#MidTimeWork

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— Kendall, ¿me puedes decir qué es esto?

— ¿Una hoja?— me encojo de hombros y hago una sonrisa forzada.

— ¿Qué tipo de hoja es?

Yo tomo la hoja, checando su textura, olor, corte, entre otros detalles.

— Iris.

— ¡Kendall!— habla ahora mamá.

— Papá me preguntó que tipo de hoja es, y yo respondí lo que es: una hoja iris; se puede distinguir porque es de color azul— me defiendo.

Mis padres se cruzan de brazos en sincronía. Diablos, ¿ya estaban preparando mi regaño? A puesto un millón de dólares a que sí. Ah, esperen... no tengo dinero, soy pobre.

— ¿Me podrían adelantar mi mesada?— mis padres me dan miradas desaprobatorias— ¿Por favor...?

— Es la tercera multa que tienes Kendall, no podemos estar pagando todo esto— habla mi padre—. ¡Solo mira cuanto dinero es! ¡$50 dólares, una fortuna!

Eso es lo que tú gastas en comprar tus dildos "especiales" para ocasiones "especiales".

— Por eso usan el dinero de mi mesada. ¡Ahí está, problema resuelto!— doy pequeños aplausos pero ceso al no ver reacción alguna en el rostro de mis padres.

— Te has quedado sin dinero por tres meses— menciona papá.

— ¿Otra vez sermoneando a Kendall?— habla Riley al salir de la cocina—. Qué novedoso— sigue su camino hacia algún lugar de la casa.

— Tu padre y yo hemos pensado en una forma en la que tú podrás pagar las multas que tú ocasionas.

¡Lo sabía! Sabía que ya habían planeado esto. ¡¡Quiero mi millón de dólares!!

— No están pensado en...

Al ver las caras de mis padres, sabía perfectamente lo que se venía:

— Bienvenido a Starbucks, ¿qué es lo que va a ordenar?

Hablé desganado frente al mostrador, con los ojos pesados y restándole importancia a mi vergonzosa situación. Luke se encontraba del otro lado de la barra, riéndose a carcajadas de mi actual situación.

— Quiero el Ariana Grande Frappuccino— responde.

— Lo siento joven, no tenemos ese café en el menú— respondo con el mismo tono al anterior.

— Ash, no importa cuantas veces tenga que mandar la solicitud, nunca ponen esa bebida en el menú— Luke niega con la cabeza—. Te diré como prepararlo, pero en inglés para chingarte: Start with a Vanilla Bean Frappuccino with Raspberry Syrup, a.k.a. the Cotton Candy Frappuccino. Add extra mocha syrup and extra mocha chips. Blend. Top with extra whipped cream. Finish with a generous caramel drizzle.

— Te daré un simple café— le respondo desganado.

— ¡No olvides la generosa pizca de caramelo!— Luke exclama divertido, riéndose detrás sus manos que tapan su boca.

Después de mover un chingo de palancas y toda la fregadera de cosas que tienes que hacer para preparar un bendito café, le entrego el "frappuccino" a Luke.

— Son $4.50.

— Olvidaste la generosa pizca de caramelo— se cruza de brazos.

— No te daré ninguna pizca de ca...— hablo molesto, pero no logro terminar la frase ya que el gerente se ha acercado a ver el pequeñito pleito que tenía con Luke.

— ¿Qué está pasando aquí?— formula con su ronca voz.

— No le puso a generous caramel drizzle— responde Luke enarcando una ceja.

— Dale a este chico e jenerus caramel grisli— responde el gerente sin entender el inglés de Luke.

Le arrebato el café a Luke, lo destapo y tomo una cucharada de caramelo y comienzo a ponerle.

— ¡Generosamente!— exclama.

Lo fulmino con la mirada y el sonríe juguetonamente. Hago la acción con más gentileza y le regreso el café a Luke.

— Lamento el inconveniente— habla el gerente—, el café lo invita la casa.

— Gracias— remarca y regresa a su asiento junto con los chicos, que expectaban la escena.

— Ese sale de tu sueldo— dice de mala gana el gerente para después largarse.

— Sí, gracias, Luke— susurro.

***

— ¡Aquí está la plata!— exclamo poniendo un sobre en la mesa— Todo lo que me han pagado está en ese sobre.

— Veamos...

Papá abre el sobre y comienza a contar los billetes. Cuando termina, comparte mirada con mamá y estallan los dos a carcajadas, retorciéndose en el sofá.

— No encuentro lo divertido en esto— hablo confundido.

— Con esto no te alcanza ni para el combustible— intenta hablar papá, por las risas que le impiden formular frases.

— Hijo, apenas llevas un día trabajando, ¿esperabas solucionar tus problemas económicos de un día para otro?— habla mamá.

— Déjame pensarlo— me pongo un dedo sobre el labio para simular que pienso—, ¡sí! ¡Obviamente!

— Hijo, no es por ofenderte, pero— comienza a hablar mi papá—... ¿Eres bruto o te haces?

Ay papi, te amo tanto tanto.

Me limito a mostrarle el famoso dedo de en medio, ¡cuyo nombre siempre olvido!

***

— ¡Mendler, ven para acá!— grita el gerente.

— Aguarde un momento— le digo al cliente que estaba atendiendo. Me dirijo hacia donde estaba el señor gordo, feo, arrugado y ruco—. ¿Qué? Estaba atendiendo a un cliente.

— La caja ya no será tu deber— habla.

— ¿Ah no?

— No, ahora— saca de su espalda un destapa caños— te toca limpiar los baños.

— Mierda, ¿ahora se supone que tengo que limpiar la mierda de los demás?— me quejo.

— ¡No diga esas palabras, jovencito!— me grita.

— Verga, ¿entonces tengo que limpiar lo que sale de las deliciosas vergas de los sidosos?— reformulo mi oración.

— ¡Vete al baño, inepto!— me señala la puerta del sanitario de hombres.

Yo hago una mueca y entro en el baño... de mujeres. Al darme cuenta tarde de mi error, salgo corriendo, esquivando todas las cosas que me aventaron.

— Jaja, buen intento— me burlo. En ese instante, una toalla sanitaria usada cae en mi rostro, cubriendo mis ojos—. Coño.

Me quito la toalla de la cara y la lanzo dentro de la oficina del gerente, sin que él se percate de mi acción. Me adentro al baño de hombres y me doy cuenta de que éste está vacío.

— Ah, yo quería mamársela a alguien— hablo desganado.

— Puedes mamármela a mí...

Kendall: Love To A Guy 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora