—Feliz cumpleaños mi muñeca —me da un beso en los labios acompañado con una sonrisa que no correspondo.

—Tú... me tienes molesta —pincho con mi dedo índice sus musculoso pecho y lo miro fijamente una vez que mis pies han tocado el suelo —me hiciste dar vueltas allá arriba con emoción para ni mierda—él sólo ríe y me observa a los ojos.

—Lo siento —vuelve a reír, esto para mí no es divertido —por cierto, tengo algo para ti —inmediatamente mis sentidos se alertan, espero no sea otro juego porque lo golpeo; él se separa de mí y lo veo subir por las escaleras, quiero seguirlo cuando el tío Frank se para frente a mí.

—Alex, yo soy malo para los regalos, así que toma —me extiende un billete de 100 dólares —cómprate otro short de deakpool por Amazon —lo miro achicando mis ojos.

—Es deadpool, Frank —digo, tomando los 100 dólares sin quitarle la mirada de encima.

—Alexander —llama la atención de mi padre quién conversa con el señor Anderson y estoy segura que es sobre el vino, mi padre voltea a verlo con intriga —me acabas de prestar 100 dólares, te los pago el otro mes.

Ahora entiendo porqué está divorciado y no volvió a casarse.

Mi padre lo mira desafiante, no me da tiempo de protestar cuando Frank camina hacia ellos. Oliver viene a paso rápido hacia mí y sostiene una caja perfectamente envuelta con un moño en el centro. Mis ojos brillan, me extiende la caja con una sonrisa, rápidamente la tomo y la comienzo a abrir, odio las sorpresas porque me emocionan. Cuando llego finalmente a la caja interior observo la figura, es una cámara, sonrío al verla y llevo mis ojos a los suyos.

—¿Es en serio? Bueno, espero no sea "la" cámara —él suelta una risota y vuelve a enrollar sus manos en mi cintura.

—No es "la" cámara, pero sí es muy buena, para todos los viajes que haremos juntos, muñeca —me hace esbozar una amplia sonrisa, yo amo viajar y amo la fotografía, sería hacer cosas que amo con la persona que amo, que enredo.

—Señor Anderson, renuncio. Me haré fotógrafa —sigo con mi mirada puesta en la cámara. Oliver sonríe cuando escucho los tacones de Natalie acercarse a nosotros a toda carrera. No sé como lo hace, yo descalza caí por las escaleras.

—Alex —dirijo mi mirada a ella, su vestido azul es mucho más apretado que el mío y aún así corre sin problemas y con esos enormes zapatos, sostiene algo que parece un cuadro y está cubierto con una manta, observa mi cámara y chilla, mis tímpanos se resienten.

—En serio te luciste niño Oliver —si a alguien le gusta la fotografía tanto como a mí es a Natalie —bueno, quería que mi regalo fuera el mejor, pero no creo que supere esa súper cámara —arquea sus cejas y vacilando quita la manta del cuadro y me lo extiende.

Me quedo perpleja, enarco una ceja y observo su cuadro, es una pintura y es mi rostro. Sí, a ella no sólo le gusta maquillar rostros, también pinta con pinceles excelentes paisajes, y tiene un cuaderno de dibujos, tenía aproximadamente unos 3 años de no hacerlo. Levanto mi mirada a ella y tiene una sonrisa de oreja a oreja.

—Me desvelé varias noches enteras, pero lo hice —menciona, viéndome con emoción.

—Natalie ¿Tú hiciste eso? —pregunta Oliver, un poco atónito por el trabajo de Natalie. Y es que hasta yo lo estoy, sabía que podía pintar pero no sabía con que calidad.

Ella asiente con entusiasmo y yo le doy la cámara a Oliver para sostener el cuadro.

—Natalie, esto es estupendo —alterno mi mirada entre ella y el cuadro, me acerco y la rodeo con mis brazos con una enorme sonrisa. Ella está entusiasmada, lo sé.

Esposa de mi jefe © (Borrador de la 1era edición - 2016)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon