Capítulo 31

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~*Louis*~

-Carajo Bill, te pago para que hagas lo que te pido. ¿Cómo demonios planeas que me calme cuando Harry lleva desaparecido una jodida semana? -Los últimos días sin Harry habían sido el infierno en vida, todo absolutamente todo era molesto en esos momentos, tenía más de una semana sin saber nada de Harry, el pecho le ardía cual antorcha olímpica, los latidos de su corazón carecían de ritmo en su interior y la sangre que le recorría por las venas era tóxica, pareciese como si Harry fuera la medicina que Louis necesitaba, estaba tan acostumbrado a no ser nada de nadie y cuando de pronto lo fue todo para alguien, se durmió en sus laureles.

-Tranquilízate tío, ya te dije que no hay señales de él por ninguna parte, he llamado mil veces a la Policía, a los hospitales, carajo, he buscado incluso debajo de las piedras y el chico no aparece, es como si la tierra se lo hubiera tragado - Bill hablaba en serio, y Louis sabía que si algo le hubiese pasado ya lo sabrían, las malas noticias corren pronto y si Harry no había aparecido aún era obvio que estaba ocultándose de él y no le culpaba pero Louis era un jodido egoísta y le necesitaba, realmente le necesitaba, su presencia se había convertido en la mayor de las adicciones del hombre.

-¡Tienes que encontrarlo Bill! -La voz de Louis estaba mucho mas exaltada que de costumbre.

-Tommo, viejo; tienes que estar preparado para lo que se avecina. Yo no creo que Harry regrese tío, ese chico se fue con el corazón hecho pedazos y yo como tu amigo que soy debo advertirte, el chico no va a regresar. Déjalo ser feliz Louis, déjalo seguir su vida, no lo ates a esta vida de mierda que llevas, el chico ha sufrido mucho y los dos sabemos que el merece ser feliz y tu no vas a cambiar Louis, tu nunca podrás sentar cabeza, es tu naturaleza ser así y eres tóxico para él, vamos viejo sal de esto y déjalo seguir adelante.

El rostro de Tomlinson se tornó serio, Bill no acostumbraba a opinar nunca en sus asuntos, y sabía que cuando daba su punto de vista casi siempre tenía razón, aún así no quería hacerle caso.

-¡Cállate Bill!... Solo cállate. No se te ocurra insinuar otra puta vez algo así, jamás voy a dejarlo ir, esto es temporal, a Harry se le pasará el enojo y volverá ya lo verás. Ahora haz lo que tengas que hacer pero consígueme la jodida ubicación de Harry.

Bill no articuló palabra alguna y únicamente se dedicó a asentir con la cabeza. Salió del despacho dejando ahí dentro a un nunca antes visto de esa forma Tomlinson, en todos los años que llevaba de conocerle nunca había visto de esta forma a Louis, esta vez realmente le había pegado el sentimiento.

~*Harry*~

La los rayos de la luz mañanera proveniente del exterior se veían reflejados sobre la melena de rulos ubicados en la cabeza de Harry, la tenue luz que atravesaba la ventana de la habitación le provocaba que sus cabellos se tornaran en color castaño claro, su melena estaba algo alborotada, nada del otro mundo. La tenue lucecilla le enmarcaba las pestañas color rubio que le cubrían sus hermosos ojos color aceituna.

Era un día raro en el exterior, el clima era un típico día lluvioso en Londres, pero llovía con sol, Harry se sentó sobre el borde de aquella ventana y comenzó a repasar todos los recientes hechos que había vivido, en menos de un mes había experimentado uno de los peores dolores del mundo, había viajado hasta las estrellas y al mismo tiempo había caído, había amado con todas sus fuerzas y había aprendido a odiar.

Pero lo más importante de todo: por primera vez en mucho tiempo había pensado en el antes que en nadie más.

-¿Cómo va ese ánimo? - el mocoso giró su rostro y su mirada se clavó en el hombre apuesto de estatura alta ubicado en el marco de la puerta, Matt le había abierto las puertas de su casa, abrió sus brazos para el chico y le ofreció su hombro para llorar, estos últimos días habrían sido una jodida mierda a no ser por su compañía, Matt le brindó una sonrisa y no efectuó movimiento alguno, Harry nuevamente trató de ubicar el arcoíris en el exterior y veía de soslayo como Matt le esperaba en la puerta.

One More Try - Larry StylinsonWhere stories live. Discover now