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"¡Alex nos vamos! ¡Estudia mucho, cariño! ¡Llegaremos tarde, así que no nos esperes levantado!" Gritaron mis padres desde el piso de abajo.

"¡Vale! ¡Pasadlo bien!" Me despedí de ellos volviendo a cerrar la puerta de mi habitación.

Por fin solo. Me había pasado la mañana entera pensando en esta noche. En cómo saldría la jugada. En cómo sería la fiesta. En el chico sin nombre de ojos café. En que si mis padres se enteraban no me dejarían salir de por vida...
Pero al fín había llegado la hora. Rápidamente me puse algo de ropa decente, me arreglé un poco el pelo y me puse los zapatos. Luego cogí las llaves, algo de dinero, dejé la ventana abierta para poder entrar después, y salí por la puerta de atrás dirección al ayuntamiento, donde había quedado con el chico sin nombre.

Cuando llegué, vi la silueta de alguien apoyado en la pared, y me acerqué lentamente, esperando que fuese el chico y que no se hubiese ido ya.

"¡Mira quién aparece! Al final has venido" Dijo el pelinegro con una sonrisa de oreja a oreja. "Pensaba que el temor a tus padres no te iba a dejar venir. Estaba apunto de irme"

"Pues sí, he venido. Menos mal que no te has ido, me hubiera tenido que volver solo"

"Cierto. ¿Nos vamos?" preguntó. Y empezamos a andar a donde fuese que la fiesta estuviera.

Ya llevábamos tiempo andando y el silencio empezaba a pesar demasiado, pero justo cuando iba a preguntarle cómo se llamaba, y como si me hubiera leído la mente, preguntó él primero.
"Por cierto, aun no me has dicho cómo te llamas"

"Ah, es verdad. Soy Alex Gaskarth. ¿Y tú?

"Soy Jack Barakat. Encantado señor Gaskarth" Dijo con tono divertido. Finalmente tenía nombre. Y resulta que era el chico al que tendría que haber conocido ayer. Que curioso es a veces el destino.

"Igualmente, señor Barakat" respondí con seriedad, y a continuación nos reímos a la vez.

Por fin llegamos a la gran casa donde se estaba celebrando la fiesta, a juzgar por la música que se oía retumbar desde fuera.

"¿Preparado para una de las mejores noches de tu vida, Gaskarth?" Preguntó con entusiasmo el pelinegro. Yo asentí y acto seguido él me cogió de la mano y se dirigió al interior de aquella mansión.

Una vez dentro observé detenidamente el lugar y lo primero que me chocó fue el olor. Una mezcla de alcohol, humo y sudor que no parecía molestar a nadie. Había luces parpadeantes de cientos de colores, pero aun así predominaba la penumbra. Ni punto de comparación con las fiestas de Reuniones.

"¡¡Hombreee Jack!! ¡¡Al final te has dignado a venir!!¿Y tú quién eres? Nunca te he visto por estos lares"
Espetó uno de los chicos con los que nos cruzamos nada más entrar. Por su mirada perdida y por cómo hablaba, yo diría que no estaba en un estado muy decente.

"¡¡Hombre, tío!! Sí, hoy pinta bien. Él es Alex, un colega mío" Explicó Jack.

"¡Ah! Pues nada Alex, ¡a pasarlo bien! No bebáis mucho que es malo para la salud. O eso dicen, ¿no?" Dijo el chico, y se empezó a reír a carcajadas. Después se marchó, dando tumbos, por donde había venido.

"Madre mía..." Se me escapó en ese momento. Estaba, digamos, impactado por la escena que acababa de tener lugar.

Jack entonces me miró y se rió de mi expresión. Después echó una ojeada a su alrededor y cuando su vista llegó a la barra se giró hacia mí.

"Venga te invito al primer chupito" Propuso Jack. Yo a decir verdad no estaba nada seguro de aquello. No había bebido nunca. Sin embargo no se si fue el ambiente, el miedo a que se tomara el rechazo como algo personal, o qué sé yo, pero terminé aceptando su propuesta sin mencionarle nada. Todo el mundo estaba bebiendo, y a la gente parecía gustarle. No debía ser para tanto.

Start Of Something Good (Jalex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora