PUPPET [ T#1 TERMINADA ]

PUPPET| Parte 4

—yo...— No sabía como reaccionar en medio de aquel desbarajuste de emociones que mi cuerpo emitía.

Su proposición claramente me había dejado petrificada, mis ojos viajaron con rapidez sobre el hombro de vernon, hacia la posición en la  que se encontraba Taehyung. Permanecía tras la espalda de vernon, visiblemente frustrado y con la mandivula fuertemente contraida al igual que sus puños teñidos por un leve color blanco en sus nudillos.

Su cabello se encontraba totalmente  enmarañado debido a la exaltación del juego y el sudor le daba el aspecto de un hombre aún más cabreadisimo, quise creer que se encontraba en ese inestable estado dado a que sus contrincantes  habían ganado el partido.

Eso quería creer, nuevamente. 

Vernon colocó unos de sus dedos en mis labios para silenciarme, mientras yo balbuceaba lo que parecía ser una respuesta, pero por supuesto que lo único que decía eran incoherencias,  dado a que ni siquiera podía pensar.

—No tienes que responder
ahora— agregó y retiró su dedo índice de mis labios, para luego volver a unir los suyos con los míos en otro corto y cálido beso.

Después de la escena, Taehyung de inmediato se retiró de la cancha patenado fuertemente un bote de basura que se encontraba a su paso, nos separamos del beso y Vernon al igual que Taehyung se retiró de la cancha dirigiéndose a los vestidores e indicándome que esperará un poco mientras se cambiaba.

Tan solo asinti, o creí hacerlo. Taehyung lo había visto todo pero no hizo nada, pensar que podría importarle era algo muy erróneo de mi parte.

»—»taehyung«—«

La ira me carcomía el alma y traté de evitar descargarme contra vernon en cuanto lo vi besando sus labios. ¡cómo mierda pudo besarla!, ¡cómo mierda podía aprovecharse de todas mis debilidades tan fácilmente!

grité mientras golpeaba uno de los casilleros lastimando mis nudillos.

Había evitado descargarme pero no podía más, la ira se apoderaba de mí rápidamente y entonces golpeé una y otra, y otra vez.  Vernon entró a los vestidores y la sangre me hirvió más de lo que ya podía, simplemente era el fuego que  provocaría la explosión.

Tan descaradamente se atrevía a venir a mí. 

—¡Eres un maldito!— espeté y me lancé a golpearlo, propinandole mi primer puño en su cara, dejando marcado mis nudillos en su pómulo.

El se defendió y me golpeó de la misma manera, sentí el sabor metálico de la sangre extenderse dentro de mi boca. Me acerqué nuevamete a él y le propiné un nuevo golpe, provocando que ésta vez su cuerpo colisionara contra los casilleros.

Sentí golpes de parte de él en mis costillas, pero no sentía el dolor, más que eso sentía furia, odio, ira. Nos separamos sin más, aun preparados para seguir batallando, mirándonos uno al otro con visible odio y recelo en los ojos, con las respiraciones propiamente aceleradas siendo ésta una gran evidencia de la furia que nos inundaba a ambos.

—¡No la vuelvas a tocar!— le advertí con los dientes apretados al igual que mis nudillos, los cuales goteaban sangre debido a los golpes, y por supuesto el golpe del casillero que anteriormente me había lastimado sin percatarme .

—¡Ella no es tuya!— vociferó enfurecido al igual que yo, y luego entre sus labios se formó una sonrisa ladina mientras que con el dorso de su mano derecha limpiaba la sangre de la comisura que fluían de sus labios.

—Ella es mía, ¡siempre a sido mía! — vocifere yo, ésta vez tratando de contener mi furia y las ganas de matarlo ahí mismo, no me ensuciaría las manos por él.

Salí de los vestidores azotando la puerta a mis espaldas, ni siquiera me importó cambiarme. Daba igual todo lo que me pasase ahora, estaba perdiendo a Lía y había descubierto de la manera más cruel que la amaba.

—¡Hey, chico! ¿qué pasó?— indagó Nam Joon pasando su brazo por encima de  mi hombro, como de costumbre cada vez que me veía cerca.

—...Nada— espete sin más, no tenía ganas de responder a ninguna de sus preguntas, tan solo prefería permanecer en silencio.

—Hey, ¿ya vieron a Lía?. ¡Está que arde!— comentó jungkook con una gran sonrisa en su rostro, cosa que no me gustó para nada.

—Tienen un cigarrillo— inquiri  notoriamente enfadado tratando de
desviar el tema en el que se estaban centrando todos gracias a Jeon Jungkook.

Mocoso irrespetuoso.

—Aquí tienes uno— Hoseok me pasó entre sus dedos un cigarrillo que sacó  de su cajetilla, la cual siempre guardaba en el bolsillo de su cazadora aunque no fumara, pero sabía que pocos de nosotros sí y siempre necesitaríamos uno. 

—¿Algún encendedor?— volví a inquirir sarcástico, dado a qe no encendería ésta porquería con magia.

—¿No puedes tener tu propia maldita cajetilla y encendedor en tu bolsillo? —indagó Yoongi indiferente mientras me pasaba un encendedor, y tanto él como yo eramos los que más se quemaban los pulmones fumando cada vez que contábamos con problemas. Nam también lo hacía pero no era tan frecuente como Yoongi y yo.

—No siempre tengo problemas que me jodan la vida— repliqué ante su gruñido, sosteniendo él cigarrillo entre mis labios y tapando la punta de este con una mano para que el viento no lo apagara  y así poder encenderlo con facilidad.

—¿que problema tan grande tienes tae?— preguntó jin llevándose un pan entero a la boca y devorándolo en cuestión de segundos.

—No les incumbe— respondí indiferente al igual que Yoongi hace un momento atrás, simplemente no quería tener que decirles sobre Lía. Era mi problema y estaba hundido en él hasta el cuello.

—son problemas sin importancia—volví a hablar, ésta vez tomando una enorme calada de mi cigarrillo para retener el humo en mis pulmones y soltarlo después de varios segundos, muy, muy despacio.

Eso de que no tenía importancia era tan falso como mi felicidad, ¡ja!. ¿En qué rayos están pensando al enamorarme de ella?, ¿en que rayos pensaba cuando creía que molestarla era mi única opción de acercarme a ella?.

Cada vez que la veía mi corazón, mi maldito corazón no paraba de latir a mil. No podía evitar mirarla cuando se quedaba dormida en su pupitre, jamás había visto algo tan bello como ella, parecía ser una flor de loto cuando despertaba y abría sus grandes ojos llenos de luz.

Cuando la vi besándose con vernon, una bomba explotó en mi interior y recordé cuantas veces quise besarla,  cuantas veces me perdí en el encanto de sus labios, cuantas veces quise hacerlo y me arrepentí en el instante.

Me reprimi el sentimiento.  

Quería ocupar el puesto de vernon y hacer las cosas bien por primera vez en mi jodida existencia, ¿porqué él era mejor que yo?, ¿porqué no podía ser igual o mejor que él?. Sencillo, yo había nacido para ser una jodida mancha en un mundo limpio.

Estaba dolido, todo en mi dolía, a demás de los golpes eso está claro. Verla con él dolía, sentirla cerca dolía, no poder hacerla mía, hacer que se sintiera mía de la manera más bella dolía. Incluso amarla como la amaba...

dolía.