53- Los cinco

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*Narra Vanessa*

Recupero la conciencia. Me cuesta abrir los ojos, como si hubiera estado llorando mucho la noche anterior y no pudiera levantar los párpados por la mañana.

Veo a Zed flotando a mi lado, con los brazos pegados al cuerpo, a varios pies del suelo. Estamos boca arriba, parecemos parte de alguna exposición de momias. La sala es luminosa y pálida, ¿estamos realmente en un museo? Miro alrededor sin mover la cabeza y se me eriza la piel. Cinco asientos de diferentes tamaños flotan en el aire, ocupados por criaturas muy diferentes entre sí. ¡Debe de ser el Consejo de Magos!

No lo entiendo, ¿qué consigue La Sanadora haciendo esto? ¿Y dónde estarán Marshall y Dack? No estaría bien que se metieran en un lío por ayudarnos... Aunque ellos mismos se lo buscaron.

Uno de los Consejeros baja de su asiento y camina hacia nosotros. Cuando se aproxima, puedo verlo mejor. Jamás había visto alguien tan perfecto. Se mueve ligero como una sombra, su presencia oscura transmite una elegancia y belleza demoníaca. Apuesto que es un vampiro.

El Consejero llega a mi lado y se detiene. Habla con alguien que no entra en mi campo de visión, pero distingo la voz. Es La Sanadora.

—Skot —dice alguna Consejera y el vampiro se gira hacia ella—, la ignis de pelo plateado está despierta, ten cuidado.

Skot baja la cabeza y nuestras miradas se encuentran.

—Lo sé, descuida. No me preocupa.

Escucho horrorizada su conversación. Me desagrada el relato de La Sanadora, es siniestra y retorcida. No está hablando con sinceridad. ¿Desagradables ignis? ¿Dolor y sufrimiento junto a nosotros? ¿De qué demonios habla? Los ignis la adoraban; yo la adoraba, Evelyn la adoraba.

El vampiro vuelve junto a los demás Consejeros y escucha, como todos los presentes, lo que La Sanadora tiene que explicar. No sé qué partes de su enrevesada historia creerme. Sin embargo, se las ingenia para que todo tenga sentido. Será vieja, pero no le falla el cerebro; tendrá tantas arrugas como su cara.

Evelyn, ¿la hija de La Asesina Escarlata? Me cuesta creer que una persona como Evelyn pueda compartir sangre con tal lunática. No entendía porqué soltaba todo aquello a los Consejeros, hasta que menciona La Recompensa. Parece ser que La Sanadora ha estado desde el principio tras la hija de La Asesina Escarlata debido al premio que hay sobre su cabeza.

La Sanadora afirma haber estado buscando a Evelyn. Nuevamente, es mentira; la ha estado criando. Estoy decepcionada y me siento traicionada. ¿Qué ansía tanto que es capaz de entregar a su propia nieta? ¿Tendrá Evelyn alguna idea de todo lo que está pasando?

Intento calmarme y pensar con claridad. Evelyn se encuentra en Haeky. Me pareció extraño que se aventurara sola, pero ahora... Si realmente es la hija de La Asesina Escarlata y era consciente de ello, conociéndola, se entregaría al Consejo. Tarde o temprano aparecerá aquí.

—¿Y dice usted que esa chica está ahora en Haeky?

—Sí. La encontraré y la traeré.

—Usted ha utilizado gran cantidad de magia prohibida, es atrevido de su parte pensar que podrá abandonar el Palaciom.

—Pueden castigarme como deseen después de que la capture.

—Me parece que está convencida, Skot. Podemos confiar en que no escapará; después de todo, ha venido aquí expresamente para avisarnos. Consejeros, luz blanca para darle una oportunidad de captura.

Algo no cuadra. ¿Por qué se ha presentado sin Evelyn? Solo nos tiene a Zed y a mí; ha sido arriesgado de su parte, y lo único que ha hecho ha sido explicarles una sarta de mentiras al Consejo. La Sanadora no es irreflexiva... Ella sabe que Evelyn está aquí; si no la ha capturado aún, debe ser porque no se han encontrado. Está asegurando toda posibilidad de que no sea entregado por otra persona, presentándose así ante el Consejo, notificando acerca de los ignis primero. Está ganándose su confianza como se ganó la nuestra.

Cinco bolas de luz blanca chocan en medio de la sala. Todos a favor.


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La chica del cabello de fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora