Primera Parte: Capítulo 1

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Hermione Granger y yo llevamos como una media hora encerradas en la sala de los menesteres. ¿Cómo hemos acabado aquí? Buena pregunta. Ni si quiera yo lo sé. Había quedado con Draco para practicar varios hechizos a escondidas de Umbridge, pero creo que mi queridísimo primo Malfoy ha decidido cambiar de planes a última hora sin avisarme de nada, y lo que parecía una broma para Granger ha acabado siéndolo para mi también.
Cuando salga de aquí será mago muerto.

Hermione y yo ni si quiera nos miramos. Cada una pasea por la sala en silencio, sumidas en nuestros pensamientos, ella supongo que buscando la manera de salir de aquí, yo buscando la manera de acabar con mi primo sin llegar a pisar Azkaban.

-Arg.

Suelto un bufido haciendo que Hermione me mire interrogante.

-Odio estar en silencio -le hago saber.

-Pues no sé de qué podríamos hablar tú y yo -responde lanzándome una mirada de arriba a bajo. Cómo la detesto.

Me pongo a golpear la pared con mis piernas y puños buscando la manera de que estas cuatro paredes se abran y salgamos de nuevo a los pasillos del castillo.

-Golpeando la pared no vas a conseguir nada.

-Pues entonces haz algo para sacarnos, ¿no eres tan lista?

-¿Qué crees que llevo haciendo todo este tiempo? Pero parece que Draco ha sellado la entrada.

-Lo mato -digo entre dientes.

-Después de que le de una tunda -murmura sin dejar de palpar la pared buscando por donde abrirla.

Me siento en el suelo refunfuñando y me cruzo de brazos. Hermione se sienta unos metros más alejados, quedando frente a mi.

-Esta bien, hablemos de algo.

-Bien, ¿qué se siente siendo una sangre sucia? -pregunto con toda mi malicia.

Desde que comenzamos el primer curso nos llevamos fatal y aprovecho cualquier oportunidad para meterme con ella y sus ridículos amigos junto con mi primo. Nos encanta irritarlos.

Hermione me mira incrédula y toma aire para contraatacar.

-Al menos yo me he criado con mis padres.

Golpe bajo. Golpe muy bajo. Le lanzo una mirada asesina y ella me la sostiene unos segundos, después clava la vista en el suelo. Volvemos a guardar silencio mientras no dejo de maldecirla en mi mente. Esa sangre sucia no sabe qué ha hecho, se ha metido en arenas movedizas.

-No tienes ni idea -le espeto sin dejar de mirarla fijamente-. Ni idea de lo que es criarte sola, con la simple presencia de unos tíos y un primo que te mantienen en su casa como si fueras una carga, como si no tuvieran más remedio que hacerse cargo de una niña que no les interesa lo más mínimo.

-Es verdad -contesta ella mirándome de nuevo-. No se cómo se siente vivir así, pero sí Harry, te recuerdo que también se ha criado sin padres. ¿Qué valor tienen tus palabras si después la echas por tierra metiéndote con personas que no te han hecho nada?

-¿Cómo tú?

-Por ejemplo.

-Eres una sangre sucia, más razón que esa no la hay.

-Una sangre sucia que ha tenido la suerte de tener unos padres que le enseñaran a respetar a las personas.

-¡Deja de decir eso! -le grito levantándome de un salto, abalanzándome hacia ella. Hermione se levanta también para encararme.

-Deja de llamarme sangre sucia -responde con la tensión a flor de piel.

Tomo aire, cuento hasta tres y trato de relajarme para no lanzarle una maldición en ese momento. Retrocedo varios pasos y vuelvo a sentarme en el suelo, abrazando mis rodillas. Pasan varios minutos en los que no decimos nada más. En esos minutos no dejo de imaginar en cómo hubiera sido mi vida si mis padres hubieran estado en ella.

Con la sangre no se juegaحيث تعيش القصص. اكتشف الآن