Capítulo 4

8.6K 775 71
                                    

*Hermione*

Como era de esperar, Druella no se ha tomado la medicina. Cuando llego la enfermería está vacía, ella es la única ingresada. Todo está oscuro y en silencio por lo que no tengo miedo de que nadie nos vea, además es bastante tarde ya.

Me acerco sigilosamente hasta su cama donde permanece dormida. Me siento en el borde de su lado derecho. Absorta, contemplo su pálido rostro, sus rizos cayendo sobre él, sus carnosos labios. Aún me sorprendo como puede gustarme tanto. Acaricio su pelo. Ella se mueve y abre los ojos lentamente. Al verme, sonríe y le devuelvo el gesto.

-Al final no te has tomado la medicina -le reprocho en tono dulce a la vez que alargo el brazo hasta la pequeña mesa para coger el bote.

-Quería que vinieras tú a dármela, pero veo que me he quedado dormida esperando.

-Lo siento, no he podido escaparme antes. Las chicas han estado hasta tarde charlando.

Y antes he tenido la conversación con Harry y Ron. Harry nos ha contado que Dumbledore ha confiado en él para que le ayude a encontrar los horrocruxes de Voldemort y destruirlos, pero esto es algo que ni puedo ni debo contarle a Druella, del mismo modo que ella no me contará los planes de su Lord.

Abro el bote y se lo pongo delante para que beba, pero en seguida hace una mueca de asco y se niega a beber.

-Huele fatal -se excusa.

-Sí, huele muy mal, pero es lo que va a hacer que tu brazo se cure antes.

-Y si no me lo bebo, ¿qué?

-Tú sabrás, pero que sepas que no podrás hacerme el amor en mucho tiempo. Con el brazo así no puedes ni si quiera darme un abrazo.

Druella se queda pensativa y finalmente lanza un resoplido. A regañadientes se lo acaba bebiendo de un trago. Después da un pasmo de repugnancia que me hace reír.

-Está asqueroso -se queja haciendo muecas muy graciosas. 

Al verla no puedo dejar de reír, esta chica no tiene remedio.

-Para antes de que alguien nos oiga -le pido levantándome de la cama.

-¿Ya te vas?

-Es tarde y quiero dormir.

-Duerme conmigo -sugiere con picardía.

-Y que nos descubran, ¿verdad? No pienso correr el riesgo.

Y antes de que me pueda rebatir con alguna de sus ingeniosas frases le doy un rápido beso en la boca y me dispongo a irme, pero de pronto su mano me atrapa por el codo y me hace girarme de nuevo. Da otro tirón más fuerte provocando que caiga sobre ella, rápidamente sube su mano hasta mi cuello y me redirecciona la cara lo suficiente para encontrar mis labios y besarlos con pasión. Rio al comienzo del beso y después me dejo llevar, haciendo que ese beso se prolongue más de lo que yo quisiera, y es que por mucho que quiera me es imposible apartarme de ella.

Finalmente es ella la que termina el beso por falta de aliento y sonríe conforme antes de decir:

-Esto sí es una despedida de buenas noches en condiciones.

-Idiota -contesto dando un torpe golpe en su brazo-. Ahora sí que sí. Me voy.

Vuelvo a dejarle un beso en la frente, aunque que ella busca de nuevo mis labios, y me marcho de allí con una sonrisa de oreja a oreja.
Druella Black, me gustas demasiado.


Cuando llego a la sala común de Gryffindor, Ron me sorprende sentado en el sillón junto a la chimenea. Doy un salto del susto y me llevo la mano al pecho donde mi corazón late con fuerza.

-¿Dónde estabas?

-¿Ahora me espías? -respondo enfadada.

-No desvíes el tema. Te vi salir y pensé que irías al baño, pero has tardado media hora.

-Estaba comprobando que la pesada de Druella se haya tomado la medicina. Eso es todo.

Me cruzo de brazos y le miro muy enfadada.

-¿Qué más te da si se toma la medicina o no?

-Ronald Weasley, soy la ayudante de Madam Pomfrey. Me guste o no tengo que cuidar de ella como paciente. Y sabía que no iba a hacerme caso solo por fastidiarme y he tardado tanto porque he tenido que convencerla para tomarse la dichosa medicina. ¿Contento?

Ron se mantuvo callado, examinándome detenidamente como si quisiera pillar mi mentira.

-Me voy a la cama, tengo sueño -digo antes de que intente rebatirme.

Me marcho de allí con paso raudo y sin darle opción a responder nada. Creo que no me equivoco cuando pienso que él está empezando a sospechar algo. Si no tenemos más cuidado esto se nos acabará yendo de las manos. 

Con la sangre no se juegaOn viuen les histories. Descobreix ara