XIII. Golpes inesperados, literal.

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—Santo Sherlock, ¡Santo Sherlock!

La sala del apartamento era un completo desastre, algo totalmente loco. Un montón de platos estaban regados, tanto por el suelo, como por la isla de la cocina. Varios de ellos tenían una sustancia desconocida para Louis.

— ¡Harry, Liam, Niall! Amigos, ¿dónde se encuentran? —empezó a chillar por todo el apartamento. Entró en las respectivas habitaciones y todas ellas se encontraban vacías—. Niall, tengo cereal. ¡Por favor!

Volvió a la sala por el pasillo y alguien detrás del mueble apareció.

—Louis, te regalo un chocolate si te detienes —susurró Harry, saliendo sin camisa y con un papel pegado a un costado de su cuerpo—. ¿Dónde están-- ¡Louis! —chilló, señalando al morocho que de por sí, su respiración estaba acelerada.

— ¡¿Qué?! —chilló este también a respuesta.

— ¡Tu cabello!

— ¡¿Mi cabello qué?!

— ¡Qué te mires el cabello, tonto!

Louis y Harry corrieron hasta llegar a un espejo que se encontraba detrás de la mesa del comedor.

— ¡Ay, no no y no! ¿A dónde se fue mi cabello? ¿Y por qué está blanco?

Su cabello, que anteriormente estaba largo, abundante y marrón, ahora se encontraba rebajado a los lados con un copete blanco y brillante.

—Me recuerda a alguien, uy pero te juro que todo en mi cabeza está nublado. Me duele la cabeza, —exclamó Louis, observando su nuevo peinado al mejor estilo de un chico malo de película—. Me siento horrible.

—Lou, tenemos a una intrusa —exclamó Harry, señalando el sofá de la sala.

Louis se tapó la boca con sus manos. —Oh por dios.

Liam estaba sumido en un profundo sueño (no es nada normal), pero la diferencia era que, no lo estaba haciendo solo.

— ¿Quién es ella? —susurró el ruloso, caminando en puntitas de pie hasta el mueble. Se podían observar cabellos rubios esparcidos por todo el cojín oscuro. Donde estaba Liam y la chica. Abrazados y acurrucados.

—Y me preguntas a mí, —le respondió Louis, ahora peli blanco, siguiendo sus pasos.

Los dos llegaron y retiraron una parte de la mullida sabana que tapaba gran parte de los dos cuerpos.

—Gracias a Dios, —señaló Louis, al ver que los dos poseían todas sus prendas y no se veía absolutamente nada indebido.

—Al parecer ella estuvo llorando, —propuso Harry al ver el rostro de la chica, el cual tenía restos de maquillas en sus mejillas. —Es absolutamente hermosa. ¿Está mal que sienta envidia de Liam?

Louis se encogió de hombros—. Esto es muy emocionante. Nunca pensé que una chica entrará aquí. O al menos en tan poco tiempo. Una chica.

El de rulos asintió, en respuesta —Estoy de acuerdo. Aunque deberíamos despertar a Liam.

— ¿No hay algo más fácil que hacer?

Harry negó y los dos empezaron a remover levemente a Liam, tratando de evitar que la chica también lo hiciera.

—Hola, —susurró el chico después de un largo rato, su voz estaba ronca y fuerte—. Tengo sed, hambre y poco autocontrol para evitar quedarme dormido, —exclamó, completamente ajeno a quien tenía en sus brazos.

The Nerds Plan: Madness in Vegas.Where stories live. Discover now