Capítulo 13: El momento más esperado.

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El chico bajó sus manos sintiendo su piel, su corazón estaba agitado, la deseaba más que nunca y esta vez no se detendría, ya no podía, le quitó la última prenda que le quedaba puesta a la chica y se quitó su bóxer blanco, ahora que estaban los dos desnudos, pudo acariciarla como deseaba hacerlo.

Luego de besarla apasionadamente la recorrió con sus manos, su piel era suave y perfumada, él la contempló unos instantes al tiempo que le decía:

—Eres hermosa, Hermione, te quiero, dime que sientes lo mismo, dime que me quieres.-Ella lo tomó del cuello y lo miró a los ojos.

—Ron, te quiero.

La boca del chico fue besando cada pedazo de su piel, los pechos de la chica lo deleitaban, besó sus hombros, su cuello, sus brazos, estaba dispuesto a besarla por completo, de pronto sorprendió a la chica, la giró con fuerzas y la puso boca abajo, la castaña no comprendió, estaba a punto de decir algo cuando él se lo impidió.

—No digas nada.-Susurro el chico cerca de su oído.

Hermione obedientemente hizo silencio, el muchacho le corrió el pelo que le cubría la nuca, le dio incontables besos en esa zona, la chica cerraba los ojos y apretaba las sabanas con su mano, luego apoyó sus grandes manos en la morena espalda de su compañera, la recorrió suavemente, se tomó mucho tiempo para hacer esto, luego comenzó a besarle la espalda, la chica sintió los labios cálidos de Ron pasar sobre su piel.

Fue bajando lentamente y llegó hasta sus glúteos, ella no sintió vergüenza, estaba entregada y dispuesta a dejarse besar, eran los besos más suaves y excitantes de su vida, el pelirrojo apoyó sus manos en el trasero de la chica, ella era perfecta para él, su cuerpo era perfecto, armonioso y delicado, siguió besándola tomándose todo el tiempo del mundo, bajó por sus piernas y las recorrió con la punta de su lengua, llegó hasta los pies de la chica que recibieron el mismo tratamiento, luego se fue sobre ella y se recostó apoyando todo el peso de su cuerpo.

La chica lo sintió jadear en su oído, estaba excitado, su virilidad lo delataba nuevamente, ella giró su rostro y él la besó mientras no dejaba de mover su cuerpo sobre ella, estaba muy excitado, la deseaba con locura, pero todavía no era el momento, quería besarla más y conocer todos los pliegues de su piel, la giró nuevamente y comenzó a besarle el oído, bajó por su cuello, sus pechos, se detuvo en ellos para lamerlos con renovada pasión, sentía en su boca el sabor de esos pechos que tanto deseaba, se extasiaba sintiendo la dureza de sus pezones en su lengua, el chico estaba poseído de pasión, bajó con su lengua y recorrió su estómago, su ombligo, su vientre, al llegar a su pelvis le dijo:

—Abre las piernas, Herms​.

Una vez más la chica fue obediente y abrió ligeramente las piernas, Ron bajó con su lengua, la chica sintió la suave lengua de su compañero acariciarle el sexo, él pasaba con deleite su lengua sobre el clítoris húmedo de la chica, descubrió el sabor de sus pliegues, ella jadeó con voz ronca, él no podía detenerse, estaba sintiendo por primera vez el sabor a mujer de la castaña, era delicioso, dejó que su boca se impregnara de ella, luego, muy a su pesar, abandonó esa tarea para subir lentamente por su cuerpo, la chica estaba en el paraíso, sus besos la colmaban.

Él llegó con besos hasta su boca, la besó dulcemente y a pesar de su excitación su corazón latía a gran velocidad, se acomodó entre sus piernas y apoyó los codos en la cama, la miró a los ojos y la tomó del rostro.

—No quiero lastimarte, Herms​.-Le dijo con la voz entrecortada.

Ella lo miró con ternura, a pesar del deseo que sentían mutuamente él no dejaba de ser cariñoso y se preocupaba por ella.

—Hazlo, Ron, hazlo.-Dijo Hermione con voz jadeante.

Ella se aferró a su espalda con sus manos mientras él comenzaba a penetrarla lentamente, la castaña apretó los ojos y se mordió los labios, para él también era difícil, la estreches de la chica lo envolvía y le hacía mucha presión sobre su miembro.

—Lo siento, no puedo, no quiero hacerte daño.-Dijo chico tocándole el rostro tiernamente.

Ella lo miró a los ojos y lo tomó de la nuca, pasó su lengua sobre sus labios, lo hizo con lujuria, provocándolo, llevándolo a ese lugar donde él no sabía salir.

—Oh, Hermione, no me hagas esto, sabes que te deseo, es solo que…-Dijo el chico.

—Hazlo, Ron, te deseo.

Él la besó apasionadamente, hundió su lengua con profundidad en la suave boca de la chica, tomó impulso y la penetró con fuerzas, ella soltó un grito ahogado y le clavó las uñas en la espalda, Ron sintió que algo caliente lo envolvía, sintió que había traspasado su himen, la chica apretó mas los ojos, era claro que sentía dolor.

—Ya está, mi amor, ya pasó...-Dijo Ron dándole besos en el rostro, intentando calmarla.

Se quedó muy quieto sin saber qué hacer, a él también le dolía un poco, pero era el dolor más placentero que podía sentir, los minutos siguientes se dedicó a besarla, acarició su rostro sin salir del interior de la chica, el dolor se fue apagando y ambos se acostumbraron a sentirse así. Luego Ron fue moviendo su cadera y ella comenzó a jadear, él se movía exquisitamente provocándole placeres desconocidos, el chico la sentía, se clavaba en su interior sintiéndola con profundidad, él cerró los ojos tratando de grabar esa sensación en su mente para siempre, sentía la presión que lo envolvía, con los ojos aún cerrados jadeó y gimió sin reprimir los sonidos enloquecidos que salían de su garganta.

Ella sentía como el muchacho la penetraba sintiéndolo en lo más profundo de su ser, su corazón le saltaba en el pecho, nunca había sentido algo igual, la sensación de sentirlo en su interior era maravillosamente placentera, el pelirrojo la penetraba con lentitud intentando que ese momento no acabara nunca, pero era demasiado para él, a pesar de querer alargar el placer que sentían no pudieron evitar el deseo incontenible de llegar hasta el final, los movimientos se fueron haciendo más rítmicos y mas rápidos, Ron la tomaba del rostro y la besaba, sus ojos se cerraban a causa del placer, ambos sentían que el cuerpo se les aflojaba, ya no podían contenerse más, la vio gemir entre sus brazos, ella estaba extasiada, los gemidos no alcanzaron, al cabo de un rato gritaban de lujuria y placer, Ron murmuraba su nombre al tiempo que sentía que sus fuerzas lo abandonaban, la castaña le clavó las uñas y para él eso fue una caricia, empujó dos veces más sobre el delicado cuerpo de la castaña y ella sintió que se llenaba de él, el chico pegó un grito ahogado y su cabeza cayó sobre el pecho de la castaña.

Estaban exhaustos, totalmente extenuados, la había hecho mujer, de ahora en adelante, ella ya no sería la misma, él tampoco, habían traspasado el umbral de su amor, ya no podrían detenerse, recién estaban descubriendo el placer de su amor.

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Solo quería recordarles que hay algunas cosas que no me agradan de la historia original y las cambio, cosas pequeñas o expresiones que no tienen sentido.

Esa es la clave de la edición.

Espero que les haya gustado y nos vemos mañana.

LauraHillón ✏

El placer del amor.| Romione.Where stories live. Discover now