¿Qué pretendía?, Mis pupilas inquietas no pudieron evitar fijarse en los moretones que yacían en su labio, pómulo y ceja. Mis especulaciones entonces eran ciertas.

—¿Tuviste una peleaste ayer con vernon?— Indagué fijandome específicamente en el morado que adornaba su pómulo izquierdo y de la misma manera en sus nudillos.

—...si — contestó seco después de un corto silencio con su ojos felinos fijos estrictamente en mis pupilas.

—¿Porqué lo hiciste?— traté de preguntar mirando de la misma manera a sus ojos que se oscurecían  más de lo normal, mi entrecejo involuntariamente se frunció centrándome en el motivo de la pelea.

¿porqué iniciaría una pelea con vernon?

No tenía derecho a meterce con él, la única culpable era yo. No permitiría  que lo molestara a él, si me quería a mí, bien, me tenía. Pero no a él. No a vernon.

—Lo hice por ti, Lía— respondió derrepente, causando que mi corazón tuviera un des balance rítmico.

—Lo hice porque ese idiota quiere quitarme lo que es mío.— su semblante cambió derrepente, de furia a melancolía y de melancolía a dolor. —por eso lo hice, por ti.— afirmó perdiendo el tono de voz en la sinfonía de mi corazón.

Mi cuerpo se tensó aún más debido a su cercanía, su aroma, su piel, a todo él...

Sus largos dedos adornados por plateados anillos acariciaron mi mejilla y luego hicieron un lento recorrido bajando hasta el segundo botón de mi blusa, desabotonando y dejando a la vista mi yo interior, mi yo bulnerable.

Me estremecí ante su delicado rose en mis pechos mientras se relamia los labios, sus ojos oscurecidos y brillantes viajaron del valle de mis pechos a mis labios, y de mis labios a mis ojos. Guardándose los detalle de mí en su memoria.

—Te he amado siempre, Lía— musitó  ladeando su cabeza a la vez que sus ojos ansiosos se plantaban en mis pupilas, queriendo buscar más de mí.

Pero, ¿qué había en mí?.
¿Qué buscaba de mí?.

Me rompía y  ahora decía que siempre me ha amado, que todo lo que tenía era solo yo. Tomé valor y mis palabras cortantes fueron mas filosas que un cuchillo al declararlas, claramente todavía podía escuchar los latidos de mi corazón queriendo salir de mi pecho debido a él, pero no iba a permitir que siguiera burlándose de mis sentimientos, que viniera y jugara conmigo cuantas veces quisiera y  a su antojo.

Como su muñequita de trapo.

—déjame en paz—  espeté seca, pero temblando por dentro, quebrándome el alma el mil pedazos.

—¿por qué lo haría?— inquirió cambiando su tono de voz a uno divertido, llevando sus dedos esta vez a mis labios —Eres mía, quieras o no, me perteneces Lía.— gruñó — Aquella carta que dejaste en mi casillero fue la que me convirtió en tu dueño, Esa carta me hizo saber que siempre, siempre serás mía.

Dejó de sonreír previamente, mostrándose dolido, una vez.

Maldita sea, mil veces maldita sea. Empezaba a odiarlo: su arrogancia, su forma de creer que todo el maldito mundo estaba a sus pies, empezaba a ser tan insoportable más de lo que era. Y como lo había mencionado antes, esa maldita carta le hizo creerse mi dueño por completo.

Desde aquel día todo se volvió un martirio, yo creé mi propio martirio. 

Intenté evadirlo y salir del baño pero taehyung tomó de mi brazo deteniendome y volviendo a chocar mi cuerpo contra la áspera pared y estampó sus labios contra los mios uniéndolos en un brusco beso. forcejie dado que de la manera en que lo estaba haciendo, sólo provocaba que mis labios se lastimarán y dolieran. Sus manos me sostuvieron fuerte de las muñecas para evitar seguir golpeando su pecho una y otra vez con intención de alejarlo de mí.

