#MySexyNeighbor

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Me parece una gran falta de respeto el hecho de que mi sexy vecino siempre tenga que las cortinas abiertas cuando hace ejercicio sin camisa. Me parece una grandísima falta de respeto, uno aquí le quiere ser fiel a su pero es provocado por semejante belleza culinaria.

Pero Kendall, tú ya te acostaste con Austin hace unos días. Shhh, conciencia, eso no lo saben... Prosigamos: también se me hace muy pero muy malo de su parte que cuando lleva a esa rubia chica a su cuarto, que se pueda ver desde mi habitación perfectamente las poses sexuales que practican. ¡Los benditos gemidos se pueden escuchar desde la otra cuadra! El condenado a de tener una verga enorme, joder.

Era un sábado por la noche, me puse la pijama disponiéndome a dormir temprano (no era tan noche que digamos) ya que al siguiente día tendría que ir con James a un x lugar para recoger una x cosa. Veo que la luz de la habitación del vecino estaba encendida, así que me paro junto a la ventana para ver que estaba pasando.

Vi como él entró en su habitación envuelto sólo con una toalla. Se da vuelta y se la quita, dejando a la vista ese hermoso y bien redondito trasero. Ay, papi chulo, pero quien lo diría. Tomo la silla de mi escritorio y me siento frente a mi ventana para poder disfrutar del show. Él se pone de frente y logro ver ese PENE largototototote que le ha de medir unos 21 cm., me relamo los labios y él comienza a masajear sus testículos.

— El verdadero show acaba de comenzar— susurro para después volver a morderme los labios. Pongo mi mano sobre mi peacock y lo aprieto.

Él se da cuenta de que lo he estado observando pues al mirar por su ventana sonríe y se dirige hacia ahí. Mierda, me escondo detrás de la silla esperando que no me vea.

— ¡Sal de ahí, Kendall!— exclama. ¿Cómo sabe mi nombre?— Sé que estás detrás de esa silla— de reojo veo que se ha cruzado de brazos. ¡Miren esos brazotes! Me levanto de poco en poco desde mi escondite.

— Hola...— saludo nervioso con la mano, la cual hacía un espero no notorio temblor. Mi voz sale muy chillona.

— ¿Me recomendarías una canción?— habla desde el marco de la ventana. Sonrío maliciosamente...

I wanna see your peacock cock cock, your peacock cock— él sonríe seximente—, your peacock cock cock, your peacock.

***

En mi boca se encontraba su enorme miembro que efectivamente medía 21 cm. (tome una regla y se lo medí previo a hacerle el oral). Primero chupaba sus testículos, succionándolos en mi boca haciendo que él gimiera de placer, arrugando con su mano la colcha de su cama. Él lo disfrutaba. Me tomó del cuello de mi playera y me comenzó a besar, mordiendo mis labios provocando que jadeara de placer. Levanté ambos brazos y me quitó la playera, me lanzó en su cama y comenzó a posar sus labios desde mi cuello, pasando por pezones y ombligo hasta bajar el pantalón de mi pijama quedando sólo en bóxer. Me dio la vuelta con una fuerza de otro mundo y despojó mi única prenda que me llevaba al límite de estar desnudo y comenzó a darme un beso negro.  Me pidió que me diera vuelta y me acostara, tomó mi miembro de media erección, se lo puso en la lengua y comenzó a golpearla con él, hasta que se decidió y comenzó a mamar mi pene. Eché mi cabeza para atrás y dejé que él comenzara a hacer lo suyo. Después de unos diez minutos de que me hiciera la felación, se acercó a un buró y de éste sacó un paquete de condones.

— ¿Tienes sida?

— No, ¿y tú?

— No...

Sentir como la piel de su miembro friccionaba con el mete y saca provocaba que me excitara más. Él comenzó a gemir cada vez más y más fuerte, casi llegando al orgasmo. Me limpié el sudor de la frente de tanto movimiento que nuestros cuerpos hacían. Él saco su miembro de mi ano y comenzó a masturbarse frente a mi rostro, salpicando toda mi cara de su lechita. Por un raro fetiche comienza a besar mis pies y a oler mis calcetines.

— Oh, seee...— grita al aire entre gemidos para volver a chupar mis dedos.

¡Iugh! No vuelvo a tener sexo con este maniático aunque tenga buen pene.

Kendall: Love To A Guy 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora