Todos Somos Africanos©

Capítulo 19

Kirvi

Cerré los ojos con fuerza para evitar girarme y partirle la cara mientras le arranco pelito por pelito que lleva en la cabeza ya que seguramente las otras partes las tendría mejor depiladas que yo. Después de soltar un largo suspiro, me giré formulando una sonrisa que más que amable parecía la del Joker.

-¡¿Qué?!-grité llevándome un par de malas miradas, incluida la de él.

-¡Llevo seis malditas horas aquí, me llevas a mi casa de alguna manera o tú y yo tendremos problemas!-respondió con el mismo tono de voz.

-¡¿Qué pasa?! ¡¿No has encontrado ningún burro por ahí?!-chillé y arrugué la boca.-Cierto, un burro nunca lleva a otro burro.

-¡¿Qué significa eso?!-se acercó a mí hasta quedar cara a cara.

Eramos dos locos gritando en medio de la entrada del instituto con la mirada de todos los presentes en nosotros. Pues claro, soy Kirvi Ridículo Salah, sí, Ridículo es mi segundo nombre.

Antes de darme tiempo a responder vi como el rubio salió disparado hacia atrás. Llevé mi mirada al causante sorprendida. Nader.

-Pero...-ahogué la pregunta sin poder terminarla.

Observé al hombre que fue golpeado y vi que tenía la mano en su mejilla con una mueca de dolor. Por instinto me acerqué a él, le aparté la mano, agarré la parte de abajo de mi pañuelo y lo mojé con saliva para después limpiarle la sangre que le salía por el labio partido.

-Nader, ¿se puede saber qué te pasa?-me giré hacia él para verle, tenía los ojos abiertos y jadeando.

-Te estaba gritando.-se excusó.

-Eso no es motivo de violentar contra él, solo estábamos discutiendo.

-Lo siento, solo pensé que...

-Ya, no ha pasado nada.

Volteé hacia la "víctima"; tenía la boca abierta y en sus ojos brillaba la confusión.

-¿Qué?-pregunté borde.

-¿Me acabas de poner tu saliva en mi boca?-dijo con asco.

Oí como Nader empezaba a reírse y sin poder evitarlo me uní a él.

-¿De dónde has sacado a este tío?-siguió riéndose.

-Tú cierra la boca, no olvidaré esto, tienes suerte de que estemos en un instituto.-se señaló la boca con el dedo índice.

-¿Qué pasa aquí?-la voz masculina de Junaid llenó nuestros oídos.

Bien, tres tíos tres cabezas más grandes que yo se posaban delante de mí. Menos mal que llevaba plataformas con tacón alto porque sino ya me habría fracturado el cuello de tanto mirar hacia arriba.

-Nada especial.-respondí asesinando con la mirada a los dos tíos que había a los lados de Junaid que solo se dedicó a asentir.

-Vengo a recogerte, espero que no te importe dejar tu coche aquí por hoy.

-Ella no se va a ninguna parte sin mí.-protestó el pedófilo de metros.

-¿Y tú quién eres para decidir por ella?-se le veía cara de enfadado.

Nader estaba apoyado contra la pared observando la situación sonriente.

-Me ha reventado el coche y no tengo como llegar a casa.