Capitulo I: Despertar en una pesadilla

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Otoño, 2019.

Cuando se es joven, uno no toma en cuenta el gran milagro que es estar vivo y de tener personas vivas a tu alrededor. La humanidad está decaída, podrida, o eso nos parecía, hasta que comenzó a derrumbarse realmente...

Julia.

: Omar no... No salgas...

: Debo ir Paulet, tú quédate aquí a salvo.

— ¡No, no, no! Son tan tontos. ¡Nunca deben separarse! —Me quejo pateando el suelo debido al estrés que me generaba la película y sus predecibles protagonistas.

— ¿Julia, enserio no te asusta?

—Obviamente, no. No me digas, ¿a ti sí Jonathan?

Mi nombre es Julia y el de mi mejor amigo  es Jonathan, hemos sido amigos desde que me mudé aquí, eso fue cuando tenía ocho años...
Soy hija única, al igual que él. Por eso es que él siempre ha sido lo más cercano a un hermano para mí.

Mi amigo se levanta del sofá —Claro que no, éstas películas ya no dan miedo.

Mi madre pasa frente a nosotros, obstruyendo la vista a la televisión;
—Hija, ya nos vamos, regresaremos un poco tarde, depende de cuánto tarde para que tu padre esté ebrio —Bromea dirigiéndose a mi padre, —Recuerda asegurar las puertas y...

—Lo sé, lo sé, no dormir tarde.

—Gracias cariño. Jonathan, ¿cómo se encuentra tu papá?
No lo dejes solo hasta muy tarde, es peligroso considerando lo enfermo que se ha sentido.

—Lo sé, señora Steph, me gustaría decir que está mejorando pero... Él piensa que debió pescar algún resfriado en el hospital.
Seguro que mañana se sentirá mejor.

—Dios quiera que sí. No regreses muy tarde a tu casa, esta zona ya no es tan segura en las noches... —Mamá toma su bolso y llaves.

—Cuente con eso. Gracias, señora Steph. —Responde sonriendo.

Jonathan vive sólo con su padre desde hace cuatro años, cuando el papá de Jonathan y su madre se divorciaron.
Un mes después, Jonathan no supo más de ella... Simplemente tomó sus cosas y se fue.

Mamá abre la puerta —Bueno, ya nos vamos, chicos.

Lleno de palomitas mi boca sin tomarle demasiada importancia —Sí, sí, adiós.

Es lo último que le digo.
La puerta se cierra y minutos después se escucha el auto encendiéndose y alejándose.

—¿Vemos otra? —Pregunta Jonathan.

—Pero una de comedia.

—Claro, jefa. —Responde alargando la primer palabra.

Entre risas y comentarios de lo que haríamos en las situaciones de los personajes pasa el tiempo.

*

Jonathan bosteza y a la vez se levanta del suelo —Ya debo irme.

—¿Ya es tan tarde? —Observo el reloj colgado a la pared, marcando las 11 de la noche —Está bien. También tengo sueño, cuídate.

—Claro, claro. —Jonathan cierra la puerta tras él.

Apago el televisor y subo corriendo las escaleras.
Entro a mi cuarto, tomo mi celular y los audífonos junto a él, me dejo caer en la cama viendo fijamente el techo, hay una extraña mancha oscura en él;
"Debe haber alguna gotera..." Pienso antes de reproducir la música y cerrar los ojos.

Séptimo díaWhere stories live. Discover now