda al máximo 💘

Hasta el próximo capítulo!! 💕✨

Start Of Something Good (Jalex)Where stories live. Discover now