Pero no lo intenté lo suficiente, porque no quería alejarlo de mí.

El movimiento de sus labios sobre los míos se tornó aún más salvaje, sus dientes mordían finamente mi labio inferior, con tal desespero, ambicioso y deseoso de más. Dejé de forcejear, mi mente ya no permanecía ahí, sus besos, su lengua danzando perversamente dentro de mi boca al ritmo de la canción que emitían nuestros corazones. Habían sido capaz de llevabarme a otro cielo, a otro mundo, me permitieron volar a una galaxia diferente y ver un inexistente paraíso, dejando que mi cuerpo caiga sin imprevisto en sus jodidas redes.

Nuestros labios rompieron el beso permitiéndome sentir el glorioso aire en mis pulmones nuevamente, respiré aún con los ojos cerrados y mis labios entre abiertos.

Como podía.

—mis besos son lo mejor que te puedo dar de mi jodida vida— musitó con sus labios rojos e hinchados, sus ojos cabizbajos pero llenos de resentimiento en ellos.

—los de ese idiota, jamás serán como los míos, jamás te harán sentir como lo hago yo —  declaró con recelo tomando de mi barbilla con un ligero apretón.

su mandíbula se había vuelto a contraer, reprimiendo todo lo que llevaba dentro de él, su aspecto rendido y cansado provocaban grandes punzadas de dolor en mi pecho.

Cómo es que Taehyung había llegado a ésto.

Lo miré a los ojos perdiendome en un mundo desconocido, oscuro, el cual no me hacía sentir la más mínima sensación de miedo. Solo quería conocer más, ver más allá de la oscuridad en la que su se sumian sus ojos, pero su maldito orgullo no me lo permitía.

No articulé palabra alguna, me limité a cerrar mis labios y a mirarlo, entregándole toda la verdad del mundo. Por más fuerte que intenté mantenerme, el simplemente tenía razón y no hacía faltan las palabras porque ya lo sabía.

Tenía toda la maldita razón, y me odiaba por ser tan débil.

Coloqué mi mochila en mi hombro derecho y abandoné el lugar ésta vez sin que me detuviera, dejándolo con la mirada en el suelo tal y como me había dejado a mí en varias ocasiones después de destruirme de mil maneras frente a todos.

En cuánto me encontré fuera de los sanitarios, libre de sus brazos y de sus besos, solo pude escuchar mil maldiciones y gritos de frustración por su parte. Me encoji de hombros ante su reacción y huí lo más 6 lejos posible de él, una lágrima cayó por mi mejilla y no entendía el porqué. Mi corazón estaba confuso, ya no era igual, cuando sus labios tocaron los míos sentí diferente, muy diferente a lo que sentí con vernon.

La cuerda se estaba aflojando más de prisa.

Me senté en las gradas del enorme campus del Instituto y desde ahí pude observar y sentir la fresca brisa marina, puesto que el Instituto estaba hubicado en frente del océano. Más lágrimas cayeron por mis mejillas empapandolas aún más, heché mi cabeza hacia atrás y respire hondo, muy hondo. ¿Qué mierda le pasaba a mi corazón?, ¿Que me esta pasando?

Me pregunté mil veces.

lo había amado desde el primer momento en que lo vi. Claro, sólo fue un amor unilateral, pero aun así dolía, dolía porque tal vez creí que me había amado también. Pero lo que más dolía es que si fue así, nunca tuvo el valor de enfrentarlo y siguió haciéndome daño sólo para negarle a su corazón que se había enamorado de la maldita nerd del salón.

Tal vez esta confunción sea solo un laberinto para llegar a la puerta de salida, una salida para percatarme que lo que  amaba me estaba haciendo daño. Me estaba matando y no lo estaba sintiendo hasta ahora, tal vez en estos momentos ya no era capaz de sentir más por él, tal vez ya no lo amaba y había llegado alguien más, tal vez ese alguien era...

—por fin te encuentro princesa.

PUPPET  [ T#1 TERMINADA ]Where stories live. Discover now