Capítulo 18: Orfanato

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Deidara Namikaze

Había vuelto a la casa de mi padre tras la ruptura con Hidan y no sabía cómo explicarle a mi hija el motivo por el que Hidan nos dejaba ni el motivo por el que su padre no la quería. Desde el juicio no habíamos vuelto a saber de él, ya le di órdenes al abogado que yo no quería saber nada de esa persona pero... ni siquiera fue capaz de venir el primer fin de semana a ver a su hija y aunque ella estaba dolida con él por todo lo sucedido, era peor aún el desgarro por no entender por qué aquellos dos nos habían abandonado.

En el colegio no iba mucho mejor la cosa, tuve que cambiarla al final debido a las burlas de sus compañeros por la noticia y prácticamente ya no quería salir de su casa. Yo tampoco entendía por qué había hecho una cosa así en lugar de venir a hablar las cosas, suponía que con él era imposible mantener una conversación, al fin y al cabo... siempre sería un Uchiha, hacían su voluntad y se salían con la suya.

La noche después del juicio me había quedado con Ino tumbado en la cama acariciando su fino cabello rubio hasta que se durmió por completo. Siempre me preguntaba por qué no la querían, yo no tenía respuesta para eso, a mí tampoco me querían. Se preguntaba por qué estaba sola y lo único que podía decirle era que yo siempre estaría allí para ella. Tras dormirse mi hija me fui al restaurante, aún debía trabajar.

El restaurante sin mí funcionaba bien y cuando llegué prácticamente todas las mesas estaban ya siendo servidas. Me dirigí a mi despacho a terminar algún papeleo y luego salí para recibir al nuevo comprador de la empresa.

- ¿Se encuentra bien? – me preguntó el chico de la recepción.

- Sí, estoy bien, gracias – le dije fingiendo sonreír.

El hombre llegó con su elegante traje y le estreché la mano. Venía a cenar con su esposa y supongo que era una buena forma de convencerle para que comprase el negocio. Al fin y al cabo de alguna forma le pagaría esa maldita deuda, si ese era el precio para sacar a Itachi de mi vida para siempre que así fuera, no quería volver a saber nada más de él.

Pude ver a Itachi por la cristalera sentado allí fuera en un banco y me dio tanta rabia que me metí hacia la cocina por no verle. Al final de la noche cerré la firma del contrato y me marché a casa. Llegué de madrugada y no conseguí dormirme, así que me senté en la terraza con un café mirando el amanecer. Ino se despertó a las nueve de la mañana y en cuanto me vio allí se acercó donde estaba tumbándose encima de mí mirando el nuevo día.

- ¿Qué te parece si hacemos un viaje? – le pregunté al verla tan decaída.

- ¿Uno bien lejos? – me preguntó.

- Sí, uno bien lejos – le dije – ir a algún lugar donde nadie nos conozca, alejarnos de todo esto. Te dejo elegir.

- Me parece genial, le pediré al abuelo que me traiga revistas de países, quiero verlos antes de elegir uno.

- Vale cariño.

- Pero... ¿Y tu trabajo?

- No te preocupes por eso, buscaré algo donde elijas.

Minato apareció en aquel momento con su camisa perfectamente preparada para irse a la oficina y se detuvo unos segundos por la terraza al vernos.

- ¿Desayunando? – nos preguntó con su sonrisa habitual y yo sonreí – Ino cielo... ¿Me preparas un café?

- Está bien abuelo – le dijo sonriendo dándole un beso antes de salir, yo sabía que era la excusa porque quería hablar conmigo a solas.

La estafa (Naruto, Sasunaru, ItaDei)Where stories live. Discover now