Ni rastro de Oliver en todo el día, dejo un mensaje en su teléfono.

"Saldré........ Tú dijiste que no te importaba que saliera con otros hombres, Xoxo ....."

Sí, hasta besos y abrazos.

Al parecer dejó el celular en la casa ya que resuena por algún lado de la recámara, sin prestarle atención, salgo de la habitación. En algún momento lo tiene que leer.

Llegamos a la fiesta en la dirección que Matt había proporcionado a Lindsey a través de un mensaje de texto. Es una gran fiesta, espectacular y enorme, como me lo imaginé hay chicas en bikini por todos lados, hay una enorme piscina, Matt y Carlos están en una pequeña barra esperándonos. Lindsey me toma de la mano al divisar a los chicos para comenzar a caminar entre la multitud, Matt y Carlos agitan sus manos hacia arriba al divisarnos a nosotras, me distraigo por un momento al ver un tipo desnudo corriendo alrededor de la casa sólo sosteniendo un oso de peluche en sus partes íntimas.

Zac Efron ¿Eres tú?¿Está tu abuelo por aquí?

—Hola chicas.... —ambos nos saludan con besos en las mejillas. Carlos huele bien, ya me está agradando.

—Hola —contesto, y Lindsey con su sonrisa pícara dice más que mil palabras que emboban a Matt, él le ve su pronunciado escote y luego vuelve la vista a sus ojos.

Ambos chicos nos dirigen a unos sillones de cuero donde la música a todo volumen casi no es audible. Carlos me acerca una bebida con su tímida sonrisa, me agrada la sonrisa de Carlos y sus ojos celeste pálido, casi no ha dicho muchas palabras desde que llegamos, al contrario de Matt que ha contado prácticamente toda su vida y sus andanzas en su tabla de surf y la vez que casi es comido por un tiburón, no pude evitar poner cara de asombro forzado al escuchar esa vil mentira, por no reír, ¿Quien pudiese contar eso tan orgulloso si fuese cierto?

Lindsey se va con Matt a bailar, mi cara de alivio es notable, a mi no me agradan los tipos como Matt, al parecer Carlos lo nota.

—Vaya, demasiadas palabras en tan poco tiempo ¿Cierto? —sonríe, me gusta su sonrisa, pero no tanto como la de Oliver ¡Ah! ¿Por qué pienso en Oliver? Lo más probable es que él esté llamando a la zorra esa.

—¿Y a que te dedicas Melody? —pregunta, ese nombre suena raro en mi cabeza —¿Estudias? ¿Trabajas?

—Trabajo —contesto de inmediato —creo que eso de la universidad para mí ya acabó, por suerte —sonríe, tiene unos bonitos dientes alineados y su piel es bastante fina.

—¿Y tú, Carlos? —pregunto, clavando mi mirada en la suya y él agacha su cabeza tímidamente.

—Yo... bueno, dejé la universidad porque quería dedicarme al surf —sube la mirada a mis ojos y luego la desvía hacia la pista de baile.

—¿En serio? ¿Y fue una buena idea? —pregunto, mientras tomo un sorbo de mi bebida.

—Pues... —vacila por unos instantes —al inicio pensé que había cometido el peor error de mi vida... —esta vez me observa —pero... luego de mi primer campeonato y todos los patrocinadores interesados en mí me hizo pensar que fue la mejor decisión —mira su bebida y vuelve su mirada a mi nuevamente.

—¡Wow! Significa que eres bueno —menciono, mirando a Lindsey quién parece disfrutar el baile con Matt.

—Hago lo que puedo, y hago algo que me encanta hacer, ahora no me imaginaría mi vida como un contador frustrado, aunque tenemos un pequeño negocio familiar que mi padre quiere que me haga cargo.

Deja salir una leve sonrisa, a juzgar por su vestir se ve que es una persona formal, tiene músculos pero no los anda mostrando por ahí como el tal Matt que lleva una camisa sin mangas para mostrar sus brazos y esto que ni siquiera alcanzan el grosor de los de Oliver. Ahh, y vuelve Oliver a mis pensamientos ¿Qué me pasa? Maldito Oliver revuelca-zorras.

—¿Y tu padre? ¿Te apoya?

— Sorprendentemente si —sonríe —aunque no le cuente todo de mi vida, el siempre me apoya.

Como deseara que mi padre me apoyara en todo.

Hablamos como por media hora sobre surf, yo no entiendo mucho de surf pero es bueno aprender cosas diferentes todos los días. Mucho de lo que dice suena interesante y la forma que lo dice tan cordial. Y es divertido. Tiene muchas cualidades. Incluso me comencé a sentir mal por llamarme Melody, la tortuga.

—Eres muy linda, Melody, en serio... no conozco chicas como tú a menudo –dice, con una sonrisa, esta vez sus ojos si me miran directamente.

—Gracias Carlos, tú también eres muy agradable —sonrío ¡Mierda! Yo no soy Melody, y lo peor que no me gusta ser Melody.

Sonrío agachando levemente la mirada.

—Yo.... —balbuceo —no me llamo Melody —suelto un leve suspiro, ni siquiera puedo verlo a los ojos, debo tener mi típica cara de arrepentimiento, para mi sorpresa, Carlos ríe.

—Y yo no soy Carlos —dice, con un tono de alivio en su voz, suspira —En serio lo siento, fui influido por Matt quién no es Matt y supongo que Emily no es Emily.

Esto no puede ser verdad, aunque me siento mejor porque significa que no me iré sola a la olla de satanás.

— Entonces... ¿No eres Carlos...? —lo miro con intriga, ya no está apenado, su rostro tiene una leve sonrisa y lleva el pequeño vaso de plástico con la bebida a su boca.

—No, de hecho me llamo Paul —afloja sus hombros como si se ha desprendido una gran carga —y él —señala a Matt o al supuesto Matt —se llama Fran. Yo... enserio lo siento, por esa razón no me sentía tan cómodo, no quiero que creas que es por ti porque enserio me pareces linda, amable, atenta y eres muy bella —dice todo esto sin siquiera respirar y me hace reír.

—Carl..... digo, Paul. Bueno, ya no importa —sonrío, mientras él comienza a respirar con calma y también sonríe.

—Y bien... ¿Cuál es tu nombre? —pregunta finalmente.

—Alex, bueno... Alexandra, pero todos me llaman Alex —también siento alivio, amo ser Alex.

—Alexandra, es muy lindo, de hecho, Melody no iba contigo, no me imaginaba a ti llamándote así —él ríe, mientras acomoda su cabello hacia atrás.

—Ni yo —contesto, en un leve suspiro, mientras miro mi vaso sin ya nada de refresco en éste.

—¿Quieres más? —pregunta, poniéndose en pies pero sin esperar respuesta mía toma mi vaso y va por más refresco. Es atento, eso es agradable.

—Claro —digo, ya cuando él se había retirado, sólo sonrío y lo observo perderse entre la multitud.

Siento mi celular vibrar, revuelvo todo en mi pequeño bolso negro buscando mi celular hasta que lo encuentro, al tenerlo en mis manos deja de vibrar, deslizo mi dedo índice sobre la pantalla y veo veinte y... ¿Veinte y cinco llamadas perdidas de Oliver? Alguien ya leyó mi mensaje, iba a llamar de regreso cuando otra llamada suya entra y lo primero que dice es:

—Alex ¿Dónde diablos estás?

Esposa de mi jefe © (Borrador de la 1era edición - 2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora