Start Of Something Good (Jalex)

26

Parecía que la conversación con mis padres había finalizado, pero cuando fui a despedirme para volver a mi cuarto mi madre cortó mis palabras.

"Oye, hijo, nunca llegamos a hablar contigo del tema correctamente. ¿Qué tal con Jack?" preguntó con un tono curioso. Yo no pude evitar ruborizarme y ponerme algo nervioso.

"Eh, bien, bien" no tenía claro qué contestar, así que de primeras generalicé bastante.

"Vaya, que poco específico. ¿Seguís juntos? ¿Habéis seguido quedando, no?" preguntó mi madre sonriente mientras mi padre abandonaba el salón con una sonrisa diciendo qué cotilla es tu madre, Alex. Yo me reí para después seguir contestando a las preguntas.

"Pues... Sí, seguimos juntos. Pero desde que cerrasteis la ventana no he vuelto a verle"

"Oh... Lo sentimos mucho hijo. ¿Pero mañana viene a la boda?" cuestionó.

"No. No creo, vamos. Está en su pueblo, su abuelo está muy malo y tuvo que ir para allá. Ojalá pudiera estar con él, la verdad" respondí apenado, y al instante me di cuenta de que no sabía si quería contarle eso a mi madre. Aunque ya no había marcha atrás.

"Eso es horrible... Espero que se mejore. Aunque si te digo la verdad, mejor que el chico no venga. Podría ser peligroso, te recuerdo que tu tía es capaz de cualquier cosa por que te cases con Sarah" mi madre habló con conocimiento y me di cuenta de que estaba en lo cierto, así que por un momento me alegré de que no viniese.

"Ya... Tienes razón" asentí lentamente.

"Bueno, hijo, tengo que seguir preparando cosas. Espero que otro día podamos hablar de esto, me encantaría saber más cosas" dijo mi madre, levantándose del sofá. Yo la imité.

"Vale. Bueno, eso depende de las cosas que quieras saber" ambos nos reímos. Me despedí de ella y me subí a mi cuarto.

Las agujas del reloj marcaban las 7 de la tarde y realmente no sabía que hacer. Miré a todos los lados buscando algo que me entretuviese, que mantuviese mi mente ocupada hasta que llegara el día siguiente, en el que todo acabaría aunque no sabía si bien o mal.

Finalmente decidí, vaya novedad, tocar un rato con la guitarra, componer alguna canción, improvisar algunos ritmos. Sin embargo nada salía bien. Todas eran melodías tristes o incoherentes, que reflejaban, de hecho, a la perfección el estado en el que me encontraba.

Después de dos largas horas llegó la hora de cenar, y la situación fue de lo más incomoda. Mi tía observaba con mirada dura, mientras mis padres no decían ni una sola palabra por miedo a tocar la fibra sensible a mi tía Rosario. Entonces, ella empezó a hablar animada, como si no pasara nada.

"Pero bueeeeno, ¿y esas caras tan largas? Mañana es un día especial, Alex se casa, ¡no vamos a ningún entierro, por el amor de Dios!" mi madre asintió con una sonrisa falsa, para después sacar algún tema de conversación intranscendente, como el tiempo que haría al día siguiente.

Cuando acabamos de cenar me dirigí de vuelta a mi habitación, pero antes de subir, y como ya había hecho más veces, mi tía me interceptó en el camino.

"Oye Alex, mañana es el gran día, espero que estés deslumbrante" sugirió con una sonrisa demasiado forzada.

"Haré lo que pueda" contesté con la mirada baja.

"Seguro que lo vas a hacer bien. Solo venía a decir que cuidado con lo que haces, no voy a quitarte el ojo de encima hasta que no os intercambiéis los anillos" su tono se tornó de amigable a amenazador en segundos. "Y espero que tengas presente que no voy a soltar el bolso en toda la ceremonia, por si acaso, tú ya me entiendes" y tanto que la entendía. Asentí con miedo reflejado en mis ojos, a lo que ella solo se rió. Me dio las buenas noches y se fue a su habitación.