XVI. Noche de hombres, y gatitos.

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+ capitulo dedicado a kmas354 ¡feliz cumpleaños adelantado! +




                   Una de las batallas más memorables de todos los tiempos estaba sucediendo, una en la que se decidirá el destino de uno de los chicos en los próximos diez minutos. Lucharán, negaran y escaparan del tedioso castigo que recibirá el que no sea el vencedor. Humillación, irrespeto y una carga de responsabilidad caerán en los hombros del desafortunado, debilitándolo y hundiéndolo en la más profunda de las desdichas.

— ¡Piedra, papel o tijera! ¡Uno, dos, tres! —gritó Harry, en medio de Liam y Niall quienes competían para no ir a sacar la basura y dejarla en el gigante cesto que se encontraba a las afueras del edificio.

Un trayecto muuuy largo.

— ¡Piedra!

— ¡Tijera!

Liam sonrió—. ¡Ja! La piedra rompe a la tijera, hermano. Te toca.

Hizo un baile y el rubio suspiró en derrota, —. Algún día os llegará mi venganza. ¡Lo hará--

Harry y Louis le lanzaron la gigante bolsa negra, y el ruloso rió—. Mientras más rápido muevas tus extremidades y menos te quejes, mucho más rápido terminará esta horrible tortura.

—Sí, claro, claro —refunfuñó Niall y sujetó la bolsa por el borde de ella, evitando que la putrefacta basura o su olor se escapara.

¿Recuerdan el gigantón con exceso de vitaminas? Se llamaba Thomas, y era muy callado. Solo asentía y negaba como respuesta, y una que otra vez respondía los constantes buenos días que los chicos le exclamaban con su nunca faltante buen humor.

Se encontraba en la esquina del edificio, donde casi siempre lo veían por las mañanas. Estaba con un pie apoyado en la estructura de ladrillos, mientras que sus brazos se cruzaban en el pecho, resaltando sus gigantescos bíceps. Lo cubría un pequeño toldo de color blanco, y Niall se preguntaba si una persona de su tono de piel se podía broncear aún más.

Hablando de él, se acercó y silenciosamente lo ayudó a llevar la pesada bolsa al contenedor verde de la esquina opuesta en donde se encontraba.

—Buen día, Thomas —sonrío Niall, sacudiendo sus manos y sacando una botellita de antibacterial que se encontraba en su bolsillo—. ¿Quieres un poco? —el hombre, primeramente lo miró extraño, pero reacio, extendió la mano y Niall apretó el bote, haciendo salir el semi líquido lleno de pelotitas azules.

—Buen día para ti también, rubio —su voz resonó, tan ronca como siempre—. ¿Cuándo iniciará el periodo de estudio para ustedes?

—Ehm, creo que dentro de poco, como máximo un mes más, —dijo, muy poco acostumbrado ya que casi nunca le devolvía la palabra y debía de resaltar que se encontraba un poco sorprendido. Volteó cuando escuchó un pequeño ruido detrás o de los lados del contenedor—. ¿Escuchaste ese ruido?

El hombre se encogió de hombros—. Creo que viene de ahí —señaló un par de bolsas negras, a dos o tres metros de ellos.

El de ojos azules se acercó y removió unas bolsas, haciendo que el ruido se intensificará. Luego de quitar unas bolsas, logró encontrar a un pequeño gatito tratando de pelear con las bolsas de plástico.

—Vaya, seguro se estaba ahogando el pobre ahí debajo, —examinó al gatito con una bolsa vacía que estaba a su lado, para percatarse de que estaba libre de algún hongo contagioso, y luego lo sujetó, y se dio cuenta de que podía cubrirlo casi completamente con su mano derecha.

The Nerds Plan: Madness in Vegas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora