The Nerds Plan: Madness in Vegas.

XX. Estrellazos y etiquetas.

Espero que tengan un prospero y bello año 2017, con mucho cariño para todas y todos, los mejores deseos, este capítulo va dedicado a todo el que lo lea. ¿Qué fue lo más bonito que les dejó el año viejo?

Mientras que Harry y Liam, quien no despertaba aún, se iban en una ambulancia hacia el hospital central, Louis y un Niall en estado de shock eran guiados por el GPS hacia el hospital que les había dicho en un balbuceo el paramédico que atendía con urgencia a Payne.

—Yo no quiero que le pase nada a Liam, —susurró Niall, limpiándose las lagrimas con la manga de su pijama. Todo fue tan rápido que los cuatro chicos se encontraban aún en sus ropas para dormir.

—Él estará bien, Niall. No te preocupes, —le contestó con una tambaleante sinceridad al rubio. Louis también estaba tratando de consolarse a sí mismo.

Realmente desconocían que era lo que tenía a Liam en la inconsciencia. Los muchachos afirmaban que una pequeña llovizna no era lo suficientemente fuerte como para causar esos síntomas.

—Seguramente Harry lo estará cuidando muy bien, sabes que es bueno para eso, ya verás, —volvió a decir Louis, tratando de romper el silencio que aumentaba más los sonidos de la nariz de Niall cuando se la sonaba. 

Niall asintió—. Si.

A medida que iban avanzando, los iluminados edificios les hacían compañía mientras empezaban a introducirse a la ciudad. Querían llegar lo más rápido posible, pero ya por poco la velocidad que tenían no iba a ser permitida, así que Louis trataba de escabullirse del tráfico lo más que podía, dando vueltas por aquí y por allá.

—Louis, —lo llamó Niall.

— ¿Si?

—N-No te quiero asustar, pero me estoy sintiendo muy mal.

— ¡¿Qué?!

Niall empezó a toser, y como un deja vu, empezó a desvanecerse lentamente en el asiento del copiloto, hasta quedar casi en el hombro de Louis.

— ¡Niall, despierta!

Louis casi pierde el control del auto, pero al escuchar una bocina, colocó su vista en la carretera.

—Niall, si es una broma, por favor e-es de muy mal gusto, levántate Watson.

Al no oír respuesta alguna, el miedo y el desespero inundó el cuerpo del morocho de ojos azules que manejaba.

Niall llevaba esa noche unas bermudas de algodón, que dejaban al aire sus pantorrillas y un poco más allá de la rodilla. Louis, al observar el muslo de su amigo, empezó a observar cómo manchas de color rojo de adueñaban de su piel pálida. Similares a las que tenía Liam.

—Lo siento, leyes. Me dolerá más a mi que a ustedes.

Y con ello, empezó a acelerar como loco, hasta llegar a ver el rojo aviso de la entrada de la emergencia del Hospital, donde se encontraba una ambulancia abierta en la entrada.

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Harry caminaba de aquí para allá, frotando sus manos para encontrar un poco de calor, aunque era casi imposible debido a la fuerte potencia del aire acondicionado del lugar. Mientras que Louis estaba sentado, con sus pies en la silla. Los dos estaban esperando respuesta alguna sobre el estado de sus dos amigos.