Capítulo 3.

165 8 0
                                    

POV LAUREN.

-Ally no pienso trabajar una hora más, estoy demasiado cansada... -dije estresada. Ally era mi secretaria y una de mis grandes amigas, grande por el gran corazón que tenía, porque ella en realidad era muy pequeñita. Era una de las pocas personas que yo conocía que tenía un gran y amoroso corazón. No cabía maldad en su pequeño ser. Ella era todo sonrisas y felicidad, lo cual, en grandes aspectos se diferenciaba conmigo.

-Está bien Lauren, hoy ha sido un día mentalmente agotador, de igual creo que hemos hecho más de lo pensado -Dijo distraídamente mientras revisaba algunos papeles.

-Contigo como no hacerlo, si eres muy pesada con eso de la responsabilidad, en ocasiones pienso que mi padre te dio la empresa a ti, y yo estoy aquí sólo porque llevo el apellido Jauregui -ella se rio junto a mí por lo que había dicho. La empresa tenía un poco más de 5 años bajo mi poder, mi padre decidió que estaba muy avanzado de edad para continuar a su mando y dejó todo a mi cargo.

-Deja de decir estupideces y ya vete a tu casa, ya todo el mundo se ha ido. -Ella comenzó a caminar hacia el elevador y yo la seguí. -Ally llevaba más tiempo que yo, exactamente 10 años trabajando en la empresa. Empezó como practicante y ello duró 1 año, a mi papá le encantó su forma de ser con los demás y su gran responsabilidad y seriedad para cumplir con el trabajo, la contrató sin saber que era mi gran amiga, 2 años después de que trabajara para él, llegué yo. Ella fue quien me guio durante mis primeros meses, y 6 años después aquí estábamos.

- ¿Quieres que te lleve? -me ofrecí.

-Nop, hoy me recoge Marcos -dijo con una pequeña sonrisa tímida.

- ¿Tu novio? -pregunté mirándola con una sonrisa y mi ceja arqueada.

-Debería matarte Jauregui, llevo hablándote de él desde hace dos semanas -Dijo fingiendo enojo y yo me reí.

-Hernández, pregúntame que desayuné esta mañana -ella sólo me miró y negó con la cabeza -Exacto, ni siquiera lo recuerdo.

-Eso es porque nunca desayunas Lauren. Sinceramente creo que te hace falta un buen polvo -comencé a toser a su comentario que apareció de la nada, Ally golpeó mi espalda mientras se reía.

-Sabes que esas cosas ya no están presentes en mi vida. No digas semejantes locuras Ally.

- ¿Esas cosas? -preguntó confundida.

-Sí, esas cosas. Relaciones, tener pareja, ya sabes... nada de eso va conmigo, no tengo tiempo... -dije con voz melancólica, hasta ahora me había dado cuenta que estaba sola, realmente sola.

-No te estoy mandando a buscarte una novia idiota, solo te digo que deberías liberar ese estrés -dijo Ally haciendo caso omiso a mi estado de ánimo.

-Libero mi estrés haciendo ejercicio -dije encogiéndome de hombros. Tenía mi propio gimnasio en casa, y me pasaba ahí más tiempo del necesario.

-No veo que funcione -murmuró ella y yo le golpee el brazo en broma. -Ahí está Marco -dijo señalando el auto azul frente a nosotras -Pasa buena noche Lauren y deja de ser tan amargada -se rio y me dio un beso en la mejilla antes de irse.

Caminé hasta mi auto donde me esperaba mi chofer, lo saludé y subí. Me recosté en el asiento mientras pensaba en lo sola y miserable que se había vuelto mi vida, Hasta hoy no me había dado cuenta. Podía tenerlo todo, dinero, casas, lujos, pero no tenía lo realmente importante, cariño y amor. Hay muchas personas que dicen que no se necesita a alguien al lado para ser feliz, realmente no creo que sea así. Siempre llega un momento en que necesitas un hombro donde llorar, con quien acostarte a dormir y estar segura que a la mañana siguiente esa persona estará ahí, viéndote despertar y regalándote una sonrisa y un beso de buenos días. Siempre todos soñaremos con alguien a quien amar y que nos ame de vuelta para poder pasar el resto de nuestra vida con aquella persona. Se podría decir que era una romántica total, y quizás lo era, pero aquello no influenciaba a gran escala en mi día a día.

Volviendo a ti.Where stories live. Discover now