The Nerds Plan: Madness in Vegas.

XV. Tarde de chicos, y perritos.

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— ¿Y ya le contaste a tu mamá sobre el tatuaje? —preguntó Hillary, sonriendo, al mismo tiempo que rebanaba algunas verduras.

Hace varios días que conocen a la chica y los días que puede, va a visitarlos. Trabaja como asistente de odontólogo en verano, para cubrir los gastos que su beca estudiantil no hacía.

Ahora Harry y ella se encontraban preparando un súper almuerzo para celebrar que se cumplía un mes desde su mudanza a Las Vegas.

Se tomaron tan enserio lo de Súper, que hasta se encargaron de comprar platos y vasos con logos de sus súper héroes favoritos.

—No, —le respondió Harry—. Quiero seguir viviendo hasta al menos graduarme.

Ella negó—. Se dará cuenta en algún momento.

—Estoy consciente de ello, aunque no parezca —dijo, —pero no es algo que me quite el sueño. Además existe el maquillaje.

Ella colocó el cuchillo a un lado y metió la ensalada en la nevera—. Ya esto está listo.

—Huele delicioso.

Ella sacó su teléfono y empezó a revisarlo—. Harry, ¿tienes snapchat?

—Salud.

Ella carcajeo—. ¿Cómo qué salud? Snapchat es una aplicación para celular. Tiene filtros muy locos.

El ruloso observó como ella movía sus dedos con rapidez por la pantalla del celular—. Vaya, escribes como flash.

—Práctica, creo —, comentó, abriendo la aplicación amarilla—. Observa la magia. —apretó la pantalla con su dedo y de repente tenía una nariz y orejas de cachorro.

— ¡Qué linda cachorrita! Yo quiero, ¿puedo? —Ella asintió y movió su teléfono, haciendo que Harry fuese un tierno dálmata—. Grr.

Tomaron un montón de fotos con todos los filtros que la aplicación ofrecía, haciéndolos reír como locos.

— ¿Por qué ríen? Niall quiere saber. — La cabeza del rubio apareció por la puerta, con una gran sonrisa—. En la tienda encontré un tubo de metal que si aprietas un botón, sale una crema deliciosa y adictiva. Realmente adictiva, —afirmó, chupando un dedo, y a la vez entrando a la cocina.

—Hillary me ha mostrado una aplicación para el dispositivo móvil que te hace parecer cachorro, y una triste mujer. ¡Y cambia rostro!

— ¡Yo quiero ver!

Harry le enseñó las fotos que estaban en su teléfono cuando descargó la aplicación, y de un momento a otro, los cuatro empezaron a jugar, haciendo muecas y sacando lengua, llenando el carrete de muchas (muchas) fotos.

Se detuvieron cuando Hillary recibió una llamada, y les informó que la llamaban de su trabajo porque necesitaban que cubriera el turno de la tarde.

Todos soltaron tristes exclamaciones mientras que Louis dijo—: ¿Pero no puedes quedarte para los aperitivos? Liam ha comprado alas de pájaro.

—De pollo.

—No puedo, luego me corren y es mucho peor —sonrío—. Me guardan alas de pájaro. ¡Nos vemos!

Les dio su característico beso tronado a cada uno (aprendiendo que a Niall tiene que acercársele muy lento y de manera precavida) y con su mochila se retiró de la estancia, dejando a los cuatro chicos con vasos de Batman y platitos del Capitán América.