Capítulo 11: Matrimonio y mentiras

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Me metí dentro de la cocina y preparé los desayunos, mi hija sí debía estar por casa porque hoy no había clase. Era toda una dormilona y bajó a los quince minutos desperezándose. Se sentó en la mesa conmigo y desayunamos juntos, aunque al mirar por la puerta de la cocina hacia el jardín se encontró con Itachi podando uno de los setos.

- Vaya, el jardinero no está mal – me dijo.

- Ni lo sueñes – le dije – eres muy joven para pensar en esas cosas.

- No lo decía por mí. Aunque claro... papá también está muy bien – me sonrió.

- Acaba el desayuno y ve a hacer los deberes.

- Que rollo – me dijo haciendo un puchero.

- Si los haces, te prometo que esta tarde te llevo donde quieras.

- De acuerdo – me dijo sonriendo terminando de tomarse el desayuno.

Ino se marchó hacia su habitación para continuar con los deberes y el que me sorprendió fue Itachi entrando por la cocina.

- Así que tienes una hija – preguntó – bueno... tampoco me importa, sigo interesado en ti.

- Piérdete. Además... ¿Qué haces aquí dentro? Lárgate, tu sitio está en el jardín.

- Venía a lavarme las manos – comentó enseñándome sus manos llenas de tierra.

- Lávatelas con la manguera – le dije.

- Pero que bien tratas a los empleados.

- Y tú a la gente a la que dices querer y no por eso voy lloriqueando por cocinas ajenas.

- Así que estás enfadado conmigo... ¿Es por algo que hice en ese tiempo en el que no recuerdo?

- Puede ser.

- Fui un capullo... vale es posible, pero no podía ser tan malo ¿Qué pude hacerte? ¿Estafarte algo? ¿Nos conocemos de algún comedor benéfico?

- Tú no haces obras benéficas – le dije muy seguro.

- Cierto. Ya sé... ¡Te robé el bocadillo en el colegio! Pero seguro que fue una estafa limpia – sonrió.

- Eres imbécil, eso es lo que eres, ahora sal de mi cocina.

- De la de tu novio querrás decir.

- Mi prometido para ser exactos.

- Un prometido que no te excita como yo – comentó acercándose a mí y besándome con pasión.

Intenté alejarle de mí, al menos al principio porque luego acabé correspondiéndole. ¿Cómo era posible querer después de todo lo que había sufrido por su culpa? No lo entendía ¿Por qué no podía olvidarle? Yo sólo quería odiarle y no podía, mi corazón se negaba a odiarle pese a que mi cerebro le pedía a gritos que lo hiciera.

- Del instituto – me dijo de golpe al separarse de mí – en el instituto conocí a un chico con tu nombre, un chico huérfano con el que todos se metían pero... no puede ser... - comentó susurrando intentando entenderlo – tú tienes dinero, un apellido, una familia. ¿Eres él verdad? – dijo casi resignado – pues te recuerdo que estuviste las últimas dos semanas sin hablarme.

- Te recuerdo yo a ti que te estabas acostando con medio instituto. Creí que signifiqué algo para ti pero ya veo que no. Sólo querías que me acostase contigo la primera vez y ya está.

- Eras especial Deidara.

- No lo suficiente por lo que vi.

- No me acostaba con medio instituto.

La estafa (Naruto, Sasunaru, ItaDei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora