Capítulo 18

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*Hermione*

Por pura lógica, Druella es el amor de mi vida. Ese beso me ha renovado por dentro, me ha hecho sentir una sensación de resurrección en mi alma. Mi corazón a vuelto a renacer. ¿Por qué me he marchado de esta manera? Porque no era ni el momento ni el lugar para arreglar nada. ¿Nos besamos y volvemos? No, esto no funciona así. El dolor sigue ahí y seguirá estando hasta que lo hablemos todo con tranquilidad. Y además, sigo sin estar segura de su postura, no se me olvida como me dejó plantada la otra noche. ¿Ahora vuelve y me besa? Y después ¿qué? ¿Volverá a huir? No pienso jugar a esto.




*Druella*

Necesito hablar con Hermione urgentemente. Hace un momento he seguido a Draco hasta la sala de los menesteres y le he visto enviar un mensaje con el armario evanescente. Esta fue la misión que le encargaron, avisar a mi madre y a Greyback cuando fuera el momento indicado, y se ve que no ha querido contar conmigo para hacerlo, aunque tampoco me extraña. Esta señal avisa a mi madre para que vengan a Hogwarts. La segunda parte de la misión es matar a Dumbledore, y Draco es el que debe hacerlo. Al principio me enfadé porque pensé que me elegirían a mi, pero el Señor Tenebroso me explicó que no duda de mi lealtad y mis habilidades siendo hija de quien soy, cosa que no puede decir lo mismo de Draco siendo su padre quien es. Eso me llenó de orgullo, pero a la vez de dudas porque sé perfectamente que Draco no será capaz de llevar a cabo la misión.

Salgo sin ser vista de la sala de los menesteres y busco a Luna. Hermione no querrá hablar conmigo, pero si quedo con ella utilizando a Luna como intermediaria ella no sospechará nada, y se que Luna estará dispuesta a ayudar, nunca me he llevado mal con ella y conozco de su amabilidad, siempre presta a ayudar a los demás.



*Hermione*

Luna me ha dicho que Harry ha convocado una reunión de última hora en la torre de astronomía. ¿Para qué? No me lo ha dicho, pero aquí estoy, esperando a Ron que como siempre se retrasa.

Pasan unos minutos hasta que escucho unos pasos subiendo las escaleras casi al trote. Estos chicos...

-Hermione.

-¿Qué haces aquí?

Druella se acaba de presentar, viene respirando agitada.

-Tienes que irte, he quedado con Harry y...

-Es mentira -me interrumpe.

La miro confusa.

-Le dije a Luna que te trajera aquí con alguna excusa, necesito hablar contigo.

-Druella, necesito tiempo -respondo soltando el aire por la boca.

-No es sobre lo nuestro. Bueno... -duda-. No puedo olvidar el beso de ayer -dice con una sonrisa-. El de ayer y todos nuestros besos -añade-, y aunque sé que sigues enfadada conmigo, no podía irme sin antes decirte lo que va a pasar.

Esa última frase activa mis alarmas.

-¿Irte? ¿A dónde? -pregunto al instante.

-Escucha -da un paso hacia a mi-: Mi madre y Greyback están de camino y piensan matar a Dumbledore y hacerse con el control del colegio. Tienes que irte. Tú y tus amigos os tenéis que ir.

Me quedo helada al escuchar sus palabras. Es imposible que los mortífagos entren al castillo... Bueno, casi. Draco y Druella lo son y están bajo estas paredes.

Con la sangre no se juegaWhere stories live. Discover now