Capítulo 4.

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POV LAUREN

5h04 a.m

Me desperté con dolor de espalda insoportable, "eso por quedarme dormida en el sofá", me regañé mentalmente. Vi la hora y suspiré derrotada al ver que no había dormido nada. Volví a encender la televisión y vi en las noticias como todo estaba hecho un desastre, en las partes lejanas de la ciudad las casas estaban destruidas y había importantes inundaciones. Escuché que querían personal para ayudar y enseguida me comunique con las personas necesarias para poder dar mi apoyo, "así me sentiré menos mal conmigo misma por ser una mierda de persona", pensé.

-Hola Ally, soy yo de nuevo, -Ella me saludó alegremente al otro lado del teléfono, aunque un poco ronca, deduje que porque acababa de despertar. - ¿Estás viendo las noticias? -Esperé su afirmación. -Requieren ayuda en algunas partes de la ciudad por la tormenta, y ya sabes que no puedo estar sin hacer nada, llamé y voy a ayudar en algo, ¿Tú no quieres ir? -Pregunté ya sabiendo su respuesta.

-Claro que si Lauren, gracias por avisarme. Ahora mismo me arreglo y voy a tu casa y salimos juntas. -Respondió emocionada.

-Está bien Ally, nos vemos. -colgué y me reí al ver la hora en la que la había llamado. Esa pequeña me tenía mucha paciencia. Me levanté y fui a buscar una pastilla para el dolor de espalda que me estaba matando, luego me dirigí a mi habitación para tomar un baño y lograr relajarme. Salí de la ducha y escogí algo cómodo y sencillo. Un pantalón jean y una camisa negra mangas cortas, mis botas negras y como no podía faltar mi chaqueta de cuero, también negra. Con este clima haría falta. Me vi en el espejo y me gustó lo que vi, no quería maquillarme, pues no iba a lucirme precisamente, pero no podía estar sin pintarme un poco los labios, aunque escogí un tono discreto. Ahora si estaba lista.

Dos minutos después escuché el timbre sonar y fui a abrir, y me encontré con una Ally sonriente. -Hola, grandulona -dijo dándome un beso en la mejilla y sonreí por su saludo. Nos dirigimos a la cocina. Siempre que Ally venía a mi casa en las mañanas desayunaba aquí y me obligaba a hacerlo a mí ya que tenía la costumbre de no hacerlo, me provocaba náuseas. Comenzó a preparar algunas cosas mientras yo la observaba, perdiéndome en mis pensamientos sobre ella. Se veía muy alegre, y lo atribuía a su relación y me sentí feliz por ella.

-La próxima vez que venga aquí, quiero encontrar huevos suficientes, leche, café... lo necesario para un desayuno decente Lauren -Me sacó de mis pensamientos con su regaño, al que respondí retorciendo los ojos, ella ignoró mi forma de protesta y puso toda en la mesa y comenzamos a comer.

-Si llego a tener todo lo que dices se dañará todo porque...

-Si, si ya lo sé... no desayunas -me interrumpió -Tampoco comes a la hora del almuerzo, y dudo que comas algo en la noche.

-Estás peor qué mi mamá, Hernández. Si almuerzo... -dije poco convencida.

-No lo haces, crees que comes... tomar agua y comer una galleta no es comer Jauregui -dijo señalándome con el tenedor. -Daba miedo si me señalaba así con ese tenedor y su mirada amenazante, pero pensando en su estatura me reí en mi interior.

-Está bien, está bien... deja de regañarme, en las noches siempre suelo comer una fruta. -Le estaba mintiendo y ella no lo dejaría pasar.

- ¿Fruta? ¿Cuál fruta? Si apenas y hay algo en ese refrigerador. -respondió con enojo - ¿Lauren te hiciste los exámenes este año? -Dios, Ally era una segunda madre. Agradecía su cuidado, pero ya podía hacerlo yo sola.

-Ally, se nos hace tarde. Deberíamos irnos ahora -dije levantándome para distraerla de su regaño infinito, dejé todos los platos en el fregadero. -La señora María se encargará de eso -le dije a Ally que parecía querer lavar todo.

Volviendo a ti.Where stories live. Discover now