¿Podrás Rehabilitarme? | Larry Stylinson

Louis

Louis Tomlinson, 22 años. Doncaster.

- Mamá, iré al trabajo. Te quiero mucho. - Me despedí de ella con beso en la mejilla. Ella me sonrió con ojos cansados desde su cama.

La miré un segundo con ternura y nostalgia. El cáncer la estaba consumiendo. Mi madre se enteró que padecía Cáncer Pancreático hace 3 años. Desde allí, todo cambió.

Salí por la puerta de su habitación y me dirigí hasta la cocina, donde mis 2 hermanas menores desayunaban.

- Lottie, Fizzy, iré a trabajar volveré por la noche. - Les di un beso en la mejilla a cada una y salí por la puerta principal.

Ellas 3 (mi madre, Charlotte y Felicite) eran lo más importante en mi vida. Y mis dos hermanitas angelitos Phoebe y Daisy también eran importantes, sólo que ellas me miraban desde el cielo. En cuanto a mi padre... hace años que no lo veía, y no estaba precisamente muerto.

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La mañana se me pasó rápidamente. Trabajaba como masajista en un pequeño centro estético de 10 de la mañana a 6 de la tarde. No AMABA mi trabajo, pero de algo servía. Igualmente me gustaba mucho hacer sentir bien a las personas.

Luego de la jornada, tenía mi otro trabajo.

Caminé unas cuantas cuadras hasta llegar a mi segundo lugar laboral: "Regarder Et Payer". Un club exclusivo de bailarines eróticos. Sólo se admitían caballeros, y algunas veces damas. 

Sí... A eso me dedicaba. Mi familia pensaba que era sólo un simple masajista en un pequeño centro estético.

La verdad creo que sospechan que es mentira; es decir ¿Cómo un chico puede conseguir dinero suficiente para pagar tratamientos de cáncer, pagar comida e impuestos y mantener a 2 chicas adolescentes y su madre? No se podía. Imposible. Así que bailarle caliente a viejos y adinerados clientes, ayudaba bastante. Pagaban mucho por mí.

En Regarder Et Payer no vendíamos sexo. Sólo era baile. Los clientes pagaban por bailes privados, en una de las habitaciones del lugar. Obviamente algunas veces los clientes querían otra cosa: Sexo. Pero tenían que pagar de más; y quedaba en decisión de los bailarines si querían o no. 

Yo siempre decía que sí.

Necesitaba mucho el dinero. No me gustaba la idea de vender mi cuerpo, pero en este mundo y en esta economía, el dinero no cae del cielo. Hay que conseguirlo, y es difícil.

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Entré al edificio decorado seductoramente y me dirigí a los baños para cambiarme.

- Tomlinson - Me saludó Zayn Malik, mi mejor amigo y compañero de trabajo.

- Malik - Le sonreí.

- Max te necesita en su despacho, quiere hablar algo contigo - Me dijo mientras caminaba a mi lado. Max George era mi jefe y dueño del lugar.

- ¿Tienes idea sobre qué? - Le pregunté frunciendo el ceño. Ojalá no sea nada malo.

- La verdad, no - Me respondió encogiéndose de hombros - Suerte Lou, nos vemos en el escenario.

- Está bien... Nos vemos Zayn - Dije cuando ya estaba al frente de la puerta de la oficina.

Le di un leve golpe con mis nudillos. "Adelante" Oí una voz masculina, abrí la puerta y entré.

- Buenas tardes Louis - Me saludó Max y señaló una silla en frente de su escritorio - Toma asiento.

- Hola, y gracias - Me senté - ¿Sobre qué querías hablarme? ¿Hice algo malo?