En tal circunstancias.

—Ya está— indicó a la par de sus manos colocando una nueva bandita de aspecto infantil sobre la herida. Las únicas que habían en la enfermería.

Posó sus manos  a los laterales de mis muslos, y se dejó caer un poco hacia el frente, buscando hacer contacto visual.

—Ten más cuidado— habló al cabo de unos cuantos minutos.

—Lo tendré— anuncié titubeante y me reprimi las ganas de querer gritar dado que no había sonado firme como hubiese querido. Mi voz se quebraba siempre que me dirigía a él.

Me bajé de la camilla con sumo cuidado, sin llegar a topar nuestros cuerpo,  ya que aún me mantenía acorralada. Y por lo visto, no se dignaría en moverse ni un poco.

Mis dos únicas salidas se encontraban bloqueadas por sus brazos, así que mi única opción fue agacharme y salir por uno de los laterales inferiores donde había espacio libre. Pero antes de que mis rodillas tocaran el suelo, taehyung me levantó tomandome por los hombros, dejándome levemente desconcertada.

—No hagas eso, Lía —habló de manera pausada, con los ojos fuertemente cerrados y la respiración entrecortada.

— Solo necesitaba irme.— murmulle señalando la puerta con mi dedo índice.

—lo sé Lia, pero un hombre como yo no piensa de forma tan inocente como lo haces tú.— paso sus nudillos suavemente acariciando mi mejilla izquierda, mientras se remojaba los labios observando los míos. Soltó un suspiro de manera ruidosa y me atrajo hacia su cuerpo para unirme a él en un abrazó.

Mi rostro permaneció en contacto con su firme pecho, mientras sobaba mi larga cabellera con su mano derecha. Fue un poco incómodo sumirme en un abrazo junto el, dado que jamas habíamos llegado a tanto, pero rápidamente me sentí cálida en sus brazos. No quería que se separara, de mí, quería estar así un poco más, quería parar el tiempo y que todo se resumiera a este momento, solo a nosotros dos.

¿Porqué no fue así desde el inicio?

Sentí perderme en el aroma de su perfume, mismo que emanaba su camisa. En sus brazos, rodeándome el cuerpo, provocando calidez, bienestar, y paz. En sus labios, dejando una hilera de besos sobre la coronilla de mi cabeza. No estaba bien, pero quería creer que si.

"un hombre como yo no piensa de forma tan inocente como lo haces tú"

Sus palabras irrumpieron brevemente en mis pensamientos, ¿a qué se refería?, ¿inocencia?. Creo que después de todo la había perdido en cuanto derramé la primera lágrima, cuando sentí odio por primera vez y cuando quise dejar de existir en muchas ocasiones.

A eso ya no se le podía llamar, inocente.

Mi cuerpo se estremeció al instante, él extrañamente me hacía sentir bien, pero del mismo modo, la felicidad que sentía cuando estaba brevemente a su lado se mezclaba con dolor. ¿cómo se le llama a eso?

—Taehyung — llamé su atención separándome levemente de su cuerpo, Tae pasó su mirada de mis ojos a mis labios y luego, nuevamente se mantuvo en mis ojos, gritando con ellos lo mucho que quería decirme y sus labios se rehusaban a hacerlo.

—Lo siento Lía— Murmuró restregando sus manos en su rostro, en señal de sentir frustración.

Se escucharon pasos y risas que se acercaban, parecían ser de las enfermeras. Rápidamente teníamos que hacer algo si no queríamos que nos acusaran de robar suplementos medicinales para drogarnos.

Qué lio.

—¿Qué hacemos ahora?— inquiri notoriamente asustada, no me veía metida en líos, jamás había estado en uno. Tal vez taehyung si, el era a menudo un chico problemático, pero nuca yo y mucho menos si se trataba de drogas.

Tomó mi mano y nos escabullimos al baño de la enfermería, era la única salida y era muy reducido ahí adentro, no contaba con ventilación y apenas se podía mover de un lateral a otro. Mi tracero topaba el borde del lavamanos y Taehyung se encontraba frente a mí, con su espalda estampada en la puerta.

Una caja de zapatos sería mucho más grande que esto.

Me encontraba tan cerca de su cuerpo, que sentí nuevamente su corazón latir sobre mi pecho, y sentía sus respiración chocar contra la coronilla de mi cabeza, puesto que él era más alto que yo. Levanté la mirada involuntariamente y me fijé en sus ojos oscuros, iguales a los de un felino. Su respiración golpeaba ahora contra mis labio y mis manos se sostenían del borde de su camiseta.

Quise apartarme de él, pero el espacio en el cubículo no nos ayudaba mucho.

—No te muevas demasiado así, Lía — indicó con su voz notoriamente rasposa y mucho más grave, dejando caer su sudorosa frente sobre la mía.

Hacía demasiado calor y podía sentír el aire ser nulo en mis pulmones, debido a eso, empecé a hiperventilar y  traté de calmarme para así preservar el aire fresco, pero era imposible. Necesitaba respirar.

—¿te encuentras bien?— Taehyung me miraba algo preocupado con él ceño fruncido, había notado lo que me estaba pasando.

—No, me estoy ahogando.— respondí tratando de alcanzar oxígeno  mientras mi pecho subía y bajaba a un ritmo muy rápido.

Creí que había superado mis ataques de claustro fobia, pero realmente no era así.

PUPPET  [ T#1 TERMINADA ]Where stories live. Discover now