Capitulo 2 - ¿Cómo te llamas?

253 25 4
                                    



Desperté y mi cabeza dolía horriblemente, así como mi hombro izquierdo. Algún imbécil me disparo cuando solo trataba de salvar al chico. Por poco me mataban, no podía creer que Juan me había mandado a ese maldito lugar.  Con ironía sonreí para mis adentros, mire al rededor y automáticamente quede muda, había poca luz pero basto para apreciar el perfecto estado de ese lugar. Vitrinas con medicamentos, un monitor cardíaco, camillas, mamparas y demás instrumentos, era una pequeña sala de atención medica. De pronto la puerta se abrió dando paso a una luz que me encegueció. 

-Buen día, al parecer ya estas mucho mejor - una chica regordeta de lentes y pelo rubio recogido  ingresaba al lugar. Hablaba con mucha amabilidad aunque su nerviosismo era palpable. El mio igual.  - Al menos estás despierta, ¿cómo te llamas? - pregunto a lo que yo no respondí, aunque parecía agradable no me confiaría de nadie, no hasta saber más de ese lugar - ...¿no quieres hablar?... - su voz se tenso un poco - ...bueno al menos dime como te sientes, soy tu doctora y necesito saber. - hizo una pausa y aguardo expectante - Me llamo Denise - de verdad se esforzaba por lo que tuve que ceder.

-Me encuentro bien, me duele la cabeza y un poco el hombro, pero estoy mejor. - Solo eso conteste y ella asentía por lo que pregunte antes que siguiera bombardeándome con preguntas - ¿hace cuanto que estoy acá?

- Cuatro días... - vio mi cara inmutarse aunque no pude evitar tragar saliva, tantos días habían pasado ya.  Ella prosiguió a examinarme -...pero no te preocupes, estarás bien, solo necesitabas descansar. Llegaste justo a tiempo, ya casi estabas deshidratada y por lo que note hacia mucho no comías. En el primer cajón hallaras pastillas para el dolor. -  me quito con cuidado el suero provocandome un leve dolor, hacia tanto que no tenía una aguja en mi cuerpo que ya lo había olvidado, los días de mi vida en Argentina, andar en hospitales, la ultima operación, mis tatuajes... - Bien, por lo que vi esta mañana, tu hombro ya está mucho mejor, sanas rápido, así que en unos días más te quitare los puntos. Por ahora solo descansa,  en un momento vendrá alguien para llevarte. - Sus palabras interrumpieron mis pensamientos pero lo que dijo no me gusto. Mientras se dirigía a la puerta no me aguanté y tuve que preguntar con un tono molesto...

- ¿A dónde exactamente me llevarán?

- A hablar con nuestro líder - y sin más salio cerrando suavemente la puerta. Eso me lleno de desconfianza y dudas, la manera en que lo dijo, "te van a llevar", como si ya mismo fuera una prisionera, solo falto que me esposaran. Acababa de despertar, dormí cuatro putos días del cansancio y falta de fuerzas y encima ¿yo tenia que ir hablar con el? Jamas pude aceptar imposiciones o condicionamientos y sentía que esto era exactamente eso. Ya comenzaba a pensar que debía largarme de allí, que no sabia con que clase de locos me podría encontrar, cuando sentí su voz calmándome una vez mas, pidiéndome que espere que no cometa un error por apurada. Respire profundo y le di la razón, lo mejor seria esperar a ver que salia de todo esto. La cabeza me retumbaba por lo que tome una pastilla del cajón y con un sorbo de agua finalmente me relaje. 


Al cabo de una hora, las pastillas habían hecho efecto quitándome todos los dolores, pero o  tenían alguna droga que provocaba sueño o simplemente necesitaba dormir mas, porque de repente mis parpados comenzaron a pesar. En el momento que estaba quedándome dormida, sentí la puerta abrirse nuevamente. Esta vez eran dos personas, un chico asiático y una morena de rastas con mirada de Rottweiler, por su manera de moverse y las armas que traían parecían matones. Genial, mas vale que me comporte o estos me patearían bien el culo, pensé. 

- Hola, me llamo Glenn, ¿cómo te llamas? - dijo el chico, hablaba con una voz cálida y hasta parecía ser bastante amigable pero yo no respondí, la desconfianza ganaba terreno y decidí que no iba hablar con nadie a menos que fuera el líder, necesitaba saber que mierda era ese lugar. 

Mirror of His SoulWhere stories live. Discover now